La noche llegó una vez más, Kurama se encontraba fuera del templo contemplando las tranquilas aguas del lago, parecía estar en paz como pocas veces lo había visto.
— Ya me voy, Kurama-san — Me acerqué a él lentamente, no quería irme sin embargo había hecho una promesa a cambio de la seguridad de Hito — Espero que algún día nos volvamos a encontrar.
—Eso no va a pasar, ya no tienes permitido subir a la montaña — Ayari salió del lago— O algo así es lo que los Tengu suelen decir ¿no es así Kurama? — Sonreía como siempre.
Kurama nos miró a ambos con desprecio y regresó al templo sin decir una palabra.
— No puedo evitar pensar que me equivoqué — Le dije a Hito antes de ir con Ayari — ¿Tu confías en él, Hito? — Este asintió con la cabeza, respuesta que me tranquilizó un poco, sin embargo, continuaba teniendo dudas al respecto.
—Quisiera disculparme por lo que Hanako y Haruki te hicieron, ellos actuaron por su cuenta y ya fueron castigados, no tienes de que preocuparte — Ayari salió de las cristalinas aguas del lago y tomó mis manos — Vine hasta este lugar por ti, para que llegues segura a la aldea.
—No guardo ningún rencor, solo quiero vivir tranquila — Me sentía intranquila, mi historia con Kurama no podía terminar aquí — Ayari ¿cuál es el rol de los Tengu?
—Los Tengu de esta montaña no son iguales al resto, han pasado por mucho, el resultado de su dolor fue el endurecimiento de sus corazones, este templo está maldito estarás mejor si te alejas de este lugar.
—¿Existe algo que pueda hacer para ayudarles? — Miré hacia el templo con la esperanza de ver una vez más el rostro de Kurama «Su corazón se endureció eso quiere decir que...»— Él, como el resto de Tengus de esta montaña, está sufriendo.
—No creo prudente meterse en esto — Ayari puso su mano en mi hombro — Su sufrimiento no justifica el daño que han causado a otros, desde que ellos prohibieron el paso a la montaña, cientos de Yokais se quedaron sin hogar y se vieron obligados a ocultarse en la oscuridad, ahora que los humanos han dejado estas tierras podrán salir y volver a hacer su vida como antes, el castigo de los Tengu por su crueldad será la soledad eterna.
—No creo que ese castigo sea justo.
—Así lo quisieron ellos.
—Ayari, tengo muchas preguntas ¿podrías ser tu quien me de respuestas? tuve un sueño y necesito que me ayudes a encontrar su significado.
—Te daré todas las respuestas que necesites, solamente te pido que te mantengas al margen.
Asentí sin ánimos.
Baje la montaña una vez más, esperando que no sea la última; Hito iluminaba nuestro camino, me mantuve en silencio durante el trayecto, mi cabeza daba vueltas, no sabía que hacer, la mano de Ayari me detuvo, sacándome de mis pensamientos.
—¿Qué sucede? — Pregunté confundida.
—No hagas ruido — Respondió apuntando hacia adelante — Un Oni.
Había escuchado sobre estos demonios con anterioridad, sin embargo, su tamaño y apariencia no se comparaba a lo que las historias decían, nunca en mi vida había sentido tanto miedo, mis rodillas comenzaron a temblar.
—No es el mismo Oni que vi hace tiempo, al parecer tenemos nuevos habitantes en el bosque — La sonrisa de Ayari no se desvanecía, estaba demasiado confiado — Hitotsume-Kozo, ve y averigua que es lo que busca en este lugar.
Hito obedeció y fue lentamente hacia el Oni sin dudarlo— Pero Ayari, el Oni lastimará a Hito—Dije con preocupación.
—El Oni no le hará nada daño — Esa sonrisa meliflua de Ayari, lejos de tranquilizarme solo me ponía más nerviosa.
—¿Cómo es que estás tan seguro de eso? ¿qué tal que el Oni no esté de buen humor? Esos seres son realmente malos, no dudará en atacar a Hito y él es muy pequeño para defenderse de alguien tan enorme.
—No tiene su kanabo con él.
—¿Su kanabo? — Por un segundo había olvidado el arma que portaban estos seres —¡claro, su báculo! aun así, él se ve bastante peligroso aun sin su kanabo ¿por qué poner en peligro a Hito, en verdad vale la pena?
—Me pregunto si los Oni intentarán subir la montaña — Ayari sonreía mientras hablaba.
—¿Por qué ellos subirían a la montaña? —Temí por la vida de Kurama.
—La montaña no siempre le perteneció a los Tengu, ellos solo subirían a reclamar lo que por derecho les pertenece.
—Tengo que advertirle a Kurama — Me apresuré para volver a la montaña, pero Ayari me detuvo antes de poder dar un paso.
—¿No crees que él ya sabe sobre esto? — La voz de Ayari se escuchaba diferente, él ya no sonreía — Todo lo que suceda entre los Tengu y los Yokai no nos concierne, solo podemos ver cuáles serán sus movimientos sin intervenir.
—¿Pero no has intervenido ya, cuando me enviaste sola a la aldea? — Me solté del fuerte agarre de Ayari —¿acaso no sabias lo que ellos estaban planeando? a mi ver solo les facilitaste el llegar hasta Kurama.
La sorpresa en el rostro de Ayari se hizo visible — Esa no fue mi intención, sin embargo, no mentiré, sabía que algo así podría pasar, más cuando Kappa vino conmigo a quejarse sobre tu presencia ahí, él propuso usarte como carnada para atraer al Tengu.
—Pudieron hacerme daño — Dije decepcionada — Estuve inconsciente por varias horas ¿por qué lo permitiste?
—Como te dije antes, no puedo intervenir entre ellos.
—¿Entonces por qué te interesa conocer los planes del Oni?
—Me mantiene entretenido —Respondió sonriendo nuevamente.
No podía entender sus motivos tan triviales ¿cómo podía decir que es amigo de los espíritus de este bosque si su seguridad y vida le importaban tan poco?
—Te estarás preguntando que son ellos para mi ¿no es así? — Ayari suspiró — ¿por dónde empiezo? — Dijo con una gran sonrisa — Yo no tengo tanto tiempo en este bosque como ellos, antes de ser un espíritu protector menor yo solía ser un dios, los dioses y los demonios no congenian, sus problemas no eran mis problemas y cuando llegué aquí ya todo había sucedido, solo me quedaba mirar cómo vivían sus vidas diarias, los Tengu se aislaron en la montaña, los Yokai se tuvieron que ocultar en la cueva y los que se resistieron a vivir de esa forma huyeron de este bosque, así mismo la relación entre los protectores del templo y lo humanos se rompió por completo y ahora que los humanos se han ido tengo curiosidad sobre lo que van a hacer.