La Misión De Un Soldado

Capitulo 1

Ella se encontraba en su pequeña habitación donde dormía un par de horas para volver después a la base como todos los días a las 6 de la mañana. Estaba de rodillas al frente de su camastro, y entre sus manos su collar que colgaba con una cruz en él. Rezaba como todos los días, para poder lidiar con las situaciones que se encontraba y poder ser fuerte ante ellas, para que sus manos fueran la cura de muchas cosas y el alivio de otras. Se levanto de donde estaba y con la seguridad que siempre cargaba se puso su uniforme negro, sus botas y su chaqueta camuflada. Amarro la mitad de su cabello, dejando la otra mitad suelta, salió con su maletín en la mano y puso un pañuelo alrededor de su nariz a causa del viento y la tierra que arrastraba con él.

Sintió el fuerte sol al salir de edificio, apenas eran las 6 de la mañana y podía sentir que el sol quemaba. Se encamino a la base donde ella trabajaba y apenas llegar pudo escuchar algunos gemidos de las personas y como las enfermeras corrían de un lugar a otro entre las cortinas que simulaban separar cada camilla. Camino a un viejo escritorio en donde coloco su maletín y de ahí saco un estetoscopio y un lapicero, tomo del mismo escritorio algunas hojas donde anotaban a los pacientes y se encamino en su ayuda.

Había huido vivo después de esa emboscada que los esperaba en la frontera con Irak, tenía que cruzar ya que el lugar más seguro era la base de USA que se encontraba en Hasaka (Siria). Tenía con urgencia encontrar en medico en esas zonas ya que de la emboscada no había salido totalmente ileso. Al llegar a la cuidad central en Hasaka, pudo ver más personas y como estas iban a un centro de la milicia. Tocando su costado derecho en el abdomen sentía el dolor que le provocó un roce de una bala y que por suerte fue un roce, de no ver sido así hubiera perdido tal vez un riñón.

Cuando llego al edificio polvoriento de donde salían y entraban personas se acercó y dos soldados que resguardaban la entrada de este mismo lo ayudaron a entrar al ver que era uno de los suyos.

–¿Su nombre soldado? – le pregunto un enfermero apenas pudo sentarse en una silla.

–Javier Palmer, escuadrón 312

–Copiado, lo llevare a una sala donde será atendido – sin decir más se encamino detrás de el enfermero y entraron en una sala que estaba llena de personas. Las camillas eran divididas unas de otras por cortinas, que las personas abrían y cerraba para atender las personas. El enfermero le enseño una cama limpia – Por favor espere a ser atendido aquí, puede quitarse la camisa ya que veo la herida en su abdomen.

Cuando el enfermero se retiró hizo lo que le ordeno, quito su chaqueta camuflado y su camisa para dejarla a un costado de la camilla. Suavemente se acostó en ella, encontrándola totalmente reconfortante después de tantos meses de dormir en la tierra. Coloco su brazo sobre su cabeza, y estuvo a segundos de quedarse dormido cuando oyó que abrían y cerraban las cortinas de su improvisada habitación.

–Soldado Palmer, por favor no se quede dormido – su cuerpo se tensó ante la voz de una mujer, una voz que lo estremeció sin razón alguna. Al quitar su brazo de su frente y enfocar la vista pudo ver a una joven mujer de no más metro cincuenta, con un traje negro de doctor – ¿Cómo se encuentra? ¿En qué puedo ayudarlo?



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En el texto hay: sobrevivir, romance, guerra

Editado: 30.05.2018

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