La migración de las aves

Alma

/33/

Alma

En casa, papá se marchó a su habitación y Ronan y yo fuimos a mi habitación.

Él se dejó caer en la cama y yo lo hice a su lado. Ambos, nos aferramos al otro y estuvimos en silencio hasta que su ronca voz rompió aquel triste y sordo momento.

  • Fui a visitarla cuando la encontramos…

Acaricié su brazo y él se aferró a mi cintura, notaba sus lágrimas traspasar la ropa, notaba cómo temblaba de miedo. Notaba sus puños cerrarse en mi ropa con fuerza, aferrarse a mí, como si moverse fuera morir, como si fuese oxígeno en medio del espacio. Aferrado. Aterrado.

  • Cuando te llevó, sentí que todo se derrumbaba, siempre tuve la necesidad de protegerte de ella, porque nadie me protegió a mí de ella. Hasta papá temblaba al verla. Cuando llegaba a casa borracha y… y miraba a papá y le gritaba, papá se volvía sumiso, como si la oscuridad se pusiese ante él. Se dejaba encoger. Recuerdo que un día, de lo enfadada que estaba mamá, le golpeó y le dejó el ojo morado. Papá no dijo nada, al día siguiente le regalo a mamá flores y ella las tiró. No eran rosas damascenas…
  • Ronan…
  • Yo me escondía detrás de la estatua de las escaleras y veía todo, otras veces, detrás de los muebles o macetas… Mamá me pilló un día observándolos – sollozó y se aferró aún más –, me llevó al jardín y me sentó en un banco. Vi cómo vertía productos químicos sobre mis cosas del gimnasio. Después vi cómo las apartaba y les prendía fuego, también cómo colocaba ahí sus flores… Ella me mató Alma. Por eso es que soy el ángel de la muerte. Porque de algún modo, me hice amigo de la muerte. Porque juré que no descansaría en paz. Porque te intentó matar a ti… Nunca vi a mamá tan encantada. Cuando te obligaba a hacer cosas y veía sus manos hacer presión en tus muñecas iba a quejarme a papá. Pero él no decía nada…
  • ¿Por qué?
  • Porque él sí que llegó a amarla. Porque él también le temía, todos sabían que ella era capaz de todo por salir ganando. Todos sabían que ella podía arruinarles – tembló y yo intenté tragar todas las lágrimas, para que se marchasen junto al nudo que apresaba mi cuello –. Tú siempre has sido dulce, Alma, tan dulce como el chocolate, como los postres que tanto te gustaba comer de niña. Papá siempre tuvo miedo de que fueses como mamá, pero eras dulce, eras luz… Siempre has sido luz, tú… puede que no lo supieses o no te dieses cuenta, pero papá, al ver que no eras como mamá, que eras tan… tan cual pajarillo encerrado por sus uñas, comenzó a revelarse. Porque cuando tú llegaste, él supo que no podía seguir nada así.
  • Ro…
  • Y fuiste lo mejor de mi vida, Alma, tú me has salvado incontables veces, de incontables maneras.
  • No digas tonterías Ronan, por…
  • Yo no puedo dormir solo – su voz se quebró como quien quiebra un corazón cicatrizado, como la cápsula que contiene el gas del miedo. Como su corazón –, nunca he podido hacerlo. Porque mamá se encontraba siempre en las sombras, ella se movía por las sombras, sabía cómo aterrar. Había noches, que me parecía ver su figura entrar a mi habitación y sentarse frente a la ventana, si me daba cuenta, comenzaba a regañarme sin motivo, otras, comenzaba a romper o tirar cosas para que yo luego las colocase. Cuando ella creía que no la veía, comenzaba a tararear una canción de cuna, una puta canción que me volvía loco, Alma. Una canción que te cantó a ti, y yo no podía ni puedo soportar. Se tiraba horas y horas con la maldita canción y cuando se cansaba, comenzaba a afilar sus uñas frente a mi cama y se las pintaba. Otras, se sentaba a los pies de mi cama y miraba fotos, me miraba a mí y me acariciaba el rostro con sus uñas, me dejaba heridas a veces de lo afiladas que las dejaba. Pero cuando esto ocurría, sonreía y se marchaba tarareando la misma canción de los cojones. El día del accidente, tuve más miedo que nunca. Tú nunca has tenido miedo a las sombras, tú podías ir por el pasillo a oscuras sin temblar, pero yo no. Y… ese día, después de traerte a casa, te quedaste dormida y te llevaron a la habitación y yo… esperé. Sabía que tenías que salir a por tu vasito de agua de todas las noches, por eso, cuando te vi, me fui contigo de la mano a tu cuarto. Porque yo no podía dormir solo. Tenía que abrazar a alguien. Tenía que saber que mamá no iba a mimetizarse con las sombras. Tenía que saber que estaba a salvo. Había veces, antes del accidente, que mojaba la cama a propósito para dormir con papá, porque me aterraba quedarme solo. Otras, iba en busca de Lous o Dinna. Pero siempre procuraba no pisar mi habitación. Porque ella estaría allí, noche tras noche. Esperándome.
  • Yo también le temía a las sombras Ronan, les temí cuando ella se convirtió en una cada noche. Cada puta noche se convertía en una después del secuestro y me espiaba, desde la ventana.
  • ¿Por qué no dijiste nada? – suplicó
  • Porque lo asociaba al miedo del accidente, pensaba que era una alucinación – susurré y él se aferró a mí y lloró de dolor.
  • Te llevó… Te intentó matar Alma…
  • Pero ahora estoy aquí.
  • Rota. Por su culpa – sollozó y sonreí o lo intenté, porque había palabras que calaban.
  • Porque un ser de luz nunca tendrá la misma luz toda su vida. A veces, hasta la luz más potente tiende a flaquear o apagarse un poco, para guardar reposo y volver a brillar con más fuerza.
  • Eres un alma vieja – sonrió y señaló mi frente –, ya veo las primeras arrugas.

Reí y le di un codazo. Ambos, nos miramos deprimidos y nos abrazamos, porque no necesitábamos otras cosas.

  • ¿Qué te dijo Nano?
  • Me recordó muchas cosas Alma… Como el día que te secuestraron… Me contó todo, la familia… Ciro…– alzó la vista y me miró con tanto dolor y odio interno que temblé – Yo te pude haber salvado si hubiese conocido quién era tu pareja… Yo pude haberte salvado de todo lo que te hizo pasar ese infeliz y miserable. Yo pude…
  • Tú me has salvado más veces de las que puedo contar. Me salvaste de morir, dos veces. Me salvaste de acabar quemada. De acabar sedada. Me has salvado, Ronan, y ahora me toca a mí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.