Unas horas antes de la reunión Narra el asesino
Antes de verme con Anaís tenia que hacer algo importante, fui a buscar a Tim y lo encontré estaba en un bar, creo que será fácil entonces me dirigí hacia el lugar.
Narra Tim
Me encontraba en el bar aún no superaba que Gab ya no estaba conmigo y realmente lo extrañaba mucho. Pasaron varios minutos y note que no había nadie en el bar, inclusive el que atendía se retiró eso era algo extraño, luego alguien entro no lo vi en la cara simplemente seguí bebiendo hasta que me dijo —es tan divertido verte de esa forma por tu hermano muerto, que bueno que lo asesiné —yo sólo volteé y ahí estaba el sujeto con esa máscara blanca, se oía que me estaba retando pero algo andaba mal con esto
—vaya hasta que te dejas ver dignamente, pensé que eras un cobarde —dije. —trataba de oírme más rudo
—sé que te sorprende verme y eso es genial de tu parte, pero... Deberías tener más cuidado con lo que bebes, el alcohol es muy malo para la salud —dijo. —se oía muy contento al decir eso el maldito imbécil
Entonces giré a ver el tarro de cerveza y de repente mi vista se tornaba borrosa, no podía mover nada y sólo caí al piso.
Unas horas después de la reunión
No sé cuanto tiempo pasó pero abrí mis ojos para saber que me había hecho ese sujeto, estaba en un cuarto, todo amordazado y ahí estaba mi... Asesino... Personal... Entonces me quito la cinta adhesiva y le pregunté —¿dónde demonios estoy? —estaba muy desesperado
—es un lugar que esta en las afueras de la cuidad y por lo que veo estas listo para tu tortura —dijo. —estaba disfrutando todo esto ese imbécil
—has lo que quieras, no te diré nada —dije. —espero que eso arruine sus planes
—necesito nada de ti... Sólo quiero tu ayuda y nada más. No todo es matar —mencionó. —él iba hacia la salida
Apenas le iba a hacer más preguntas cuando se fue, entonces solo maldecí además se me hacia extraño que él me pidiera ayuda, creo que hay algo más que sólo mi secuestro.
Narra la detective Lorely
Estaba en mi escritorio cuando vi por el periódico que hace tres días no había aparecido Tim Mendoza, el hermano de Gabriel creo que era muy extraño que el desapareciera así de la nada y todavía no sabia nada del asesino pero estaba segura que este era un juego que él ideó y ahora jugamos en su juego, pero yo soy la ventaja que tienen los jugadores porque puedo encontrar al asesino. Luego de unos minutos apareció una carta yo sólo la abrí y decía —detective... Sé que ahora sabe que desaparecí no tengo mucho que contarle, sólo que acabo de saber quien vio al asesino desde que me llevaron contra mi voluntad. Anaís me contó que tendría una cita con él, traté de que me llevará pero no quiso... Supongo que ella tiene la respuesta.
—el asesino de Gabriel
Al terminar de leer la carta, fui nuevamente a buscar a Anaís para que me diera una explicación de todo y más de porque me oculta todo sobre lo que realmente pasó, quieren ocultarme a al asesino y secuestrador de los hermanos Mendoza.
Narra Anaís
Me encontraba en la universidad, después de mi encuentro con él tuve más dudas que respuestas, sin embargo mi deducción fue incorrecta y ese tipo le encanta divertirse con eso. Pero lo más raro es que haya actuado muy amistoso conmigo y a la vez estaba nervioso al verme, creo que oculta. Estaba en el salón, cuando me mandaron a hablar era algo extraño sin embargo tenia que estar atenta a cualquier cosa que ese asesino tenga en mente, afuera de la escuela ahí estaba la detective Lorely lamentablemente cada vez que viene son malas noticias para mí. Y le pregunté —¿a que se debe su llamado?
—necesito hacerte unas preguntas sobre la desaparición de Tim —dijo. —al verme estaba segura que sabía más de lo que me estaba diciendo
—esta bien y ¿porque yo? Supongo que soy sospechosa, ¿verdad? —dije. —ese maldito y su estúpido juego. Algún día me las va a pagar
—bien es que recibí una carta de su asesino diciéndome que tuviste una cita con él y fue el mismo día que Tim desapareció —me explico la detective —en ese momento me di cuenta que mi cita fue una trampa y él lo sabía perfectamente
—es cierto, pero él estaba actuando algo sospechoso para ser un asesino —dije —finalmente admiti la verdad de que lo vi
—¿porque lo dices? Anaís —preguntó. —creó que era el momento de contarle la verdad
Editado: 13.01.2020