La Melodía del Beta

Capitulo 34

Melody Hall:

Respiro profundo tratando de tranquilizar mi errático corazón que late sin control, no entiendo que esta pasando, voy sobre la espalda de Connor, quien corre a no se donde.

No comprendo nada.

Todo se descontroló en un minuto, en un momento estábamos besándonos, luego el horrible sonido y después huyendo de algo.

Tengo miedo, mucho miedo.

¿Quién está atacando la manada?

¿Qué pasó con los demás? ¿Están bien?

Trato de respirar con normalidad, pero mi respiración con cada minuto es un desastre.

—Tranquila Melody —murmura Connor tratando inútilmente de calmarme —todo va a estar bien, voy a protegerte, unos simples lobos sin manada no son nada para mí —dice con cierta rabia pintando su voz.

—¿Entonces por que estamos huyendo? —pregunto con temblor en la voz —tengo miedo Connor, no quiero morir y tampoco quiero que mueras tú, tengo mucho miedo—confieso.

—No tie...

—Mi celular —lo interrumpo casi sollozando, pues llevaba mi teléfono en el bolsillo trasero —se me cayó —digo tratando de bajar de su espalda.

Me suelta con cuidado en el suelo, me apresuró a correr hasta donde se me cayó, lo tomo y corro nuevamente hacia a Connor.

No llores, no llores, no llores.

—Ya —informó tragando saliva con dificultad —podemos seguir —intento no decir nada más pues no quiero preocuparlo más.

Connor me pega a su cuerpo y eleva las comisuras de sus labios, en una pequeña sonrisa.

—Todo va ha estar bien cariño, ambos vamos a estar bien —susurra besando mi frente —si estamos huyendo es porque quiero protegerte, eres lo que más amó en este mundo, y si huyendo a esta mierda me garantiza que tú estarás bien, lo haré ¿entiendes? —asiento subiéndome nuevamente en su espalda.

No sé por qué, pero sus palabras me tranquilizan, confío en él; Connor es fuerte, si dice que todo estará bien es porque así será.

No sé en qué momento dejé de preocuparme solo por mi bienestar, supongo que después de todo es inevitable no querer a Connor.

—Te quiero —suelto aferrándome a su cuello.

—Te amó Melody —me responde sonriendo —¿Ya no estás asustada? —cuestiona.

—Estoy aterrada —respondo sobre su cuello, su piel se eriza bajo mi tacto.

—¿Por qué no te transformas? Seria más fácil llegar ¿no? —pregunto curiosa.

—Porque llamaríamos mucho la atención en mi forma lobuna y puedo lastimarte las piernas —responde como si nada, murmuró un "Ohhh" y me recuesto nuevamente sobre sus hombros.

Caminamos varios minutos, en los cuales me tranquilice un poco, ya no tengo tanto miedo como al principio.

—Melody...

—¿Si? —pregunto levantando la cabeza.

—Confías en mí ¿no? —pregunta, asiento sin saber a que se refiere —bien, entonces, cuando yo diga corre, lo harás ¿Si? —me pone en el suelo con cuidado.

¿Qué mierda? Esto está mal.

—¡¿Qué?! ¿Por qué? ¡¿Y tú? ¿Hacia dónde corro?! —preguntó histérica.

¿Y corro para el lugar equivocado?

—Shh —susurra poniendo un dedo sobre mis labios —tú solo corre cuando  yo te diga, luego te alcanzó ¿entendido? —asiento tragando saliva con dificultad.

¡Mierda, mierda!

¡Voy a morir! ¡Voy a morir!

Connor da varios hacia adelante pasos y me coloca tras su espalda protegiéndome, mientras varios lobos comienzan a salir de la oscuridad rodeándonos, alternó la mirada entre todos, en total son cuatro.
Cada músculo de mi cuerpo se tensa ante el panorama.

No vamos a salir con vida.

Respira Melody.

—Connor... —lloriqueo.

Los huesos de Connor comienzan a quebrarse tomando nueva forma, traquean y se moldean a su antojo.
Trago saliva con el terror corriendo por mi organismo, pero aún así no me muevo de mi lugar. Un gran lobo negro con manchas blancas toma forma frente a mí.
Da unos pasos hacia delante gruñendo en advertencia hacia los otro lobos que con cada segundo que pasa se se aproximan a nosotros.

Mi corazón da un vuelco al ver que tres de los lobos que nos rodean se abalanzan en su contra, el lobo de Connor me observaba con un "corre" escrito en la mirada, lo hago sin rechistar.

Volteo una última vez, esperando que niegue o algo que me indique que me quede a su lado, pero no lo hace.
El lobo que no se había movido del lugar me observaba como su presa, y decide lanzarse contra mí, pero en un hábil movimiento Connor lo detiene mordiendo con fuerza su pata trasera.

Y corro, lo hago con toda la fuerza que mi cuerpo me lo permite, dejando a Connor luchando contra los otros lobos.

Lo siento Connor.

Mis lágrimas no se hacen esperar al escuchar un alarido de dolor, de los lobos que dejó atrás. Por mi culpa Connor saldrá lastimado.

Me limpió con las mangas de la sudadera las lágrimas que me impiden la visión, con las manos temblorosas enciendo la linterna del teléfono tratando de guiarme en la oscuridad.
A medida que me alejó los gruñidos y los alaridos de dolor cesan.

Por favor, que Connor esté bien.

Me detengo luego de varios minutos, respirando con dificultad, me apoyo en mis rodillas tratando de controlar mis sollozos y mi respiración irregular, mis pulmones arden como el infierno.

¿Debería esperar aquí a Connor? El dijo  que me alcanzaría, y también prometió que estaría bien.

¡¿Cómo demonios va ha estar bien si pelea con cuatro lobos?! ¿Debería regresar? ¿Pero qué voy a hacer yo? Lo único que lograré es que me arranquen una pierna.

Me reincorporó con rapidez y miro hacia todos lados al escuchar pasos, corro nuevamente sin rumbo, tratando de convencerme que todo estará bien.

Connor, no puede morir ahorita ¿cierto? Por fin ahora es mi novio, por fin ambos podemos ser felices.

¡No seas idiota Melody! El estará bien.

Bajo mi ritmo, buscando donde refugiarme, mientras Connor aparezca.




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