La Mirada De Un Asesino

capítulo 26:miradas asesinas y almas oscuras

Narra el asesino
Después de haber tenido un fatal día, decidí no entrar a ninguna clase y pasármela sentado detrás de los arbustos, no podía dejar de llorar y la voz me preguntó -¿que te pasa? Deja de llorar -hasta ahora esa voz era mi único amigo además del psicólogo

-ese maldito destruyó mi vida nueva y ahora todos me odian -dije. -mientras trataba de tranquilizar me

-lo hizo por su amor enfermizo por Anaís, ¿verdad? -menciono. -yo sólo seguía mirando al suelo

-sí pero me las va a pagar, lo único bueno que Anaís sabía que yo no era el asesino, sin embargo él apareció en ese momento y deseaba asesinarlo -dije. -y aún seguía con esa idea en mente

-bien... Ya que no tienes nada, podrías vengarte de él -me sugirió la voz. -su idea no era tan mala, pero no sabía cómo hacerlo

-sabes, creo que ya de me ocurrió algo -dije. -sin embargo mi idea sería algo difícil de hacer porque técnicamente ya no soy su amigo, pero a ver que consigo

-¿porque apareció él en ese momento? -pregunto. -creo que algo andaba mal

-ni idea pero creo que no era él, hay alguien mas que lo está ayudando y tengo mis sospechas de quien puede ser -respondí. -en ese momento me levanté del suelo y me fui hacia mi casa.

Llegué a casa, me sentía más tranquilo, no tenía mucho ánimo. Mi madre me vio y preguntó -¿que te sucede? ¿porque estas llorando? -yo la miré y la abracé

-ya lo sabe mamá, ya no tengo a nadie -dije entre lágrimas. -estaba más vulnerable desde la última vez, pero ya no era la primera

-lo siento mucho hijo, creo que debiste ser honesto y decirle todo -menciono. -ella trataba de tranquilizar me

-a caso crees que alguien llegué a querer a un psicópata asesino como yo -dije. -la miré fijamente y esperaba su repuesta

-hijo... Pienso que... -dijo. -sin embargo no lograba terminar la oración

-no te preocupes al responderme, como quiera sé la respuesta y no es nada agradable -respondí. -necesitaba realmente hablar con alguien que sabía todo sobre mí

-hijo, no quise que entendieras eso mal y lo siento mucho por no haberte cuidado y protegido de tu hermano -se disculpó. -yo la ignoré y subí las escaleras, ya era demasiado tarde para eso

-no importa... Simplemente soy un error para ti... Nunca debí haber nacido y así su hijo estuviera vivo -dije. -pero no volteé a verla

-hay algo que debes saber -dijo. -su voz cambio y dejo de llorar

-¿que cosa? -pregunté. -que otra cosa me estará ocultando

-es que... Ayer mataron a tu psicólogo y creí que... -antes de que mi madre terminará de contarme la noticia, yo sólo me desvanecí.

Narra la madre
Después de contarle la noticia, este ***** se desmayó y cayó muy bruscamente de las escaleras, así que lo levanté y lo llevé al sofá. Sólo lo miraba, estaba tan débil, tenía varios golpes en sus brazos y no sabía sí comía bien, entonces fui por el botiquín de primeros auxilios, le busque heridas de gravedad, pero no tenía, alguien toca la puerta fui abrirla, era Agustín y me saluda -¿como estás? Ari -solo al verlo me hacía sentir segura

-estoy bien, sólo que mi pequeño no lo está -dije. -no era tan expresiva con mi hijo, pero tenía que cuidarlo y eso fue algo en que fallé

-¿que le sucede? -volvió a preguntar. -se oía tan preocupado por él

-se desmayó de la nada y aún no despierta -respondí. -me encontraba desesperada

-bien, deja me verlo y sabré sí está bien realmente -indico. -había olvidado que era doctor

-por supuesto que sí, pasa -dije. -lo deje pasar y estaba nerviosa al verlo

Lo llevé en donde se encontraba mi hijo, él lo vio y me pregunto -¿desde cuando no ha ingerido un alimento? ¿porque tiene tantos golpes en todo su cuerpo? ¿porque tiene esas cicatrices en sus muñecas? ¿porque lo has olvidado? -en ese momento no sabía que decirle ante todo mis descuidos que tengo con *****, pero era mejor decirle la verdad

-los golpes los tiene desde hace tiempo que sus compañeros lo golpearon de una forma horrible, esas cicatrices son todas las veces que sé ha tratado de quitar la vida, no recuerdo la última vez que comió bien y sé que he sido una mala madre al olvidarme de mi único hijo que me queda, sé que él no se merece nada de esto, sólo me preocupaba mucho mi otro hijo que está muerto y... -no logré terminar lo que decía y sólo comencé a llorar con todas mis fuerzas

Agustín se acercó a mí y me abrazo, mientras le decía -lo siento mucho por no cuidar a nuestro hijo, lo lamento no quería decepcionarte... -finalmente le había dicho la verdad

-¿a que te refieres con eso? -pregunto Agustín. -no dejaba de abrazarme

-que él es tu hijo, el fruto de nuestro amor. No quería decírtelo porque tenía miedo de que mi esposo me dejará y de que tú me odiaras -dije. -era el momento de enfrentarme al tormento que tenía en mi mente



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En el texto hay: venganza y mentiras, odio, muerte

Editado: 13.01.2020

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