La marca de la noche

Capítulo 43.

-Claro Que les ayudare-. Danner repitió esas palabras con un tono de dicha.-Es lo que más deseo en estos momentos-.

-¿Enserio?-.

Para Yanet era una gran sorpresa que accediera de este modo tan sencillo.

-Es muy enserio, pero no será nada fácil y lo sabes muy bien-.

-Eso lo se pero no nos importa-.

Danner la miró tan serio que la exsalto un poco.

-Tengo la impresión de que hay muchas cosas que no sabes de la noche eterna desde hace mucho,¿ no es así ?-.

Eso era muy cierto, lo poco que sabía hoy en día era de rumores para nada confiables y ya no tenía comunicación con sus antiguos camaradas.

Danner continúo hablando.

-Si antes la noche daba terror para aquellos imprudentes y dignos de creerse valientes, ahora aquellos de nuestra especie no desean vivir hay, pero  también hay tantos que aman estar sumergidos en nuestro verdadero mundo de maldad y eso a creado caos-.Su tono de voz se hizo más frío.-Pero hablaremos de eso ahora Yanet, tú hijo ya viene y también mis camaradas-.

Y dicho esto apareció Némesis.

Y con ese tono burlón Danner le sonrió.

-Bienvenido a nuestra humilde morada-.

-¿Nuestra?-.

Rápidamente Némesis pensó en que se refería con esa palabra y si todo esto no era una trampa y ¿quien podría estar con el?.

Y sin dar tregua al suspenso de aquella pregunta el lugar se empezó a llenar de un ambiente tenebroso para cualquiera y malicioso, sonidos extraños por cada rincón que no daban señal de provenir de ningún punto pero que parecía estar en todos lados.

El lugar se cubrió lentamente de una niebla muy espesa pero para los presente no era impedimento mirar en medio de ella.

Némesis al presenciar esto puso su mirada en Danner que sólo se limitó a sentarse en un lugar fuera de la casa con esa mirada de burla que al parecer sólo él podía usar.

Aún sería rondando en su cabeza la idea de una trampa pero Yanet no mostraba algún tipo de alerta en su ser y de repente voces más fuertes invadieron el lugar.

"¿Quienes son?, ¿qué quieren?, Danner has traído amigos nuevos".

Y sin más que decir, la niebla desaparecía completamente, seis era él número de vampiros que salieron de aquella niebla,  habían dos frente a Némesis, eran dos mujeres hermosas sin duda, él tercero estaba en una de las bigas de la casa recostado sobre ella con sus brazos cruzados y ojos cerrados, el cuarto y la quinta estaban en la ventana del segundo piso de aquella tenebrosa casa y el sexto se hallaba sobre un árbol sentado como si fuera un niño pequeño.

Némesis podía sentir perfectamente la mirada de los seis incluso del que tenía sus ojos cerrados, aquél poder que amanaba de cada uno de ellos, su poder podía traspasar cualquier barrera así que los miró de la misma forma, pero aunque Némesis no lo puso en ese instante, para ellos el era el extraño y misterioso ser en ese momento.

-¿Porque tardaron tanto ?-

Danner destruyó el silencio presente, mientras mordia una manzana.

-No sabía que tendríamos invitados-. 

Respondió una de las mujeres que estaba frente a Némesis sin  dejar de mirarlo, su nombre era Berenice sus ojos eran de un color violeta, muy extraño pero hermoso sin duda, tenía un tatuaje en su cuellos de un lobo, su cabello era plateado y muy largo, su piel clara como la porcelana, su físico era delgado e incluso daba la impresión de frágil pero no exista nada frágil en ella, le regaló una pequeña sonrisa a Némesis que sintió ese sensación extraña, el solo esperaba sin bajar la guardia ni un instante, la otra mujer camino despacio al estar tan cerca de él, con su mano acaricio el rostro del joven y hablo.

-¿Cuánto tiempo a pasado hermana mía?-.

La mirada de ella estaba fija en Yanet, Némesis no podía creer que Yanet tuviera una hermana  y menos encontrarla acá, estaba claro que ella jamás contaba de su pasado y el había perdido el interés en indagar sobre este al pasar los años, pero omitió en gran manera el hecho de tener una hermana y que era muy similar a ella, con su cabello negro pero con las puntas de este de color blanco, aquellos expresivos ojos color café, su piel con ese tono moreno y su impactante belleza, era inevitable no darse cuenta de la gran belleza de esas tres mujeres presentes, cualquier mortal o ser de otro mundo quedaría atrapado bajo el encanto de las tres hermosas damas, la que se encontraba en la ventana tenía un tono de piel muy claro, ojos color turquesa, su cabello era rojo, un poco más abajo de los hombros y sus labios parecían recién haber bebido sangre ante ese tono rojo tan impresionante, alta y con unas figura delgada, su mirada a diferencia de las otras dos era más profunda y penetrante y oscura en cualquier aspecto.

Por las tres cualquiera moriría sea por amor o por saciar la sed de las bellas damas, máquinas de matar hermosas  pero peligrosas.

Yanet le dio una sonrisa un poco fría.

-¿No me digas que me has extrañado?-

Era un tono muy sarcástico con esa fría sonrisa en ella, Celmid ese era el nombre de la hermana de Yanet, camino hacia ella y la abrazo mientras aún la mirada de Berenice seguía fija en Némesis.

-Claro que te e extrañado, soy tú hermana mayor mi misión es cuidar de ti-

-Yo puedo hacer muy bien eso sóla y lo sabes-.

Celmid sonrió y movió la cabeza en un gesto negativo.

-Lo se, lo se pero aún así no está de más estar atenta a ti -.

Se miraron las dos directo a los ojos por unos instantes y de nuevo se abrazaron, se podia sentir el afectó entre ellas.

-Aun así te e extrañado un poco Celmid-.

Su hermana acaricio suavemente su rostro.

-Y dime hermana ¿quién es este joven tan encantador?-.

Némesis al escuchar esa pregunta miró a Celmid e hizo un gesto de reverencia.

-Mi nombre es Yannick, madan-.

La miró directo a los ojos y está vez ella quedó atrapada en él.

- El es muy especial para mi es como mi hijo -.

-O ya veo, entonces dime Celmid porque tía no suena tan bien Para alguien tan joven como yo-.




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