Capítulo 10.

Al día siguiente todo fue normal y siguió su curso, aunque se sentía un poco vació el lugar sin Yanet, aun así, Némesis continuo con su entreno y Marcos organizaba cosas del lugar.

Yanet por su parte llego al lugar en el cuál debía encontrarse con sus superiores, para el tema del collar y tuvo un recibimiento repleto de acompañantes, todos igual a ella por supuesto, los observo a cada uno de ellos y entre la multitud uno se abrió paso, ojos tan negros como una noche sin luna en medio del bosque, su rostro pálido como un día frio en algún rincón del mundo, aun así era un rostro fuerte en su dimensión, aquella mirada seria de terror para cualquier ser vivo, la mirada de maldad repleta, su cabello hasta su cintura, sus colmillos resaltaban aún más ya que eran de casi seis centímetros, y con aquellos colmillos se formaba una sonrisa aún más fría que el agua del polo norte y al ver a Yanet solo pronuncio

- ¡Querida Yanet !, ¿cuánto ha pasado ?, o más bien por ¿por cuánto has pasado? - esas palabras fueron acompañadas de una sonrisa más cruel aún.

- E disfrutado la eterna vida que tengo ¿hay algún problema? - esa fue la respuesta de Yanet que ante aquella presencia seguía con su compostura firme.

- Claro que no querida, es tu vida - callo un instante -. Pero sabes que todos estamos buscando un objetivo y tú te marchaste y dejaste eso a medias, además fueron muchos años -.

- Eso no es de tu interés, solo debo darle explicaciones al jefe y por lo visto no está acá -.

el silencio llego de nuevo, pero fue muy breve casi imperceptible.

- Claro que no, sabes que el mantiene demasiado ocupado, como para tomarse estas molestias, pero la orden de llamarte ha sido de él, y la orden de ir en busca del "supuesto amuleto” es de él, ya te has tomado muchas vacaciones.

En instantes sonrió y luego su frialdad se centró en Yanet.

- " Supuesto” ¿a qué te refieres con eso? - .

- No es seguro que lo sea, pero hay una gran posibilidad de que si -.

Eso no convencía por completo a Yanet, aunque la gran verdad es que nada de eso parecía convencerla.

- ¿Dónde es? -.

- Rusia mi querida Yanet, te recomiendo que lleves un buen abrigo - el sarcasmo sale por sus poros -. Escuche que el frio ha incrementado-.

Luego de aquellas palabras soltó una risa fría, que recorrió el lugar a paso lento.

El silencio se tomó el control en Yanet que analizo cautelosamente cada una de las palabras en unos momentos.

- De acuerdo lo hare y si no te molesta empezaré hoy mismo, dime ¿quiénes me acompañaran? - .

De nuevo aquella fría sonrisa en ese rostro, ya empezaba a volverse molesto aun así debía contener eso, Yanet lo tenía muy claro.

- Solo enviaremos a dos más contigo, el amo quiere que demuestres tus habilidades y que te ganes las largas vacaciones adelantadas que tuviste.

Deseaba decir un par de cosas, pero decidió contenerse solo acepto la orden. Alisto todo lo necesario, cuando estaba lista para marcharse.

- ¿Querida? -. Era esa voz de nuevo.

- ¿Que? - .

-Ten cuidado -. Esa palabra fue acompañada con una mirada maliciosa. - Ese lugar umm… es algo inseguro para nosotros -. su risa esta vez fue más estruendosa.

Ella solo se detuvo a observar el suelo y luego se marchó con sus acompañantes que la guiarían al lugar y le mostrarían donde se podría encontrar aquel amuleto y luego tomo rumbo a Rusia, con una sensación algo extraña en sí, un sentimiento que era extraño, pero se podría denominar como inseguridad o temor a que algo pueda suceder mientras ella se encontrara lejos, aun así, aparto ese sentimiento y se marchó.

Por su parte Némesis y Marcos continuaron con sus entrenamientos, los días fueron difíciles en los ritmos de cada entrenamiento Marcos por su parte exigía al máximo al chico para que su mente se enfocara en solo entrenar y no en la ausencia de Yanet, aun así, esos entrenos con el tiempo se adaptaban al chico de manera muy veloz, perdió la cuenta de cuantas veces aquel niño lo sorprendió en cosas que para muchos vampiros incluso serian difíciles de realizar y para el no.

Pero en una ocasión, la mente de Némesis se encontraba en cualquier lugar menos enfocada en los entrenamientos, fue inevitable para Marcos darse cuenta de que pensaba en ella.

- No te preocupes tanto, muchas misiones tardan semanas, e incluso meses, también conozco unas que tardan años -. Esas palabras calmaron un poco al chico.

- Entiendo, solo que estoy acostumbrado a verla siempre cerca conmigo o contigo -. Lo último creo un leve gesto en Marcos, pero desapareció enseguida. - y ahora pienso en cuanto tardará, pero sé que estará bien.

- Así es, estará bien -. Incluso en lo profundo de su ser trato de creer esas palabras.

Y de esta forma transcurrió un mes, dos y tres en aquella espera en la cual ambos entendían que era parte de esa misión a la cual ella debió ir.

Y al cabo de un año Némesis cumplía sus veinte años sin tener ninguna noticia de Yanet al igual que Marcos, la preocupación era evidente pero confiaba aun en que todo estaría bien, aun sabiendo que no ha tenido comunicación en tanto con ella, entendía perfectamente que cuando se trataba de los amuletos el tiempo se podía convertir en un arma de doble filo y la paciencia debía ser prioridad y vital, él ya sabía que era eso mejor que nadie, paso muchos años buscando hasta que logro encontrar aquel amuleto, pero claro en aquel entonces no contaba con muchas pistas y menos una ubicación exacta, como si la tenía Yanet, en esa parte si le parecía un poco extraño, tanta demora, cuando según lo que ella le conto a él, sabían la ubicación del amuleto ¿qué puede estar pasando? o ¿acaso era falso todo eso?, pero si fuese falso todo ya habría regresado o tan siquiera enviar algo, una carta, pero las posibilidades de eso eran muy pequeñas, sabía que se podría arriesgar al hacer eso y podrían descubrir sobre Némesis, sería un riesgo que ella no correría, pensar en la muerte de ella no era un alternativa para él, sabia mejor que nadie lo fuerte que ella es y lo astuta, entonces esa idea la borro de forma veloz.