En el país de los Gillikin, el cual está al norte de la tierra de Oz, vivía un joven llamado Tip. Su nombre era más largo que eso, ya que la vieja Mombi a menudo declaraba que su nombre completo era Tippetarius; pero no se esperaba que nadie dijera una palabra tan larga cuando "Tip" servía perfectamente.
Este chico no recordaba nada de sus padres, ya que cuando era bastante joven lo habían traído para que lo criara la vieja mujer conocida como Mombi, cuya reputación, siento decir, no era la mejor. Los Gillikin tenían razones para sospechar de su implicación en las artes mágicas, y por ello dudaban de relacionarse con ella.
Mombi no era una bruja, porque la bruja buena que gobernaba esta parte de la tierra de Oz había prohibido que cualquier otra bruja existiera en sus dominios. Así que la guardiana de Tip, por mucho que esperara a trabajar con magia, se dio cuenta que era ilegal ser más que una hechicera, o como mucho una maga.
Tip estaba acostumbrado a llevar madera del bosque, con la que la vieja mujer hacía hervir su marmita. También trabajaba en los campos de maíz, arando y recogiendo; y daba de comer a los cerdos y ordeñaba a la vaca de cuatro cuernos que era el orgullo de Mombi.
Pero no debéis suponer que trabajaba todo el tiempo, ya que sentía que podría ser malo para él. Cuando Mombi le enviaba al bosque Tip a menudo subía a los árboles a por huevos de pájaros o se entretenía persiguiendo manadas de conejos blancos o pescando en los arroyos con ramas dobladas. Luego reunía deprisa su montón de madera y lo llevaba a casa. Y cuando se suponía que estaba trabajando en los campos de maíz, y los altos tallos lo ocultaban de la visión de Mombi, Tip a menudo cavaba en las madrigueras de las ardillas de tierra, o si tenía ganas... se tumbaba sobre su espalda entre las filas de maíz y echaba una cabezada. Así, cuidándose de no agotar sus fuerzas, crecía tan fuerte y vigoroso como debería ser un chico.
La curiosa magia de Mombi con frecuencia asustaba a sus vecinos, y la trataban tímidamente, pero con respeto, por sus extraños poderes. Pero Tip la odiaba con franqueza, y no se molestaba en ocultar sus sentimientos. De hecho, algunas veces mostraba menos respeto por la anciana del que debería, teniendo en cuenta que ella era su guardiana.
Había calabazas en los campos de maíz de Mombi, yaciendo con un rojo dorado entre las filas de verdes tallos; y estas habían sido plantadas y mantenidas con cuidado para que la vaca de cuatro cuernos pudiera comerlas en invierno. Pero un día, después de que todo el maíz hubiera sido cortado y recogido, y cuando Tip estaba llevando las calabazas al establo, se le ocurrió hacer una "Jack Lantern"(1) y tratar de dar a la anciana un susto con él.
Así que escogió una buena calabaza grande (una con un lustroso color rojo anaranjado) y comenzó a tallarla. Con la punta de su cuchillo hizo dos ojos redondos, una nariz triangular y una boca con forma de media luna. La cara, cuando estuvo completada, no podía ser considerada exactamente bella; pero lucía una sonrisa tan grande y amplia, y su expresión era tan feliz, que incluso Tip se rió al admirar su trabajo.
El niño no tenía compañeros de juegos, así que no sabía que los chicos habitualmente escarban el interior de las calabazas y en el espacio hecho así ponen una vela encendida para hacer la cara mas sobrecogedora; pero tuvo una idea propia que prometía ser igual de efectiva. Decidió crear el cuerpo de un hombre, que llevaría esta cabeza de calabaza, y lo pondría en un lugar donde Mombi se lo encontraría cara a cara.
"¡Y entonces," se dijo Tip, con una carcajada, "chillará más alto que los cerdos marrones cuando les estiro de la cola, y temblará con terror más de lo que yo lo hice el año pasado cuando tuve la fiebre!"
Tenía todo el tiempo para realizar su tarea, ya que Mombi se había ido al pueblo (a comprar provisiones, había dicho) y era un viaje de al menos dos días.
Cogió su hacha del bosque y seleccionó algunos sólidos y rectos árboles jóvenes los cuales cortó y les podó todas sus ramitas y hojas. Con estos haría los brazos, piernas y pies del hombre. Para el cuerpo arrancó un trozo de gruesa corteza de un gran árbol, y con mucho trabajo lo convirtió en un cilindro del tamaño adecuado, uniendo los bordes con ganchos de madera. Entonces, silbando feliz mientras trabajaba, cuidadosamente unió las extremidades y las sujetó al cuerpo con ganchos tallados con su cuchillo.
Cuando todo esto había sido hecho comenzó a oscurecer, y Tip recordó que debía ordeñar a la vaca y alimentar a los cerdos. Así que cogió a su hombre de madera y lo llevó de vuelta a casa con él.
Durante la noche, a la luz del fuego de la cocina, Tip cuidadosamente redondeó todos los bordes de las junturas y suavizó las zonas ásperas de una forma ordenada y bien ejecutada. Entonces apoyó la figura contra la pared y la admiró. Parecía notablemente alto, incluso para un hombre adulto; pero eso era bueno a los ojos de un niño pequeño, y Tip no se opuso en absoluto al tamaño de su creación.
Editado: 03.12.2018