epilogo

—Estamos reunidos para unir a estas parejas en sagrado matrimonio— Dice el cura.

—Padre. Puede apresurarle por favor. Tengo un dolor en las huevas de tanto esperar— Murmura Esteban y se acomoda su paquete.

— ¡Idiota! ¿No puedes ser menos ordinario?— Grita Laura.

— ¿Qué quieres que haga?— Dice exaltándose Esteban — ¡No te he tocado en toda una semana!— Laura rueda los ojos y le da una sonrisa al cura que los mira con cara de espanto.

—Por favor, padre siga... Pero de prisa— Sonríe Laura.

—Si padre —Dice Marcelo apretando más la cintura de Sarah —Mis hermanos y yo queremos que empiece ya la luna de miel—Sarah ríe tapando su rostro con su manos.

— ¿Enserio pensaron que iba a ser una gran idea las tres bodas?— Susurra Marcelo mordiendo el aro de su labios —Pero enserio, aparece porque no solo el miembro de mi hermano va a colapsar— Clara golpea el hombro de su novio.

EL padre nervioso empieza a recitar unas palabras antes de preguntar si aceptan y las tres parejas dicen que 'Si' y los declara marido y mujer a cada uno.

Un grito de júbilo se escucha por el lugar.

¿Quién iba a pensar que estas tres hermanas encontrarían sus felicidades juntas?

Ni siquiera Laura se imaginaba que una semana después de haber estado con Esteban se estaría casando junto con sus hermanas.

Ya no había vuelta más, ya ella ni sus hermanas podían estar lejos de sus parejas y mucho menos sus parejas permitirían que lo hicieran. Para ellos fue un martirio esperar a entregarse hasta después de la boda, los padres de los chicos lo habían impuesto. Pero más era una tortura hacia sus hijos por las veces que les interrumpieron su... ya saben que...

5 años después...

Sarah

Estoy corriendo de un lado a otro. Hoy nos reuniremos todos en la casa principal para festejar la llegada de mi hermana y Nicolás. Después de graduarse ambos, Nicolás decidió llevar a mi hermana por el mundo, ese era su sueño y lo hizo al lado de su esposo. Con su cámara en mano, juntos recorrieron por dos años conociendo lugares increíbles que no dejaban de compartir con sus imágenes. Aunque en algunos viajes nos unimos a ellos con Laura y mi suegra y su esposo hasta que mi hermana no pudo viajar más por su embarazo.

Laura fue la primera en quedar en embarazo, su primera niña. Un hermosa damita con carácter de mi hermana, ella jamás ha dejado de desafiar a su esposo cosa que lo vuelve loco pero a la vez le encanta y con la llegada de su princesa no dejaba decir que estaba feliz. Aunque decía que no dejaría que su hija conociera a su alma gemela porque su hija solo le pertenecía a él. Mi hermana que antes no creía en esta leyenda la defendía a escapa y espada y discutía con su esposo en que no iba a permitir que su hija no fuera feliz.

¿Quién lo diría?

Estos cinco años ha sido increíble mi vida junto con Marcelo. Aunque no niego que hay momento que tenemos nuestras subidas y bajadas, más en este momento.

— ¿Qué dice la mama más hermosa?— Susurra Marcelo en mi cuello acariciando mi enorme barriga de 38 semanas.

—Apunto de explotar— Susurro dándome la vuelta y envolviendo mis brazos en su cuello.

—Te amo— Dice y sus ojos se llenan de lágrimas.

Si señores. Acá los que sufre de síntomas no somos nosotras, son ellos.

Cuando mi hermana estaba embarazada Esteban se volvió insoportable con sus nauseas, sus malestares, sus antojos y sobre todo su sensibilidad. Por cualquier cosa lloraba y mi hermana le encantaba y su hermano y yo nos divertíamos entre burlas cosa que hacia enfadar a Laura porque no consentía nada malo hacia su amado.

Pero ahora la que sufre el dilema soy yo. Marcelo se ha vuelto insoportable con sus lloriqueos y era atacado por las burlas de Esteban, quien se vengaba de sus burlas pasadas pero eso no le duro mucho porque mi hermana esperaba su segundo bebe.

Es increíble que mi hermana y yo estemos embarazadas al mismo tiempo pero insoportable aguantar a nuestros esposos cuando les daba también de sus antojos. Lo peor era los días de películas. Ellos lloraban porque mataban al monstruo o al asesino, decía que nadie comprendía su sentimiento por matar.

¡Dios! No veo la hora en que nazca mi bebe y tener a mi macho alfa devuelta.

—Amor— Limpio su rostro —Vamos que los chicos no demoran en llegar —Asiente.

Salimos a la sala y mi hermana está consolando a su esposo.

— ¿Ahora porque llora?—Digo rodando los ojos.

—Dice que está emocionado por tener a su pequeño hermano en casa— Murmura mi hermana mordiendo sus labios para no reír.

—Bueno chico ya— Dice su madre divertida —Su hermano no demora en llegar y no querían escuchar de sus burlas si los ve llorar a ambos— Mi cuñado y mi esposo limpia su rostro y no puedo soportarlo y suelto una enorme carcajada seguida de mi hermana y suegra.

—Odio esta parte hormonal— Dice mi esposo ocultando su rostro en mi cuello y no dejo de reír.

— ¡Llegamos!— Grita alguien desde la entrada y todos nos vamos al encuentro de mi cuñado y hermana.