Detuvo el auto cuatro casas antes de la de Jessica, se observó por el espejo del auto parecía que aquel traje oscuro se hubiera adaptado a su cuerpo, su cabello estaba recogido por una sutil liga negra, motivo por el cual le estaba agradecido a Yanet, solo en dos ocasiones se lo había recogido así, mientras un mechón bajaba por su lado derecho, suspiro y acercó el auto hasta quedar en la entrada de la casa, los nervios no eran visibles en su exterior ya que podía ocultar su presencia de cualquier emoción aún asi en su interior era algo distinto, camino despacio hasta presionar el timbre no se tardó mucho el abrirse la puerta con dos figuras, pero quedo impactado al notar a aquella joven con ese vestido rojo que la hacía lucir mas hermosa de lo que ya era, su cabello tan liso como la seda y aquella mirada que lo hacía olvidar por instantes, estaba hermosa no hay duda, la figura junto a ella era su padre que lo miraba con simpatía y que Némesis percató después de haber reaccionado tarde por estar atrapado en la belleza de su hija.
-Hola-.
Ella tomo la iniciativa como ya era algo casi habitual, estaba helado aún viendola hasta que sin pensarlo respondió.
-Hola-.
No sono nada bien pensó, aún así ella sonrió y se acercó un poco más a el mientras el aún la miraba.
-Lindo auto-.
Ese voz lo despertó, notando como brillaban los ojos del hombre mientras a esa distancia contemplaba su auto.
-¿Es tuyo?-.
-Si señor, lo es -.
Hizo un gesto de sorpresa y alegria mientras su vista aún estaba en el vehículo, Némesis se percató de ello, estiró las llaves directo a el, no había que tener super poderes para darse cuenta que el hombre deseaba estar tras el volante.
-¿Le gustaría conducirlo?-.
La pregunta hizo al padre de Jessica desviar la mirada instantamente del auto al rostro del chico que lo miraba con amabilidad mientras sostenía las llaves frente a él, el hombre deseaba hacerlo pero se contuvo.
-En otra ocasión será Yannick-.
Tenía una amplia sonrisa de gratitud aunque parecía estar arrepentido de haber dicho no, Némesis bajo las llaves y asintió, el hombre miro a su hija y luego a el.
-Aún no te conozco bien pero confío, por favor cuida a mi hija-.
Aquellas palabras fueron las mas serias que escucho el de todas las que había dicho el señor, el lo entendió.
-Lo haré señor -.
Fue la respuesta de el mientras por unos segundos su mirada se clavó en el hombre frente a él, el señor sonrió y luego Jessica se despidió de el.
Como era de esperarse la educación de Némesis fue basada en siglos atrás, la caballerosidad, gentileza, eran algo que hacían parte de el.
Le abrió la puerta del auto a Jessica mientras ella le sonreía y le daba un tierno "gracias", el viaje por unos minutos fue silencioso hasta que la música de la radio se encendido, el silencio no era incómodo era agradable.
-¿A dónde iremos?-
Extrañaba esa voz pensó en su interior.
-Será una sorpresa-
Le contestó mientras llevaba su vista puesta en el camino, ella lo contemplaba y sentía aquella atracción que el conductor de aquel auto causaría en cualquier mujer del mundo, sus ojos, piel, labios, aquel cabello que hoy recogido lo hacía ver sexy sin importar si estaba recogido o suelto, el color del traje se mezclaba a la perfección con el color de sus ojos, sintió que su respiración se alteró y sus mejillas se sonrojaron, hasta que el voltio y ella quedo en shock.
Cuando sus miradas se encontraron, después de un segundo bajo la vista a sus manos, pero aún sentía que el la miraba, después el volvió a centrarse en el camino el resto del viaje siguió en el mismo agradable silencio.
El lugar era agradable a la vista, amplio y no muy llamativo, con sus cortinas color violeta, espacioso aunque al ingresar Némesis se percato de que solo habian personas en veinte mesas el resto aún se hallaban vacias, desvió su vista hacia Jessica que miraba todo con sorpresa como cuando llevas aún niño pequeño a una heladeria, el joven mesero se acerco y los guio hasta su mesa, tomaron asiento se miraron una vez más y luego cada uno miro el menú ubicado en sus puestos, realmente el no quería mas aquel silencio, quería hablar, preguntarle y que ella hiciera lo mismo pero resultaba tan difícil para él entablar ese tipo de charlas, pero debía hacerlo en algun punto de esa noche, así que tomo valentía.
-¿ Te gusta el lugar?-.Fue lo mejor que se le ocurrió preguntar, incluso no creyo poder hacerla, ella aún lo miraba y eso lo intimidó un poco, ¿pero como carajos ella podia tener ese poder sobre el?, ¿como podia volverlo tan débil con la frialda que el tenía, en esas preguntas no encontraba respuestas.
-Es muy lindo-.Lo pronunció lento y tierno.-Me gusta el ambiente-.
Debia darle un punto al tonto de Danner, el lugar era agradable, llego el tiempo de hablar de nuevo o eso creyo.
-Ya pensaste-.
-Ya pensaste-.
Los dos pronunciaron las mismas palabras al mismo tiempo y sonrieron.
-¿Dime?-.
-Tranquilo, dime tú-.
-¿Ya pensaste en que pedir?-.
Decidio mirar el Menú nuevamente.
-Creó que ordenare lasaña, ¿ y tú ?-.
Nada de lo qye habia en el menú llamaba mucho su atención, el solo estaba hay por ella solo por eso.
-Ordenare el filete-.
El mesero se aproximó tomo la orden de cada uno y se retiró, nuevamente ese silencio llega a el lugar, se podía percibir el sonido de las voces provenientes de las demas mesas, cada mesa en su propio mundo.
-¿y Bueno?-.
El presto atención.
-¿Y bueno?-.
-¿Quiero saber de ti Yannick?-.
Sabia que esa pregunta llegaria tarde o temprano, esperaba que mas tarde pero estaba bien eso.
-No pudimos hablar bien la ultima vez porque regreso mi padre,¿ lo recuerdas?-.
Claro que lo recuerda, en ese momento el tenía un poco mas de valentia que ahora pero debia contarle ella, habia decidido hacerlo, ella había decidido estar cerca de él, su deber era contarle o almenos poco a poco hacerlo.