Nos conocimos cuando yo tenía 5 años. Recuerdo muy bien ese día, había perdido a mis padres en un accidente y los servicios sociales me llevaron a una casa hogar. Cuando llegué estaba asustada, no sabía qué era lo que pasaba solo quería ver a mi mamá y a mi papá, no sabía qué hacía en ese lugar. Había más niños y me sentía intimidada, algunos me observaban con lástima, más otro me miraban con burla, pero tú me miraste de otra manera que me hizo sentir segura. Te acercaste y sin decir una palabra me tendiste la mano, desde ese momento nunca te separaste de mi lado.
Recuerdo que muchas veces me cantaste para que calmara mi llanto, fuiste mi escudo y mi protector. Nunca conociste a tus padres, sin embargo, aun así sientes mi dolor. Recuerdo que cada vez nos volvíamos inseparables, yo escribía y tú lo cantabas y poco a poco fuimos creando un sueño para los dos.
Recuerdo que teníamos 18 y yo 16 cuando escapamos de la casa hogar. Me querían separar de ti y eso nunca lo íbamos a permitir, habíamos hecho una promesa y cumpliríamos nuestros sueños, pero siempre estando uno al lado del otro.
Recuerdo las veces que dormíamos en el parque, tú me abrazabas y me dabas tu calor. En el día en la misma banca cantábamos para recoger dinero para comer y en la noche nos abrazábamos jurándonos amor. Yo componía y tú lo cantabas y poco a poco fuimos encontrando algo mejor.
Recuerdo vivir en un estrecho cuarto, recuerdo las veces que hacíamos el amor, recuerdo muchas puertas tocadas y muchas puertas cerradas, pero nunca abandonamos la esperanza porque estábamos juntos.
Recuerdo cuando conocimos a Mateo, el chico del bar quien nos abrió su corazón. Recuerdo que me impulsaste a cantar contigo y juntos empezamos un grupo, recuerdo los gritos del público, como clamaban nuestros nombres, recuerdo que después de los conciertos terminamos haciendo el amor, sea en los baños, piso o en nuestra habitación.
Recuerdo como tuve que suplicar de rodillas a ese hombre para que te escuchara, recuerdo tener que hacer cosas que me desagrada, recuerdo que me hicieron elegir, o eras tú o yo, solo uno de los dos podía llegar a la cima, y decidí que fueras tú.
Recuerdo que empezaste a grabar tu disco, también recuerdo que te manipularon y te convencieron de que una novia sería un estorbo para tu carrera, recuerdo tener que simular que estabas soltero, recuerdo tener que esperar.
Recuerdo tener que renunciar a ti, verte de lejos cumplir tu sueño.
Recuerdo que tú también me hiciste cumplir el mío, dentro de mí crecía una vida, un ser que fue fruto de nuestro amor y que juraría proteger con mi vida.
Recuerdo admirarte en portadas, recuerdo contemplarte en la televisión, recuerdo verte con modelos y actrices que decían ser perdición.
Mientras tú cantabas en un escenario, yo le cantaba a nuestro hijo. Mientras tú tenías ciento de seguidores, yo tenía uno quien me miraba con devoción.
Recuerdo encontrar a mi amiga Daniela, ella también fue traicionada por su amor, Mateo al igual que tú, no supieron valorar el verdadero amor.
Mientras tu supuesta familia era todos los que te seguían y trabajaban para ti, la mía solo era tres. Daniela, Alejandro y yo.
Recuerdo que ambos nos dejamos ir, prometiendo jamás cruzarnos en nuestro camino…
Pero hoy, el dolor embarga mi cuerpo, mi mente y mi corazón. El fruto de nuestro amor está conectado a cables y solamente tú puedes salvar su vida, pero te conozco y sé que no me perdonaras por habértelo ocultado, como yo tampoco perdonaré el dolor que me hiciste tener al haberme abandonado.
Pero el amor por un hijo hace que a veces tengamos que dejar nuestro orgullo. Por eso te pido de rodillas que salves a nuestro hijo.
Lágrimas inundan mi rostro, no soy capaz de mirarlo. Escucho como su respiración ha aumentado como si fuera un toro a punto de embestir, escucho sus pisadas y como sale de la habitación azotando la puerta dejándome con este dolor que embarga todo mi ser.