La Montaña de los Tengu

Capítulo 27.- El Camino.

Segui al dios del mar por kilómetros, sabía que no podía confiar en él, sin embargo, era mi única opción si quiera encontrar a Kurama, solo me quedaba seguirlo por el bosque.

—¿Vas a decirme a donde me llevas o permanecerás en silencio una hora más? — Pregunté impaciente.

—Ya casi llegamos — Dijo sin mirarme.

—¡¿Qué es este lugar?!— Exclamé maravillada al ver un interminable camino de flores rojas, rodeado de grandes árboles frondosos, el campo se veía aún más verde que el resto del bosque, la vida parecía prosperar aun más que en otras tierras — Son hermosas.

—Tienen que serlo — Tomó una larga pausa y suspiró haciendo mucho ruido— son Lycoris radiata.

—Nunca había escuchado ese nombre — Corté algunas flores para llevarlas conmigo.

—Tal vez las conozcas por otro nombre.

—Otro nombre— Repetí lentamente — ¿cuál es su otro nombre? 

—Flores del infierno — Dijo sin más.

—¡Me trajiste a este lugar con mentiras! — Exclamé furiosa soltando el racimo de flores que sostenía con mis manos—¡Me niego a recorrer ese camino!

—Te traje a este lugar porque es lo que debí hacer desde el día en que te conocí — Se acercó rápidamente a mí y me empujó dentro del camino de flores rojas — No puedo volver a ser un dios si las necesidades de los humanos me son indiferentes — Dijo con una tétrica sonrisa en su rostro.

—¡No, no volverás a ser un dios jamás! — Comencé a forcejear para liberarme de su agarre, pero fue en vano — ¡Ayari, suéltame! — Suplicaba a gritos.

—Lamento tener que hacer esto por la fuerza, pero no me dejas otra opción, nunca accederás a transicionar en paz y solo me estás estorbando.

—¡Por favor, Ayari déjame ir con Kurama, él me necesita!

—¡Entiéndelo de una maldita vez, él no te necesita!

—Él me necesita, por favor permíteme ir con Kurama— Me aferré con fuerza a su ropa — No me obligues a recorrer ese camino— Supliqué con lágrimas en los ojos— Yo lo amo, no puedo dejarlo morir sin hacer nada al respecto.

El dios del mar O-Wata-Tsu-Mi susurró a mi oído antes de empujarme al final del camino—No hay nada que puedas hacer por él.

Vi como la figura del dios del mar se alejaba y oscurecía ante mis ojos.

«Amaterasu ¿dónde estás? ven a salvarme» Podía escuchar mi voz, sin embargo, nada salía de mi boca; Sentía como era arrastrada por las aguas, pero mis ojos no veían absolutamente nada.

«¿Qué será de mi alma cuando acabe este recorrido?» Pregunté al vacío «¿Qué será de Kurama si no logro llegar con él a tiempo?»

—Recorre tu camino en paz — Una voz me sacó de mis pensamientos.

—¿Quién eres? — Pregunté.

—Solo soy un guía, deja que las aguas te lleven a tu destino, es en vano luchar.

—¿Eres un dios? — Intentaba ver alrededor, pero solo había oscuridad — Tienes que ayudarme, no es mi momento, hay algo que tengo que hacer antes de recorrer este camino.

—Podrás hacerlo en tu otra vida— Dijo con serenidad.

—Será demasiado tarde.

—El universo está lleno de ciclos, Yuriko, lo que dejaste sin terminar en esta vida podrás terminarlo en la siguiente, si es así como el destino lo quiere.

—Pero Kurama habrá muerto para entonces — Dije sin poder contener el llanto.

—El destino siempre se cumple, Yuriko.

La oscuridad se iluminó, pude ver el río dorado y a quien me guiaba a mi destino.

—¿Eres un dios? — Pregunté nuevamente.

—Tal vez— Respondió con una pequeña sonrisa frente a mí.

—Eres realmente hermoso— Dije maravillada.

—Lo sé.

—Conoces mi nombre ¿Cuál es el tuyo?

—Mi nombre es Kai y soy un Shinigami.

—Kai— Repetí — Tu voz me da paz Kai ¿es parte de tu trabajo como guía?   

—Lo es.

—¿A dónde iré? 

—Iras a tu siguiente vida.

—¿Será una buena vida? — Pregunté adormilada.

—Eso depende de ti.

—Fui buena hija, buena nieta y buena amiga ¿será una buena vida?

—Lo será— Dijo con calidez.

—¿Me reencontraré con mi familia?

—No lo se.

—Espero que sea así, debí irme junto con ellos, sin embargo, decidí vagar por el mundo de los vivos por más tiempo del que debía ¿afectará eso a mí siguiente vida?

—No lo se.

—¿Cuándo terminará este recorrido?

—No lo se.

—¿Qué más sabes Kai? dime lo que si sabes.

—Estarás bien— Dijo para luego marcharse.

—¿A dónde has ido Kai? — Pregunte mirando al rededor —No me dejes sola— Intente ponerme de pie en medio del agua, sin lograrlo mi cabeza se sumergió en el agua.

Nadie ha tenido el valor de subir a ese lugar...

—¿Abuelo? 

El templo en la montaña es visto como un lugar maldito, para mi es tan sagrado que no puede ser tocado...

—¡Abuelo! — Lo llamé con desesperación.

Quienes suben al monte y entran al templo son brutalmente asesinados por unos seres de maldad llamados Tengu, los guardianes de la montaña, mitad hombre, mitad ave, con grandes picos rojos y garras que lo cortan todo, hija debes recordar que...

—¡Abuelo, ellos no son malos! — Grité dentro del agua — ¡He recordado lo que me ha dicho, los Tengu son protectores, no asesinos!

Cerré mis ojos con fuerza y entonces pude ver— Los Tengu fueron creados para proteger — Mi abuelo se encontraba sentado con una docena de niños a su alrededor, incluyéndome a mí.

—¿Como es que estoy ahí y estoy aquí? — Pregunté confundida— ¿Abuelo, pueden verme? — Me paré frente a él, sin embargo, no dio señales de poder verme— Es solo un recuerdo — Suspiré.

—Lo es— Kai había regresado.

—Veré mis mejores recuerdos antes de terminar este recorrido ¿no es así? — Pregunté sonriendo.

—Así es.

—Que bella forma de partir.

—Así es como se transiciona en paz, Yuriko.

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.