La marca de la noche

Capítulo 6.

 

Ella sonrió he inclino la cabeza para ver a aquel niño, que por su aroma admitía ser humano pero que tenía algo extraño en todo, aun así, aunque para Yanet fue algo demasiado extraño, resto un poco de importancia y de nuevo movió su mirada hasta Marcos que aun la observaba con esa mirada vacía que podía resultar amenazante, pero que no parecía tener efecto en Yanet.

 - Han pasado varios años y aun no hallamos rastro del amuleto, pero... - su voz era algo seria en ese momento.

 - ¿Pero que? -dijo Marcos haciendo más notoria la molestia en su voz.

 - Me parece muy interesante ver que un cazador como tú, ahora sea un niñero o más bien un padre ¿a qué se debe eso? - el tono de su voz seguía sin alterarse y con esa sonrisa en su rostro. 

Pero aquello causo que la mirada fría de Marcos se tornara aún peor.

 - eso no es de tu incumbencia - su mirada hablo más que todo dándole a entender a Yanet que no debía preguntar más sobre el niño - ¿qué ha pasado con el amuleto? - realmente solo por eso seguía hablándole, aunque no tenía por qué sospechar que ella haría algo en contra de él y el niño, a pesar de ser un humano el que estaba en esa casa y ella un vampiro no lo preocupaba en lo más mínimo, ella sabía lo que él era capaz.

 - Se cree que tal vez hallan tres amuletos, aun es una teoría, pero todo indica que así sea -. eso desconcertó a Marcos provocando que su mirada fuera aún más seria.

 - Eso no puede ser, llevamos demasiado tiempo, pero solo hemos hallado uno, ¡uno solo! y el segundo es un misterio, ahora dime ¿cuánto tomara hallar uno más? - era notoria la molestia en su voz.

 - Inglaterra... eso creen, que en ese lugar se encuentra y pronto irán para aquel lugar - ya su voz era más seria, más firme, era notorio que también le importaba ese collar.

El silencio se alargó por unos momentos mientras Marcos se concentraba en cada palabra de Yanet.

 - ¿Aun así eso que tiene que ver conmigo? -.

 -No es obvio?, quieren que vayas, saben el gran rastreador y cazador que eres, por ese motivo me enviaron a buscarte y claro me ofrecí encantada - la malicia de su rostro creció de nuevo-.

Marcos la detallo despacio, no dándole importancia a lo último que ella dijo y después de un momento hablo.

 - No, no tengo intensión de ayudar esta vez, coopere en la búsqueda del primer amuleto y lo hallamos, lo demás no me incumbe, solo me interesa cuando encuentren el resto y por lo visto si existe un collar más la espera será larga -.

 -Está bien - ella se encogió de hombros - creo que entenderán, al fin de cuentas tu ayuda a sido muy útil en este proceso, los demás se encargarán del resto.

El asintió en silencio, pero como era de esperarse la pregunta llego.

  - ¿Dime que haces con ese humano?, dudo mucho que sea tu cena ¿o sí? - 

 - Te dije que no es asunto tuyo, puedes irte -.

 - Lo sé, pero me causa curiosidad hace mucho te conozco y sabes que no te traicionaría, pero realmente se me hace demasiado extraño que alguien como tu este con un humano y cuidándolo.

el suspiro de Marcos fue de exasperación.

- Se que no me traicionarías, no sería nada bueno para ti, aun así, prefiero no adentrarte en esto.

Marcos noto como ingresaba en aquella casa sin ningún tipo de permiso y tomaba asiento más normal posible, eso le indico a el que ella no se marcharía sin saber todo, dio un suspiro y gruño en modo de aburrimiento y cerró la puerta.

 

Sin más que hacer Marcos le contó lo sucedido y todo sobre el niño ella solo asintió y escucho atentamente atrapada es esas palabras, después que el acabara de hablar ella no pronuncio palabra por un corto lapso de tiempo, pero luego hablo.

 - Creo que entiendo, ¿pero dime que piensas hacer con él?, nuestros instintos son muy fuertes y el deseo de sangre puede consumirte.

 - Eso puede ser verdad, pero con ese niño es algo diferente, por algún motivo no siento las ansias de beber su sangre, o dime tu, ¿desde que estas acá has tenido esas ansias?

Esa pregunta la saco un poco de balance, era cierto, sentía el olor a humano pero esos deseos de beber sangre no se presentaron en ningún momento, aunque también se podía explicar de que ella no era tan sedentaria como muchos y controlaba eso un poco más que otros, pero convivir junto a un humano como lo estaba haciendo marcos eso si era algo que para ella seria casi imposible tarde o temprano la sensación de sed aparecería.

 -No, aun no siento ese deseo-.

  -Lo ves, no es un humano ordinario es distinto, pero aún no sé qué es y por eso estoy con él, esperando para descubrirlo-.

El niño despertó, ya tenía ocho años y realmente era muy inteligente, fuerte y astuto, aun así, era poseedor de un carácter muy tranquilo y divertido en momentos, el abrir sus ojos vio a Marcos y a esa mujer extraña que no había visto jamás, aun así, le obsequio una sonrisa inocente de un niño.

 - ¿Quién eres? - esa pregunta saco de balance a la mujer, aun así, teniéndole tan cerca sus deseos de caza no eran fuertes y podía controlarlos.

 - Hola cariño - su voz fue suave como la seda, ese niño transmitía algo diferente.

 - ¿Eres amiga de Marcos? -.

Ella asintió lentamente y vio de reojo a Marcos que tenía sus ojos cerrados.

 - Si, lo soy -.

El niño sonrió aún más y la miro directo a los ojos con aquellos ojos maravillosos de un color azul zafiro que eran increíbles.

 - ¿Cuál es tu nombre? -. La pregunta del niño fue repentina.

 - Mi nombre es Yanet, ¿tu cómo te llamas? -.

 - Me llamo Némesis -.

 - Es un placer Némesis-.

El sonrió y asintió. 

- Es un placer Yanet, dime ¿a ti tampoco te agrada mucho el sol? -. Eso el saco de balance miro de nuevo a Marcos que ya tenía sus ojos abiertos y lo observaba a él con cautela.

- Si cariño a mí tampoco me gusta mucho el sol, ¿y a ti? -.




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