Me remuevo en la cama y me cubro más con las sábanas, tengo un dolor de cabeza muy fuerte y en el estómago siento un malestar horrible, siento que pronto vomitaré.
Abro los ojos lentamente y me quedó observando a la nada, sin siquiera pensar en algo.
—Que bonitas sábanas blancas, yo quiero unas así —susurro tocando la suave textura
¡¿Sabanas blancas?! ¡¡Mis sábanas tienen flores!!
Me levanto de golpe sintiendo como todo da vueltas a mi alrededor, me vuelvo a acostar y cierro los ojos tratando de calmarme.
Vamos Melody, respira y cálmate, no puede ser tan malo; respiro profundo varias veces y abro los ojos lentamente rogando que todo sea un mal sueño.
Mi pulso se acelera al ver que estoy en una habitación de hombre, me olvido de mis dolores y mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas. Sacudo la cabeza este no es momento para estupideces.
Escaneo rápidamente la habitación asegurándome que no haya nadie; levanto la sabana con fuerza temiendo estar desnuda, suspiro al ver que sigo vestida con la misma ropa de ayer, ese es un gran avance.
Me rasco la cabeza tratando de recordar que pasó ayer.
Veamos, iba con Natalia y sus amigas, estábamos disfrutando la fiesta, bebí varios vasos con alcohol y allí comenzó a descontrolarse todo, estaba bailando con las chicas y de repente llegó un chico y comenzó a abrazarme y a decir "Mía" yo le aclaré que mi nombre es Melody no Mía. El se río y quiso besarme, yo le di una bofetada y en ése momento llegó Natalia, que al parecer lo conocía, y ya, no recuerdo nada más.
Bufo.
¡Vaya tipo loco! Tengo que salir de aquí, busco mi teléfono en mi bolsillo y no lo encuentro, veo nuevamente la habitación, pero no hay rastro de mi teléfono.
Me van a matar mis padres si pierdo mi teléfono, me lo acababa de comprar papá, apenas hace un mes y me dijo que tendría que durarme al menos cinco años, no creo que un celular dure tanto.
—Despertaste dormilona —levantó la cabeza rápidamente y veo al mismo chico de ayer entrar con una bandeja de comida y una gran sonrisa.
No se si es la impresión por ver al mismo chico de ayer o es el olor de la comida, pero me invaden una ganas de vomitar; me levanto rápido y me dirijo a la primera puerta que veo, por suerte es el baño, me arrodilló junto al inodoro y comienzo a vomitar
Siento como alguien recoge mi cabello evitando que se ensucie.
¡No vuelvo a consumir alcohol en mi vida!
Me quedo en esa posición sin saber que hacer o decir; que vergüenza conmigo.
—No te preocupes es normal después de consumir tanto alcohol, no vas a morir —comenta al ver la preocupación en mi rostro —hay un cepillo nuevo allí, puedes usarlo si quieres—dice señalando el lavabo, yo asiento sin mirarlo — estaré afuera si me necesitas —dice saliendo del baño y cerrado la puerta
Me levanto y me paro frente al lavabo, veo mi reflejo en el espejo, me veo horrible; me lavo la cara, y tomo él cepillo dental que aún está sellado y procedo a cepillarme los dientes.
Antes de salir del baño paso mis dedos por el cabello repetidas veces tratando de así peinarlo.
Salgo del baño y encuentro al chico castaño sentado sobre la cama, este al notar mi presencia me sonríe de forma dulce ¿por qué me sonríe así?
¿Por qué le sonríe así alguien que ni conoce? Y peor aun que acaba de ver como vomitaba.
—Supuse que tendrías hambre así que te traje el desayuno —dice sonriendo
Volteo hacia la bandeja con comida, todo se ve delicioso.
—Muchas gracias por todo, no tenias que molestarte —sonrió agradecida
—No es molestia, de hecho fue un placer —sonríe y me dedica una mirada llena de ¿amor?
¿Qué esta pasando aquí?
—Gracias —vuelvo a agradecer
Me siento en la cama un poco alejada de él, se levanta y toma nuevamente la bandeja, la pone sobre mis piernas y me sonríe nuevamente antes de alejarse ¿no le dolerán las mejillas de tanto sonreír?
Veo varios segundos la comida, dudando si comerla o no, porque fácilmente pudo poner una droga allí y yo ni cuenta me doy, aparte no es normal que una persona sea tan buena con un desconocido.
—No te preocupes, no está envenenado —dice divertido, sonrió un poco forzada y comienzo a comer
—¿Cual es tu nombre? —cuestionó tratando de sacar conversación e información, pues me pone nerviosa comer bajo su atenta mirada
—Connor Blake —responde feliz
—Lindo nombre Connor —digo —supongo que ya sabes mi nombre, pero por si no lo recuerdas es Melody Hall —él chico que ahora se que se llama Connor asiente
Ahora que me permito observarlo mejor me doy cuenta que es bastante atractivo. Es castaño claro, alto y un poco musculoso, es el tipo de chicos que puede conquistar a una chica solo con su apariencia, algo mal debe tener, un humano normal no puede ser perfecto porque es guapo, amable y tiene una sonrisa hermosa.
Desvío la vista hacia otro lugar al notar que lo estaba viendo demasiado
—¿Por qué estoy aquí? —hago la pregunta que más me he hecho —¿Qué pasó con Natalia y las chicas? Estaba con ellas anoche
—¿Natalia Vance? —cuestiona, yo asiento —Bueno —dice rascándose la cabeza —ella tuvo que encargarse de sus otras amigas que estaban igual de borrachas que tú.
Y me dejó botada con un desconocido, y borracha por más desgracia.
¡Vaya si que consigo buenas amigas!
—Pero yo le dije que me haría cargo de ti y te cuidaría, por eso ella se fue con las demás —dice tratando de arreglarlo
—¿Por qué lo harías ni siquiera te conozco? —pregunto molesta
Si algo he aprendido y Adam se ha encargado de repetirme es que no confíe en nadie, a menos que conozca bien a alguien.
A parte porque alguien seria tan bueno con un desconocido, la única razón "lógica" que encuentro es que este escuchando pasos por las noches y quiera redimir sus pecados haciendo buenas acciones.
—¿Por qué desconfías tanto de mí? —cuestiona molesto