La marca del destino

CAPÍTULO 6

Taỳr luchaba por abrir los ojos, como si el sueño pesado y oscuro que la atrapaba fuera un pantano del que no podía escapar. Cuando por fin lo logró, un dolor punzante en el costado la trajo de vuelta a la realidad. Al intentar moverse, soltó un quejido que llamó la atención de Moura.

─ ¡Gracias a los dioses! ─exclamó su madre, abrazándola con fuerza y besándola en la frente.

─ ¿Dónde estamos? ─preguntó Taỳr, con la voz rasposa y débil.

─En un lugar seguro, gracias a Jared y Erguth ─respondió Moura mientras acomodaba las cobijas.

Taỳr frunció el ceño. Recordaba al tal Jared con esa expresión de permanente disgusto, como si el mundo entero lo irritara. Decidió no comentar nada y cerró los ojos. Sin embargo, el recuerdo de su mirada fría y cortante permaneció en su mente.

Los días pasaron, y aunque el dolor seguía presente, Taỳr se empeñaba en demostrar que estaba lista para continuar. No quería ser vista como una carga, mucho menos por Jared, cuya paciencia parecía tan escasa como el agua en un desierto. La mañana del tercer día, cuando todos estaban listos para partir, Jared se acercó a ella.

─ ¿Puedes caminar o te cargamos ahora? ─preguntó con una voz que no ocultaba el sarcasmo.

Taỳr lo miró, molesta. ─Estoy perfectamente capaz de moverme por mi cuenta, gracias. No soy una muñeca de porcelana.

Él soltó una risa seca. ─Ya veremos cuánto "perfectamente" te dura cuando llevemos una hora caminando.

Ella resopló, intentando mantener la dignidad. No iba a darle el gusto de mostrarse débil frente a él. Sin embargo, después de media hora avanzando entre rocas y raíces, Taỳr comenzó a quedarse rezagada. Cada paso era un recordatorio punzante de su herida, pero no estaba dispuesta a pedir ayuda. Jared, por su parte, lo notó de inmediato.

─ ¿Por qué no me sorprende? ─murmuró para sí mismo antes de detenerse. Giró sobre sus talones y la miró con los brazos cruzados. ─ ¿Quieres que hagamos una pausa para que recuperes el aliento o prefieres arrastrarte el resto del camino?

─Estoy bien ─replicó ella, con los labios apretados, apoyándose en una roca para no perder el equilibrio.

─ ¡Claro! ─respondió él, rodando los ojos. Sin esperar respuesta, avanzó hacia ella, inclinándose lo suficiente para levantarla del suelo en un solo movimiento.

─ ¡Oye! ¡Bájame ahora mismo! ─protestó Taỳr, forcejeando, pero él no le hizo caso.

─ Ahórrate la energía ─dijo Jared, mientras ajustaba su agarre para evitar que se cayera. ─No tenemos todo el día.

El color subió a las mejillas de Taỳr. Nunca antes había estado tan cerca de un hombre. El calor que emanaba de Jared, su fuerza y la firmeza con la que la sostenía la hacían sentir vulnerable de una manera nueva y desconcertante. Sin embargo, decidió concentrarse en lo que realmente importaba.

─Sabes, podría haber seguido caminando si hubieras tenido un poco más de paciencia ─dijo, intentando sonar segura, aunque su voz temblaba ligeramente.

─ ¿Paciencia? ─replicó él, lanzándole una mirada de reojo. ─Creí que ya habíamos establecido que no soy un hombre paciente.

─Bueno, eso está claro. Tu personalidad lo grita a los cuatro vientos.

─ ¿Y tú? ─respondió Jared con una mueca divertida. ─Pareces más una niña mimada que alguien lista para sobrevivir en estas tierras.

Taỳr abrió la boca para responder, pero se quedó sin palabras. Jared, satisfecho, sonrió ligeramente antes de continuar caminando. Finalmente, cuando llegaron al lugar designado para acampar, él la bajó con brusquedad, como si de repente le incomodara sostenerla por más tiempo.

─Aquí tienes, princesa. Tu trono improvisado. ─Señaló un tronco caído antes de girarse y alejarse sin decir nada más.

Ella lo observó con los ojos entrecerrados, intentando ignorar el calor que aún sentía en su rostro.

Esa noche, cuando Moura preparaba la cena, Taỳr seguía pensando en Jared. Su actitud fría y cortante la irritaba, pero al mismo tiempo, había algo en él que despertaba su curiosidad. Por su parte, Jared, sentado cerca del fuego, lanzaba miradas rápidas hacia ella. Su mente le decía que debía mantenerse alejado, pero su instinto parecía tener otros planes.

La tensión entre ambos era evidente para cualquiera que los mirara. Erguth, que observa la escena con una sonrisa divertida, finalmente rompió el silencio.

─ Bueno, Jared, parece que no eres inmune al encanto de nuestra joven amiga.

Jared lo fulminó con la mirada. ─Come y cállate, Erguth.

Los días avanzaban, y en el campamento, la rutina comenzaba a establecerse. En algún momento del día mientras Jared y Erguth debatían sobre el mejor camino hacia Thanet.

— ¡El bosque es una trampa mortal! Si esas criaturas no nos matan, los bandidos lo harán —gruñó Erguth, cruzando los brazos con firmeza.

— Y si seguimos tu "seguro" desvío, estaremos dando vueltas hasta el próximo siglo —replicó Jared, con el ceño fruncido —. No tenemos tiempo para rodeos.

Taỳr, que escuchaba desde un costado mientras practicaba con su espada, decidió intervenir.

— ¿Por qué no encontramos un punto medio? —sugirió con un tono que intentaba ser diplomático, pero que sonaba más desafiante de lo que pretendía—. Podemos usar los bordes del bosque, evitar las zonas más peligrosas y avanzar rápido.

Jared giró hacia ella con una expresión que oscilaba entre la incredulidad y la exasperación. —Mira, niña, esto no es una excursión. Aquí no se aceptan "sugerencias creativas". Déjanos esto a los que sabemos.

El fuego en los ojos de Taỳr se encendió de inmediato.

— ¿Niña? —repitió con sorna, dejando caer la espada al suelo—. Perdón, maestro de la supervivencia.

Erguth, entretenido con el intercambio, soltó una risa por lo bajo.

Jared respiró hondo, como si estuviera conteniendo un torrente de palabras poco amistosas.

— Dos reglas, Taỳr.

— Levantó dos dedos con firmeza—. Uno, no opines. Dos, no cuestiones. Así todos llegaremos vivos.



#1468 en Fantasía
#265 en Magia

En el texto hay: poder, , aventuras

Editado: 18.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.