La Melodía del Beta

Capitulo 30

Melody Hall:

Puta.

El muy maldito me llamó puta.

Cuando el acosador es él.

Es la primera vez que alguien me llama así. Y se siente horrible, es una palabra tan despectiva para las mujeres.

¡Y Dios! ¿Por qué diablos tuve que reaccionar así? Solo me limité a estar en silencio e ignorarlo, reaccione hasta que comenzó a insinuar que quería acostarse conmigo; y ni siquiera reaccioné como hubiera pensado que lo haría, me consumió el miedo y la impotencia de no poder hacer nada más que retroceder. Aún siento los escalofríos recorrer mi cuerpo al recordarlo.

Hace ya algunos minutos que nos subimos al auto, pero mi corazón no deja de latir desenfrenado, aún siento mis ojos acuosos. Tuve que actuar como que si nada pasara para que Connor no se metiera en problemas; agradezco tanto que él estuviera conmigo.

Vamos Melody, cálmate, estás segura, nada va a pasarte, Connor está contigo y también los chicos.

Tragó saliva y respiró pausadamente tratando de calmar mi corazón.

Si esto hizo que tuviera tanto miedo, que se podría considerar algo pequeño, no quiero ni imaginar el terror de otras chicas ante situaciones más difíciles.

Me acerco más a Connor, lo rodeó por los hombros y recuesto la cabeza sobre su hombro, refugiándo mi cara en su cuello. Al principio lo tomo por sorpresa, pero relaja sus músculos rápidamente y comienza a acariciar mi cabello, no entiendo porque, pero su tacto me relaja mucho, me hace sentir segura y amada.

Tomá mis piernas y las coloca sobre las suyas en un rápido  movimiento; en otro momento hubiera sido extraño, pero no en este momento. Se siente reconfortante y sumamente cómodo, pues la poción anterior era algo incómoda.

Pasan varios minutos y nadie dice nada, todo va en completo silencio, de cierta forma lo agradezco.

Estoy tan cerca de su cuello, con mis dedos rozó suavemente su piel, haciendo que tiemble suavemente bajo mi toque.

Sonrio y no puedo evitar cuestionarme.

¿Qué pasaría si depositó un beso allí?

¿Lo hago?

¿Si?

No.

Si.

No.

Si.

No, no, no.

Si, ¿Qué podría salir mal?

El que tenga miedo a morir, que no nazca.

Me remuevo en mi lugar y estoy por hacerlo cuando Camily habla entusiasmada sacandome un brinquito del  susto.

—¡¡Llegamos!! —dice emocionada —antes que se bajen, déjenme avisarles que mi familia es un poco intensa pero son buenas personas. —dice sonriendo y volteandose en el asiento para vernos,  me separó de Connor rápido y asiento con una sonrisa avergonzada.

—No te preocupes, todas las familias son así —respondo.

¡Gracias Diosa Camily! Me salvaste de hacer una estupidez.

  —Vamos, salgan — dice cuando Ethan estaciona el auto — estoy muy feliz —agrega.

Sonrió, Camily es tan linda.

—Si no nos dices no nos damos cuenta —agrega Connor con ironía, le lanzo una mirada reprochadora.

Pobre Camily, no se como aguanta vivir con ellos.

Nos bajamos del auto y nos paramos frente a la puerta mientras Camily toca el timbre emocionada. Tras la puerta aparece una señora con una sonrisa dulce.

—¡Mamá! —dice feliz lanzándose a abrazarla

—Mi niña —dice la señora sonriendo —vamos, pasen, hace frío afuera —habla despegandose de Camily y haciéndose a un lado para dejarnos pasar.

—Hola suegra —dice Ethan quien es el primero en pasar —¿Cómo ha estado? —cuestiona dándole un pequeño abrazo.

—Bien hijo ¿Y tú? —cuestiona la mamá de Camily respondiendo a su abrazo —los extrañamos mucho —dice palpando su cabeza.

—Bien, también, Camily me ha cuidado mucho bien —bromea guiñandole un ojo, ganándose una risita de su parte.

Ahora que la veo bien, Camily se parece mucho a su mamá.

—Y ellos son Connor y Melody, mis amigos —nos presenta Camily.

—Mucho gusto —digo sonriendo —gracias por recibirnos en su casa —agrego sin saber que más decir, esto de las presentaciones no es lo mío.

—Connor Blake, es un placer conocerla —agrega Connor —es bueno por fin conocerlos, Camily y Ethan, nos han hablado mucho sobre usted.

Ella sonríe y nos lleva hacia la sala donde se encuentra un señor bebiendo café mientras ve televisión y una chica, que aparentemente hace tareas.
Ambos levantan la mirada y sonríen al vernos, bueno, creo que sonríen al ver a Camily y Ethan.

Ellos se levantan y se dirigen a abrazar a Camily y Ethan efusivamente, luego nos presentan nuevamente, él señor nos da un pequeño abrazo de bienvenida y la chica la cual dijo que se llama Diana, solo se limita a sonreír y asentir con la cabeza.

No, voy a negarlo, la familia de Camily es muy tierna.

—¿Tienen hambre? Puedo preparar algo —todos niegan, así que también lo hago, aunque si tengo hambre.

Nos sentamos junto a ellos en el sofá, me acomodó al lado de Connor y me dispongo a escuchar de lo que hablan; no entiendo casi nada, pero igual se escucha interesante.
Muchas veces nos hacen preguntas e intentan incluirnos en la conversación, pero yo a duras penas y puedo mantener los ojos abiertos, por lo tanto el que responde todo es Connor.

Connor me acaricia el rostro y el cabello haciéndome más difícil la tarea de mantenerme despierta.
En este momento me siento como el gato que teniamos en nuestra casa cuando Adam y yo éramos niños, él siempre que lo acariciaban se movia mucho buscando nuestro tacto, así me siento cuando Connor me toca, siempre busco más su atención.

Me reincorporó de golpe al escuchar el grito de Camily llamando a su hermana.

—¡Solo quiero conocer a tu mate! —grita mientras Diana corre por las escaleras.

—Mañana lo conocerás —se limita a responder.

—Deberían ir a dormir, deben estar cansados —dice la mamá de Camily.

—Solo que solo hay dos habitaciones disponibles —dice un poco avergonzada  —pero como ambos son parejas no creo que haya problema ¿cierto?




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