La Montaña de los Tengu

Capítulo 26.- El Señor de Las Mareas.

Las falsas carisias no son fáciles de distinguir, la sed de afecto puede nublar tu vista, los milenios que el dios del mar vivió en soledad provocaron que su piel rogara por ser tocada, su corazón suplicaba ser amado.

—¿Kai? — O-Wata- Tsu-Mi observaba como su hermana, la diosa del sol salía de su palacio, con el corazón estrujado preguntó —¿tu amor es sincero?

—No me gusta que me hagas esas preguntas ¿acaso dudas de mí? — Respondió con indignación — Si es así, entonces no tengo lugar en este palacio.

—¡No! — O-Wata-Tsu-Mi corrió hacia el Shinigami — Te lo suplico, nunca te apartes de mi lado.

Kai lo tomó entre sus brazos y acariciando su cabello, sonrió — Jamás. 

Trecientos Años Después:

Las tranquilas aguas del río Kesshō reflejaban la silueta de la luna con total claridad — Entiendo que no puedo regresar el tiempo — El dios del mar O-Wata-Tsu-Mi, también conocido como el espíritu protector Ayari, se encontraba contemplando las aguas del río — Entiendo también que esta es la única forma.

— Aún puedes hacer lo correcto— Había bajado la montaña con el fin de encontrar a Kurama.

—¿Y qué es lo correcto? — Me miró con desprecio.

—Debes decirme donde está Kurama, por favor Ayari.

—¿No te lo han dicho ya? mi nombre no es Ayari — Se puso de pie — ¡Soy el hombre de las mareas, quien controla las mareas! — Susurrando dijo — El dragón del mar O-Wata- Tsu-Mi, soy un dios.

—Eras— Dije— Y no volverás a serlo lastimando a otros.

—No me mires así, no soy el culpable de tus penas — Se acercó a mi lentamente — Yo intenté ayudarte, pero como siempre, los obstinados humanos toman el camino más difícil, el incorrecto, no debiste relacionarte con ese Tengu, pudiste transicionar en paz acompañada de los Yokai de la aldea.

 —No me interesa transicionar en paz, lo único que quiero es que Kurama esté a salvo.

—¿Acaso piensas sacrificarte por amor? — Sus carcajadas hicieron eco en el bosque. 

—No deberías de burlarte de lo que no entiendes— Sentí una punzada en mi corazón al escuchar sus burlas.

—¿Por qué asumes que yo no conozco ese sentimiento?

—De ser así, permitirías que nos fuéramos de este lugar juntos y en paz.

—Yo no velaré por tus sentimientos, Yuriko— La mirada del dios del mar se oscureció, había odio en sus ojos —Es mi deber arreglar los errores que mi hermana cometió, y no permitir que siga cometiendo más.

— No ascenderás a dios — Dije con desdén — Te juro que no lo permitiré.

— Lamento ser yo quien te lo diga, debí decírtelo desde el principio, estás muerta y no hay mucho que los muertos puedan hacer.

—Eso ya lo se.

—Entonces también sabes que tienes el tiempo limitado antes de que pierdas tus memorias, decide que es lo que harás antes de dejar tu conciencia atrás ¿impedirás mi asenso a dios o transicionarás en paz? 

—¡Te lo he dicho ya, no me interesa transicionar en paz! — Grité con furia.

Una maliciosa sonrisa se dibujó en su rostro— Me temo que mi hermana no te lo ha dicho todo.

—Me ha dicho lo suficiente.

—¿Te advirtió de lo que pasaría de no transicionar en paz?

—No necesito saber eso.

—Oh no, en verdad necesitas saberlo, me toman como el malo de la historia, pero no soy tan cruel como lo es Amaterasu, manipulando a todos a su alrededor para que hagan lo que ella cree correcto, sin importarle los sentimientos o vidas ajenas.

—No voy a creer lo que me digas, yo no confió en ti — Dije con duda

—Bien, no me escuches, al llegar la hora lo sabrás y te lamentarás ¡¿por qué no escuché a O-Wata- Tsu-Mi cuando quiso advertirme?! ¡ahora no podré pasar a la nueva vida y mi conciencia vagará sin rumbo por la eternidad! — Exclamó dramatizando.

—¡Deja de mentirme! — Exclamé confundida.

—Yuriko ¿por qué te mentiría? — Su sonrisa se esfumó — ¿por qué ahora que no tengo nada que ocultar? tu moriste de una forma violenta dejando atrás la duda de si tu familia había muerto también, terminaste atrapada entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, ni los rituales y ofrendas que hizo Kurama por tu alma te van a servir porque sigues aferrándote al mundo de los que aún viven, suelta todo ya y recorre tu camino en paz.

«¿Y si no me está mintiendo?» Aterrada pensé «¿si lo que dice es verdad, que pasará conmigo?»

—Perderás el camino y jamás encontrarás tu nuevo hogar — Sonrió ampliamente — Solo eso.

—¿Puedes escuchar lo que pienso?

—Soy un dios, claro que puedo hacerlo — Respondió molesto — Te ayudaré a transicionar en paz, si prometes no interferir más en mi asenso a dios.

—No estás entendiendo, dios del mar O-Wata-Tsu-Mi, no me interesa transicionar en paz, lo que yo quiero es que Kurama esté a salvo.

El espíritu protector del río me observó con curiosidad—Dime Yuriko ¿lo amas? 

—Si.




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