Melody Hall:
Me levanto con mucho esfuerzo de la cama, siento como mis ojos arden debido a que dormí muy poco, dormiría máximo tres horas en toda la noche, pensando en todo esto y las consecuencias que tendrá en mi vida. Estar ocho meses ligada a alguien que ni siquiera conozco y lo peor es que yo apoye la idea, pues si no lo hacía cabía la posibilidad que estuviera encerrada aquí mucho tiempo.
Aún me dan escalofríos al recordar lo que pasó ayer, le pedí que se transformara nuevamente para comprobar que todo era verdad y así lo hizo, aun me dan nervios recordar como sus huesos tronaban e iban tomando forma diferente, casi me dio un paro cardíaco al ver eso; ni en mis sueños más locos e ilógicos lo hubiera visto.
¿Por qué me pasa esto a mí? De todas las personas que pudieron ser lo sea que soy de Connor me tocó a mí, si que tengo mala suerte.
Sentada sobre la cama me permito observar al castaño que duerme plácidamente sobre el sofa de la habitación, me causa un poco de lástima pues el sofa es muy pequeño para su cuerpo, pero fue él quien insistió en que me quedara la última noche aquí.
Me levanto, me dirijo al baño y me cepillo los dientes.
Suspiro al verme en el espejo, no se que creer; esta todo lo que siempre viví, mi realidad y esta esto, un mundo de fantasía.
Toda la nueva información que he adquirido da vuelta en mi mente, aun sin asimilarla, tengo tantas preguntas.
Salgo del baño y me dirijo donde esta el castaño dormido, lo muevo suavemente del hombro hasta que abre los ojos, al notar mi presencia me sonríe tiernamente.
—Disculpa —lo llamo —¿Me puede devolver mi celular? Ya es hora de irme —solicito. Él frunce el ceño y se levanta
—Claro —sonríe de forma falsa — Ya voy —dice y entra en el baño.
Me siento en la cama a esperar que salga.
Cuando sale del baño, sale de la habitación con un gesto de molestia.
Que bipolar es, no se como podré aguantar ocho meses así; aunque según lo que acordamos serian solo los sábados por la tarde.
—A quí esta —dice entrando a la habitación y entregándome mi celular.
—Gracias —susurro y tomo el celular.
Lo enciendo y sonrió al ver mi fondo de bloqueo la cual es una foto con Adam.
—¿Quién es él? —cuestiona rabioso, observando mi celular
¿Y a este que le pasa? Es mi vida privada.
—No te importa —digo sin más
Desbloqueo el teléfono y comienzan a caerme muchas notificaciones, lo primero que reviso son mis mensajes, la mayoría son de Daen y Adam.
Al llegar a casa escucharé todo sus mensajes de voz.
—Es hora de irme —digo apagando el celular
—¿Quieres desayunar antes? — niego con la cabeza
—Desayunaré en mi departamento, pero gracias —tengo hambre, pero lo que más quiero es llegar a mi apartamento.
—Vamos, entonces —tensa la mandíbula — te llevaré
Asiento y sonrió ¿soy yo o él se está comportando raro? Pensé que se rehusaría a dejarme ir, estaba preocupada por eso.
Abre la puerta y me hace una señal para indicarme que pasé y así lo hago.
Bajo las escaleras seguida por Connor; observo a Ethan y Camily en la sala, están distraídos en su propio mundo, Camily con un libro y Ethan con su celular.
Lo poco que pude observar de ellos es que son muy diferentes, no se como su relación puede funcionar; supongo que la frase de "Polos opuestos se atraen" es verdad, pero tampoco es como que quiera averiguarlo.
—Adiós Melody —habla Camily dejando a un lado su libro —que te vaya bien —sonríe de forma dulce
Ethan solo hace un asentamiento de cabeza como despedida.
—Adiós —sonrió sin saber que más decir
—Vamos —habla Connor y comienza a guiarme hasta donde están estacionados tres autos, me guía al de la derecha y habré la puerta del copiloto.
Me subo aún no muy confiada, al hacerlo me recibe un agradable aroma a fragancia masculina; abrocho el cinturón de seguridad al mismo tiempo el enciende el auto.
—¿Cuál es la dirección de tu apartamento? —cuestiona observándome brevemente.
Le doy la dirección y recuesto mi cabeza sobre la ventana, me dedico a observar el paisaje, pasan varios minutos y lo único que veo es la carretera y el bosque; lo que me hace pensar que, aunque hubiera podido escapar, me sería muy difícil lograr salir del bosque, para mí sería una misión casi imposible.
¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? Me refiero a que siempre tenemos que estar preocupados por algo, si un problema se soluciona otro más grande viene en camino.
Hace una semana estaba preocupada por el final del semestre y tenía algunas asignaciones pendientes, y ahora esto.
Veo como el panorama va cambiando a través de la ventana, pasa de ser un espeso bosque a una zona más urbanizada.
Connor conduce por unos minutos más, hasta que puedo visualizar el edificio donde vivo, esbozo una pequeña sonrisa al verlo.
Connor detiene el auto y bajó rápidamente, el se baja y me observa, muerdo mi labio nerviosa.
—¿Quieres pasar? —cuestiono nerviosa e insegura
—Te acompañare hasta tu apartamento, quiero asegurarme que llegues segura —dice mientras se rasca el cuello nervioso, yo asiento lentamente
Caminamos uno junto al otro si hablar, no se si es porque no tenemos temas en común o no se, pero se siente un ambiente muy tenso.
Me paro frente a mi puerta y busco entre las hojas de la macetera que esta junto a esta; es un alivio haber escondido la llave de repuesto aquí, puesto que la llave que llevé conmigo ya pasó a mejor vida.
Me adentro en el departamento, siento que no he estado aquí durante muchos años.
Me volteo hacia Connor quien permanece en la puerta.
—Creo que es hora de irme —dice apretando los labios
—Bueno, adiós —me despido sin saber que más decir
Connor asiente con una sonrisa cargada de tristeza; se acerca más a mi y coloca una mano sobre mi mejilla, me resisto al impulso de alejarlo, pues no me gusta el contacto con personas desconocidas.