El camino hacia mi nuevo descubrimiento, fue intenso, recorrí muchos lugares de este nuevo mundo para mí; pero a medida que pasaba el tiempo, me fue adaptando a esta nueva realidad, ya no era aquella mujer, que despertó un día no sabiendo donde estaba, que hacer con su vida; sintiendo a cada instante la inseguridad de no saber que hacer o decir; mi nueva realidad era ésta, mi relación con mi Padre Juan Andrés, se intensificó, poco a poco fue ganando un espacio en mi corazón hasta el punto de poder llamarlo papá, sin sentir que estaba siendo hipócrita, realmente lo quería; me había dado las herramientas para descubrirme; tal vez en el fondo intuyo que no era la misma Suri, antes del accidente, pero lo que importaba para él, era que pudiera ser feliz y encontrar el sentido a mi vida.- Brenda, aquella mujer demasiado eufórica para mi gusto, me enseñó a ser mas empática con las personas, a despojarme de esa coraza de rudeza y desconfianza que el calor de la batalla en mi mundo, me había marcado; aprendí gracias a ella, a ver las cosas de un color diferente, a integrarme con los grupos, a socializar y de esta manera, ser mas feliz también.- Por ahora encontré este lugar precioso en las afueras de Iseltwald a orillas del Lago de Brienz, un lugar soñado, es mi nuevo punto de referente; “la vida sigue y cada quien busca lo que cree querer, pero la vida nos da lo que realmente necesitamos”