La modelo

La modelo

El salón era de pequeñas dimensiones pintado color crema, la clase se había formado desde hace unos minutos en forma circular.

Cada estudiante tenia listas sus herramientas de dibujo, y tan solo esperaban expectantes que llegara la modelo.

Cuando la puerta se abrió, los alumnos no pudieron ocultar su curiosidad y todos a la vez dirigieron la mirada ante la mujer que acababa de arribar.

La modelo era una mujer de unos veintitrés años, piel blanca, cabello largo y ondulado, ala, complexión delgada.

-Buenos días, siento el retraso, no daba con el estudio.

-No se preocupe, ya me han dicho que está un poco escondido- Respondió el profesor con una sonrisa. Será un gusto trabajar con usted señorita…

-López. Samanta López.

-Mucho gusto Samanta yo soy Rogelio.

-Muy bien clase, ella es la señorita Samanta, será nuestra modelo ahora que procedemos a pintar la figura humana, nos acompañara por espacio de dos horas. Como ustedes saben ella es una profesional, la mando la agencia de modelos de la ciudad, así que espero que ustedes la traten con el respeto y admiración que se merece.

-Gracias Rogelio ¿habrá un lugar donde yo pueda cambiarme?

-Si, por aquel pasillo hay un baño.

La modelo tomo sus cosas, y procedió a ir al baño indicado.

Durante aquel momento la clase había guardado un silencio sepulcral, sin embargo al irse aquella mujer, comenzaron unos cuantos murmullos.

-Oiga profe ¿Cuántos años tiene?

-En la agencia me dijeron que tenía veintitrés, dos como profesional.

-Es muy joven.

-Si dicen que empezó en modelaje de ropa, hasta hace unos seis meses se interesó en el desnudo artístico.

-Oh ya veo.

La plática se vio interrumpida por el retorno de la bella mujer.

La modelo se había soltado su larga cabellera; solo llevaba puesta una bata de color claro, que resaltaba aún más sus ojos. Y la luz del estudio impactaba completamente en ella, resaltando aún más su hermosura.

-Bien clase, procederemos a pintar nuestro primer desnudo. Cada quien tiene un ángulo distinto, así que pintaran a Samanta desde su propia perspectiva.

Pronto los estudiantes, comenzaron a pintar a Samanta, desde sus distintas posiciones. Todos pintaban lo mejor que podían. Se notaba el nerviosismo presente en cada uno de ellos.

-¿Quién es el que esta exactamente enfrente de mí?

Tras una media hora, Samanta se levantó enojada y comenzó a dirigirse a Rogelio.

-Él es Enrique.

-Por lo que veo, este alumno tuyo es todo menos un artista.

-¿Por qué lo dices?

-Solo me mira de reojo, se ha sonrojado en más de una ocasión, y hasta gira la cabeza, para poder verme de otro lado. ¡Estoy segura que solo ha fingido pintarme y solamente esta para ver!

Toda la clase se dirigió hacia Enrique, quien rápidamente cubrió su trabajo.

-Señorita Samanta, le ofrezco una disculpa, por mi alumno ¡Enrique vete de la clase!

Enrique salió cabizbajo del estudio, llevando consigo su trabajo.

Fuera del estudio Enrique veía como quizás su carrera como artista había terminado, no servía ni siquiera para un taller como este. Es más ni siquiera había podido terminar su retrato.

Lentamente Enrique saco su trabajo, y con dolor miro su retrato sin terminar. Allí se podía ver a una joven realizando un dibujo, con una expresión muy atenta. Aquella mujer era su compañera, la que se encontraba sentada frente a él, y que gracias a Samanta no podía ver bien, mientras pintaba.



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En el texto hay: amor adolescente, amor amiga

Editado: 29.12.2018

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