Álex se dio cuenta que él la estaba mirando y buscó un pretexto para salir de ahí. Se moría de vergüenza al saber que René la acababa de ver con la guardia baja.
—Voy a ver por qué Noe tarda tanto en volver—le comentó a Valentina.
La muchacha salió de allí rápidamente mientras que la mujer veía a su hijo yendo hacia el salón.
—Estás pálido hijo ¿No te habrás enfermado en el entrenamiento?—le puso la mano en la frente y después sobre las mejillas.
—No sé…no creo—se pasó una mano por el cuello—Yo me tengo que ir ya para el hotel. Mañana en la tarde pasará Alfredo por ustedes para llevarlos a la cancha. Si necesitan cualquier cosa avisen ¿Sí?
—Está bien René, así lo haremos… ¿De verdad que te encontrás bien?—su madre sabía que algo no estaba bien con él.
—Sí, todo bien—se escuchó a Mía de fondo llamando a su madre—Andá con mi hermana, nos vemos mañana—se despidió de ella y caminó hacia la puerta de salida, pero antes hizo una breve parada a la altura de la cocina.
—¿Seguro que estás bien Álex?—Noe se acercó a ella que estaba al fondo de la cocina.
—Segurísima—guardaron silencio por un momento—Estás guapísima con ese vestido, en serio, y me hace muy feliz que Juanmi te haya elegido a ti…y tú a él por supuesto. Estáis hechos el uno para el otro y os quiero un montón—ambas amigas se abrazaron efusivamente.
—Y nosotros a ti. Pero esto me confirma que algo te pasa, tú no eres de demostrar tus sentimientos así porque sí.
—Para un día que soy cariñosa…así me pagas—quiso bromear.
—Vale, lo retiro—aunque Noe no se quedó tranquila—Nunca te he preguntado cómo fue tu boda, y antes de que digas que no fue de verdad, te digo que sí lo es. Ese muchacho y tú estáis casados por mucho que no ejerzáis de ello.
—¿Lo quieres saber o no?—no pensaba rebatirle algo que para ella era obvio aunque Noe no opinase lo mismo.
—Pues claro, siempre quise saberlo, pero no quería incomodarte.
—Ya que queda poco para que termine, te lo contaré. Pues resulta que el día de la boda, hacía algo de fresco, pero Bea insistió en que me pusiera un vestido bastante fino que habíamos comprado la tarde anterior ¡Estaba muerta de frío!
—Jo, la verdad es que me da mucha pena no haber estado ahí contigo…—se lamentó la chica.
—No era la idea, ya sabes por qué. Siento habéroslo ocultado—hizo una breve pausa—Bueno, aparqué en el quinto pino, me llovió por el camino y cuando llegué, descubrí que había un parking allí mismo.
—¿Qué me estás contando? No me lo puedo creer… ¡Es que todo te pasa a ti!
—Ya ves. Después de la humillación pública, Bea me metió en un baño y literalmente tuve que desnudarme para que ella intentara secar el maldito vestido.
—Ahora me siento peor por haberme perdido semejante espectáculo—Noe ya no aguantó y tuvo que reírse.
—Después de toda esa tragedia, firmamos los papeles y nos casamos, fin de la anécdota.
—¿Y cómo se filtraron las fotos que hizo que todos nos enteráramos?
—Alguien las hizo en la calle, no sé. Yo iba por mi coche y René trataba de detenerme y nos pillaron hablando simplemente. Nunca supimos ni quién fue, ni cómo llegaron a la conclusión de que nos habíamos casado.
—Hablando de tu maridito… Es un encanto de hombre, que pena no haber tratado más con él ¿Puede ser que ya os llevéis un poco mejor o es una sensación mía?
—Sí, nos llevamos directamente. Tú sabes que antes no era así, y entre tú y yo, me arrepiento un poco de no haberlo hecho antes—confesó para sorpresa de Noe y de René que lo estaba escuchando todo desde fuera—A lo mejor me equivoqué… Él jamás ha tenido un gesto feo hacia mí y yo me he pasado y mucho con René… Me siento un poco culpable si te soy sincera.
—Eso sí que no me lo esperaba, pero me alegro que te hayas dado cuenta de tu error y que estés dándole una oportunidad a vuestra amistad.
—Yo también. Desde antes que su familia llegara, me incluyó desde el minuto uno, a pesar de negarme varias veces. No quería que me sintiera como una intrusa, y aunque al principio me sentí muy incómoda, por mi culpa obviamente, han hecho de todo para hacerme parte de ellos, como si todo esto fuera real, como si verdaderamente fuéramos una familia, y ante eso, no puedo resistirme, Noe. Llevan aquí muy poco tiempo y yo ya me estoy encariñando con personas que no son nada mío y que probablemente nunca volveré a ver.
—Ya era hora que se descongelara ese corazoncito tuyo… Álex si tú te dejaras, todo el mundo te querría, eres de las mejores personas que existen y hasta la gente que acaba de conocerte se da cuenta de eso—le agarró la cara y la besó en la mejilla—Extraño a esa Álex, la verdad.
—A esa Álex la destrozaron, dejó de existir y tu bien lo sabes… Ella no volverá nunca—René iba a llegar tarde, pero era incapaz de irse sin saber a qué se referían—Y nadie tiene que pagar por ello, por eso no quiero a nadie cerca de mí—suspiró con un deje de tristeza—Es mejor así…—después de un largo silencio, ella misma lo rompió—Creo que ya es hora de que te cambies y dejemos a Mía trabajar.
Al escuchar eso, René abrió la puerta y salió rápidamente de casa, pero no pudo evitar que las chicas lo oyeran.