La Montaña de los Tengu

Capítulo 8.- La Necesidad de un Cierre.

Ante mí se encontraba Kurama abriéndose un poco más «Siento que ya me gane su confianza más que eso, siento que podríamos ser más cercanos»

—Kurama-san, siento tanto tu perdida— Sumida en una profunda tristeza recordé la muerte de mis padres— Se perfectamente lo que se siente.

— Es algo que no duele más— Dijo sin mirarme— Mi corazón ya no duele.

  — ¿Fue hace mucho tiempo? — Pregunté por imprudencia, en verdad todo acerca del Tengu que tenía enfrente me causaba mucha curiosidad, y debía saber todo de él.

 —Fue hace tanto que ya no puedo contar los años.

  — ¿Cómo fue que sucedió? — Pareciera que me estoy pasando, pero debo aprovechar que me está respondiendo, esta es mi oportunidad de saber más sobre Kurama.

  — No es algo que debas saber— Su respuesta llegó cargada de enojo y desprecio.

— ¿Por qué no puedo? — Tal vez ya sobrepasé el límite.

— Ustedes no son capaces de comprender algo como esto— bajando su mirada al suelo soltó con un notable dolor— Mi padre me dijo que las mujeres no comprenden cosas complejas, y esa es la realidad.

— No creo que exista un sentimiento que no podamos sentir igual— Me comencé a sentir frustrada, tan cerca pero tan lejos de la respuesta —¿Acaso puedes afirmar que me ves tan diferente a ti?

  Kurama me miró un largo rato sin decir nada, pero diciéndolo todo con su mirada, él no tenía respuesta a mi pregunta.

  — Por favor, cuéntame que fue lo que le pasó a tu madre, confía en mi te prometo que intentaré comprenderlo.

El viento que corría por la montaña se sentía helado, soplando tan fuerte como para revolver las hojas de los árboles por todos lados, las nubes cubriendo la montaña solo aportaban a que el gélido viento se sintiera más frio, no podía evitar sentirme mal por Kurama y entristecerme por el recuerdo de mi familia.

— Tu no sepultaste a tus muertos — Dijo Kurama observando la tumba de su madre.

— No, no lo hice — Respondí con un nudo en la garganta — No tuve la oportunidad de hacerlo.

— ¿Quieres hacerlo?

No pude contener más mi llanto, las lágrimas comenzaron a caer sintiéndose cálidas sobre mi rostro — He deseado hacerlo desde el primer día.

— Entonces bajemos la montaña.

Nos mantuvimos un largo rato en silencio, decidí detener mis intentos por hacerlo hablar, es mejor no jugar con mi suerte al presionar a un Tengu; Ninguno de los dos se sentía con ánimos de hablar, bajamos la montaña al mismo tiempo en que el sol comenzaba a ocultarse.

— Ya han pasado dos meses, los animales del bosque debieron acabar con los restos, sin embargo, puedes tomar algo que sea simbólico, tal vez eso ayude.

— ¿En qué me ayuda eso?

— Te ayuda a hacer un cierre.

 




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