La Mascara De Suri

CAPITULO 7

El éxito en el quirófano y en el piano le dio a Makiko una confianza que Suri no había conocido. El eco de Suri en su mente se había convertido en un susurro familiar, una voz amiga que la ayudaba a navegar por las aguas turbulentas de esta nueva vida. Los colegas del hospital, la notaban más serena, más centrada, como si la amnesia le hubiera quitado la capa de ansiedad que a menudo la cubría. Su padre, Juan Andrés, no podía estar más orgulloso, viendo en su hija la culminación de sus propias esperanzas.

Un día, mientras Makiko revisaba los archivos de Suri en la computadora de su apartamento, la voz en su mente se tensó. "¡No! No abras ese archivo."

Makiko, curiosa, ignoró el consejo de Suri e hizo clic en una carpeta llamada "Asuntos Personales". Dentro, había una foto de Suri con un hombre alto y de ojos oscuros. Debajo, un archivo de texto con el nombre "Marc" y una larga cadena de correos electrónicos. Makiko no había tenido que lidiar con relaciones románticas en su vida anterior; la lealtad a su clan era todo lo que necesitaba. La complejidad de una relación amorosa era un campo de batalla para el que no tenía mapa.

Mientras leía los correos, el alma de Suri en su mente se agitó. -¡Makiko, no! Es demasiado doloroso. Fue un error. Un gran error.-

Los correos revelaban una historia de amor, traición y un final abrupto. Marc era el ex prometido de Suri. La relación había terminado de forma dolorosa, dejando una herida profunda en el corazón de Suri. Brenda, la leal amiga, se había negado a hablar del tema, protegiendo a Suri de un recuerdo que la había atormentado.

Makiko, con la disciplina de una estratega, no podía ignorar la información. Un enemigo del pasado de Suri, una debilidad que la hacía vulnerable, un fantasma que la perseguía. Si quería dominar esta nueva vida, tenía que entender a este hombre. Tenía que conocer el terreno del corazón de Suri.

El sonido de la notificación de un nuevo correo rompió el silencio. El remitente era Marc. El mensaje era corto y conciso: -Suri, sé que has estado en el hospital. Necesito verte. Por favor, hablemos. Es importante.-

Makiko sintió un nudo en el estómago. La guerrera dentro de ella se sintió extrañamente confundida. En su mundo, una traición se resolvía con una confrontación directa, con honor. Pero en este mundo, el campo de batalla era invisible, y el honor se debatía en palabras y sentimientos.

La voz de Suri en su mente se hizo más débil, como si el dolor de los recuerdos la estuviera consumiendo. -Makiko, no lo hagas. Te hará daño, como me lo hizo a mí.-

La guerrera dentro de Makiko tomó una decisión. -Suri, no somos la misma persona. Mi honor no está en juego, pero la paz de esta vida sí lo está. Necesito saber qué pasó. No hay forma de ganar una guerra si no conoces a tu enemigo. -

Makiko, en el cuerpo de Suri, respondió el correo. -Acepto. Nos vemos el viernes.- En ese momento, Makiko entendió que su nueva vida no era solo una misión profesional, sino una búsqueda personal. Tenía que luchar contra los fantasmas del pasado de Suri para poder forjar un futuro para sí misma.




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