La más vieja del harén

CAPITULO 8

Aslan y Mustafá caminaban por el muelle cuando vieron a lo lejos la figura de Akira, conversaba con un hombre, llevaba un sari de color azul turquesa que le hacía resaltar más su tono moreno de piel.

-Es muy bonita – comentó Mustafá.

- ¿Esa pantera?

- ¿Pantera? - pero no alcanzó a tener respuesta pues ya estaban junto a ella.

-Mustafá, príncipe – les dijo saludándolos.

-Akira – dijo Aslan pronunciando su nombre casi a fuerza.

- ¿Qué hace aquí? – lo bueno que fue Mustafá el que hizo la pregunta.

-Estoy arreglando unas cosas para mañana, tenemos fiestas, estoy invitando a unas personas, y también preguntando por unos barcos que estamos esperando su arribo – en eso momento Mustafá se separó al parecer vio algo.

-Ustedes ¿qué hacen aquí?

-Nos enteramos de que un amigo estaba desembarcando.

-Ah tiene amigos, yo creí que su carácter no le permitía tener amigos aparte de Mustafá – el comentario lo disgustó bastante.

-A mí también me sorprende que pueda entablar una conversación con alguien, sin ofenderlo.

-Al contrario de lo que piensa, yo sí tengo varios amigos, dentro del castillo, y en toda la ciudad muchos más.

-Me es difícil de creer, en especial si es una mujer tan fea como usted – entrecerró los ojos de coraje, y respiró profundamente, cuando giró sobre sus talones para comenzar a caminar y dejarlo ahí parado, Aslan pudo ver como sus redondas caderas se contorneaban poniendo distancia entre ellos, mientras que Akira pensaba que ella nunca se había considerado bonita, pero que te lo dijeran en tu cara si le dolía, y más viniendo de un príncipe tan atractivo, eso sí llegó a ponerla furiosa. Mientras que Mustafá llegó para comunicarle que el barco que esperaban ya estaba en el puerto.

Akira estaba en la biblioteca cuando Emre llegó algo turbado.

- ¿Qué pasa Emre?

-El príncipe tomó anoche toda nuestra remesa de vino.

- ¿De qué estás hablando?

-Se la llevó toda – Los ojos de Akira se abrieron de la impresión.

- ¡Desgraciado! ¡Lo sabía! ¡sabía que ese principito mimado nos saldría con algo así! – en eso entró Aslan dejando impresionado a los dos.

-Principito mimado, creo que me confunde con mi hermano – le dijo dirigiéndose a ella – mis padres me mandaron a detener las invasiones de los Kurdos en el sur, y después a los rumanos en el norte, si para mis padres el que yo haya dormido en el lodo y frio, caminado entre cientos de cadáveres, peleado bajo el sol y la lluvia, haber caído herido en varias ocasiones, eso es para mis padres mimarme, creo que sí, fui mimado – avanzó hasta la mesa dejando caer un gran saco de monedas de oro, para salir de la biblioteca sin decir nada más, la boca de Emre y Akira se cerró después de un rato, cuando Emre abrió el saco y vio la cantidad de oro dijo…

-Es al menos tres veces más de lo que esperábamos ganar – ahora Akira tenía cargo de conciencia.

En la tarde los invitados a la fiesta comenzaron a llegar, mercaderes y algunas personas del pueblo junto con sus familias, comenzaron a tomar asiento en los cojines que estaban al rededor del salón, iluminados por velas, flores, adornos, con mucha comida y vinos, las chicas que tocaban instrumentos tocaban música, cuando un grupo de chicas vestidas con saris rojos, llenos de brillos, sus cabellos largos bien peinados, se veían hermosas, Akira las lideraba.

-Bien venidos todos a nuestra fiesta anual, celebrando el fin de la cosecha de la uva, - dijo dirigiéndose a todos, luego sus ojos se clavaron en Aslan - Príncipe Aslan por lo que hizo esta mañana, vender nuestro vino y hacernos ganar más de lo que esperábamos, las chicas del castillo le agradecemos y bailaremos danzas de mi país, la India, en agradecimiento – Aslan no supo por qué, pero el comentario le causó gracias haciendo aparecer una sonrisa en su rostro.

Las jóvenes tocaron música se podría decir estruendosa y rápida para lo que estaban acostumbrados, las jóvenes comenzaron a bailar con una coreografía perfecta, moviendo sus brazos, piernas, sus caderas estómago, todo un deleite verlas bailar, pero Aslan solo tenía ojos para la chica que estaba enfrente de él liderando el baile, que forma de moverse, sus pasos eran perfectos, y sus contoneos sensuales, para cuando terminaron él estaba completamente extasiado de una piel morena y unos enormes ojos cafés.

La fiesta se prolongó por horas, contentos cuando las chicas del castillo hacían la fiesta del fin de la cosecha, todos la esperaban. Aslan buscaba Akira que no la había perdido de vista en toda la noche, cuando fue ella la que se acercó a él.

-Espero que me disculpe príncipe por mi comentario de esta mañana.

-Creo que príncipe consentido es uno de mis mejores insultos, estoy seguro que he tenido peores – ella le sonrió.

-Jamás bailo en público, fue mi forma de disculparme, le dedique mi baile – Aslan al enterarse de eso no supo que pensar, lo que se sentía muy alagado, estaba a punto de decir algo cuando Fatma llegó para arrastrarlo con las demás chicas que lo recibieron dedicándole sus sonrisas.

Otro que estaba extasiado con todo era Mustafá, que se sentía exactamente como un príncipe otomano en un harén, en toda su vida había estado tan contento, sentía como si fueran un regalo después de haber estado tantos años en guerra acompañando a Aslan, ahora estaba recibiendo las mieles de sus triunfos, y ver a Elizabeta con toda su altura bailar y moverse era la cereza del pastel.




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