-¡Izquierda! –El grito de Obielus lo puso alerta y con un golpe de su arma bloqueo un ataque que Anny le propinaba.
Se impulsó para dar un gran salto, en el aire soltó su arma lanzándola a gran velocidad contra un costado de Anny, esta se arrastró por el suelo esquivando el gran cuchillo que se dirigía a ella y un gran impacto resonó por todo el lugar. Una gran ola de magia de color plateado lanzo a Anny lejos, él se cubrió el rostro, ya sabía por experiencia que su propia magia no podía hacerle mucho daño.
Giro su rostro, Anny tenía en alto su lanza preparada para darle un golpe de gracia, no fue tan rápido como para volver a empuñar su arma cuando Anny le dio un gran golpe en el brazo que levanto para cubrir su rostro, la sangre corrió por este y el dolor estallo en cuestión de segundos. Retrocedió e invoco su arma, la empuño con fuerza mientras lanzaba un ataque hacia Anny, la cual retrocedió, pero no lo suficiente como para que le propinara un corte en el rostro, lanzo una ráfaga de magia, pero antes de que impactara Anny pronuncio:
-¡Petar! –Su magia se devolvió violentamente haciéndolo dar piruetas en el aire.
Se agarró fuertemente a lo primero que encontró (En este caso, fue una rama) y giro su cuerpo, comenzó a caer por los aires a gran velocidad, lanzo un aturdo a Anny y antes de caer violentamente grito:
-¡Vampesta! –Levito unos momentos en el aire y después cayó en el suelo de rodillas, levanto rápidamente la cabeza, Anny se estaba recuperando del hechizo y venia corriendo con una sonrisa triunfadora.
El sonido de sus armas chocando entre si era el único en ese lugar, Obielus observaba en silencio, complacido en su mente al ver el progreso de ambos chicos, incluso podría decir que ambos disfrutaban de luchar entre sí.
Sonrisas triunfantes se implantaban en ambos rostros, los cortes que cada uno tenía en el cuerpo eran ignorados, concentrándose simplemente en la lucha de sus armas por triunfar. Otro choque se produjo entre estas, estaban forcejeando por hacer que el otro desistiera y soltara su arma, rindiéndose.
-Vamos, Noches –dijo con una sonrisa socarrona, admirando la determinación en los lindos ojos de Anny, esperen... ¿Él pensó eso en serio?
-Nunca, Henry. –Se impulsó y dio un salto, Henry giro y justo cuando esta caía en el suelo y se giraba ambas armas se posaron en sus cuellos, la punta de su lanza en el cuello de Henry y la afilada hoja de metal del cuchillo de este en su cuello. –Suéltala, querido. – Un escalofrió se presento en Henry, pero este solo sonrió en respuesta.
-No puedes hacerme demasiado daño, querida. –Ambos cuerpos ya estaban débiles, Henry sintió su brazo temblar y caer debido a la sangre que estaba perdiendo y el posible hueso roto.
Obielus se acercó algo enojado a ellos.
-¡La idea es pelear, no matarse entre ustedes! –Cuando llego a su lado reviso rápidamente el brazo roto de Henry, el cual respiraba agitado igual que Anny, que hasta el momento le daba atención a la sangre que le brotaba de la cara.
-Creo que nos emocionamos más de la cuenta –dijo con una risita Henry, Obielus rodo los ojos y soltó su brazo.
-Dilo tú, ¡Me tiraste esa cosa a la cara! –replico Anny cruzándose de brazos.
-Y tú me rompiste el brazo, es incluso injusto, Querida. –Una sonrisa de lado se presentó y Anny rodo los ojos, sonrió y le revolvió el cabello a Henry mientras este se sostenía el brazo roto, que ya estaba sangrando demasiado y comenzaba a sentirse mareado.
-Vámonos antes de que se muera desangrado. –Obielus ya tenía abierto el portal para dirigirse al refugio, Anny sostuvo a Henry por los brazos y lo ayudo a travesar el portal, al fin y al cavo si tenía razón, se mordió los labios arrepentida al ver el brazo roto.
Cuando vieron la sala de lo que hace algún tiempo comenzaron a llamar "hogar" fue que escucharon los pasos rápidos de Artemisia, está ya tenía en sus manos una poción para aliviar sus golpes y sus heridas, pero casi se le cae de las manos al ver el brazo de Henry.
-¡Por Bellator! ¡¿Qué paso?! –Se lo arrebato de los brazos a Anny y de inmediato conjuro una luz en sus manos, la paso por el brazo de Henry y la herida de este comenzó a suturarse, estaba tan débil que solo emitió un gemido de dolor.
Lo sentó en una silla y con un chasquido hizo aparecer dos frascos, uno de un líquido violeta y otro de un color rojo demasiado oscuro. Tomo el frasco con el líquido violeta y lo paso por su brazo, pareciera que el hueso comenzaba a sanarse ya que Henry apretó el borde de la silla en una muestra de dolor. Cuando su respiración se normalizo Artemisia le tendió el otro frasco.
-Tómalo, Henry, reestablecerá la sangre que perdiste. –Henry lo tomo con el brazo que estaba sano y bebió con una cara de disgusto, Artemisia le acariciaba el cabello preocupada.
-Sabe cómo si chupara una moneda –dijo limpiándose la boca. Artemisia soltó una risita y dejo de acariciarle el cabello.
-Sirve para reestablecer sangre, supongo que debe de saber a eso. –Se levantó y fue a la mesa donde se encontraban unas toallas, se acercó a Anny y comenzó a limpiarle la sangre de la cara. –Parece que se emocionaron demasiado hoy. –Les dirigió una mirada severa, ambos sintieron un escalofrió y Obielus trato de disimular su risa.
-Si, madrina. Creo que nos segó un poco la adrenalina hoy. –Cuando Anny le decía madrina le era imposible molestarse, aunque igualmente mantenía los labios fruncidos.
-Vayan y cámbiense esa ropa manchada de sangre, les preparare algo y después a la cama. -Ambos asintieron sin cuestionar y corrieron a su cuarto, entraron y soltaron suspiros de alivio.
-Lo siento, creo que si me pase. –Se disculpó Anny mientras Henry se daba una pequeña ducha, el sonido del grifo cerrándose y ya no escuchar el agua caer le indico que la había escuchado.
-No te preocupes por eso. –Salió dando un bostezo de cansancio, ambos cruzaron una pequeña sonrisa, pero el arrepentimiento de Anny persistía.