Ocho

—¿Tienes algo con Eric?—cuestiona Allyson cuando Cameron se acerca a Jake.

Mi rostro colorado me delata por completo.

—No… —alzó una ceja.

—Los vi en el bar como estaban demasiado juntos—me dice.

—Solo bailamos.

—Sí, solo bailaron.

—No pasa nada con él.

—No te creo.

—Pues créelo.

—No lo haré.

—No pasa nada entre él y yo, al menos no aún—exhale, sintiéndome con ganas de gritar—Eric es lindo, y si me gusta pero yo a él no, y no quiero ser algo de una sola noche.

Le estuve dando vueltas al asunto por varios días, trate de buscar una respuesta diferente a lo que ya sabia. En conclusión, cada una de mis dudas me llevaron a la misma respuesta, admitir que me gusta.

Me sentí así aquel día en el bar porque quería que me besara, y que se retractara me hizo sentir que había algo mal conmigo.

—Oh, le gustas—le aseguro.

—¿Cómo sabes?—hunde los hombres—nunca ha dado un indicio de que lo haga, además él me ha dejado claro que no quiere una relación por ahora.

Recordé sus palabras que me dijo en su piso;

—Se que le gustas—afirmó si duda—, los hombres son tan evidentes cuando una chica le gusta, suelen hacer esa típica mirada, alzan un poco el rostro y luego sonríen mientras te miran hablar o hacer cualquier cosa.

—Como Ryan te mira a ti.—le recordé.

A veces me encanta molestarla con eso, y ahora que ella y Ryan avanzaron un pequeño paso en su convivencia más.

—Sí—pone mala cara—no sabe disimular. Nunca supo hacerlo.

—Sabes que aún le gustas, ¿Y no haces nada por estar con él?—niega con la cabeza—¡¿Por qué?!

—No lo se, Kay. ¿Quizá por qué no quiero estar con él?

—Ay, vamos ¿Me vas a negar que aún te gusta?

—No, pero… —hace una pausa, clavando la vista en Jake que patea el balón con Cameron—tengo miedo ¿vale? Créeme que me fascina estar con él, y también el que me mire como solía hacerlo hace años, incluso qué me bese aunque yo diga que no.

—Lo que tienen ahora…

—No tenemos nada,—la corto—Solo han sido un par de besos, y también me di cuenta que aun lo quiero pero eso es diferente a volver a estar juntos, no somos pareja ni lo seremos y no se si estoy preparada para volver a serlo.

—¿Aún te duele?

Concretamente no se a que me refiero, algo hubo de lo que nunca me enteré, y respeto su decisión de guardárselo.

No obstante, eso que no sé, es lo que le impide volver por completo con Ryan.

—Creía que no, pero si.—me miró, pude ver ese dolor en sus ojos como aquel día que firmó el divorcio—volver a tenerlo en mi vida ha sido genial, también he pensado en que pasaría si lo volviéramos a intentar y siempre llego a la misma conclusión.

—¿Cuál?

—Un caos total.

—Pero bonito—sonreí.

—Magnífico—me dio la razón.

—Un magnífico caos.

—Ugh, suena a nombre de libro cliché donde el tipo es un idiota pero aún así la chica se enamora y él por amor cambia.

—Sí, esos son mis favoritos—suspiré dramáticamente.

—Mi amiga con gustos extraños.

—Soy esa—suelta a reír cuando alzo la mano.

Sin embargo Ryan llega interrumpir nuestra conversación. Allyson borra la sonrisa, su cuerpo entero se tensa al ver a su ex marido.

Ambos se saludan con un torpe “Hola”. Niego, levantándome y llendo hasta Cameron y Jake.

Ambos me incluyen en su pequeño partido, al menos hasta que Voldemort y Allyson se acercan.

Me sorprende la familiaridad con la que Jake reacciona ante el, a la vez me alegra que por fin sepa la verdad. Ambos tienen derecho de tenerse el uno al otro.

Con Cameron nos despedimos.

El camina a mi lado, en silencio.

Cameron es una de las personas más sensatas y correctas qué conozco, lo conozco desde que mi amiga se separó.

Podría decir que de los tres, es el único que tiene raciocinio.

—¿Puedo pedirte un consejo?—llegamos hasta su auto.

—¿Cómo abogado o como amigo?

—Como amigo.

—Adelante.

Tomo valentía para contarle de mi situación, aunque creo que ya lo sabe. Aun así, le resumo lo que ha pasado con Eric, la situación en la que estoy, y como me siento al respecto.

—Así que te gusta alguien, pero crees no gustarle a él.

—Exacto. El otro día cenamos en su casa, y dijo que no quería tener una relación, pero después llamó cita a nuestra no cita y eso fue extraño.

—¿Te dijo que no quiere una relación?

—Sí, y después estuvo a punto de besarme pero se alejó. No lo hizo. Me confunde.

—¿Le has preguntado directamente?

—¿Preguntarle si le gusto? ¿Cómo rayos hago eso?

—Solo acércate, dile que te has sentido diferente, pregúntale si ese sentimiento es mutuo y listo.

—¿Y si me dice que no siente lo mismo que yo?

—Hay un millón de chicos en el mundo—se encogió de hombros—. Mira Kate, eres bonita, trabajadora, y una gran mujer con muchas cualidades, no gustarle a un chico es, en una escala de tus habilidades del uno al diez, un uno.

—¿Y con eso quieres decir que…?

—Que eres una chica maravillosa, y no gustarle a alguien no debería quitarte el sueño, ni hacerte sentir mal.

Solté el aire de mis pulmones.

Cameron tenía razón, no gustarle a Eric es el menor de mis problemas.

—Se directa con él, y si no siente, o no quiere nada contigo, no te enfrasques tanto en ello. Seguramente hay miles de chico que sí quiere algo contigo.

—Gracias, Cameron. Eres un gran amigo.

—No tienes que agradecer.

—No entiendo como Allyson no te valoró, si yo hubiera sido ella ni de coña te dejo ir—bromeo.

—Le agradezco que lo haya hecho.

Porque si no le hubiera dicho la verdad, no hubiera conocido a su novia.

—Vamos, si hubiera sido yo de quien te enamoraste, jamás te hubiera dejado.

—¿No?

—No, porque yo no tenía un ex marido del cual seguir enamorada.

—Yo creo que nunca me habrías hecho caso—me sigue el juego.

—Nunca lo sabremos.

—Vamos, te llevo a tu casa—señala el auto.