01 marzo 2005
Doscientos Veinte Años Después:
«—Encontraré una forma de sobrellevar esto ya es muy tarde para mí, Yuriko no te aflijas por mí, tú tienes toda una nueva vida por delante, aquí acaba tu viaje, has llegado, se feliz»
He escuchado esa voz por los últimos diez años, es un sueño recurrente que llega sin anticipación y desaparece sin aviso, la dulce voz que hace eco en mi cabeza me atormenta ya que no sé de qué me está hablando, realmente me irrita no saber algo, tener la información incompleta es simplemente insoportable para mí.
Desperté en la mañana de mi cumpleaños número veinte con la sensación de que había perdido algo realmente importante para mí, ahora no solo era la voz que rondaba en mí cabeza, el sentimiento de vacío y perdida me abrumaban con mayor fuerza.
«¿Qué es este sentimiento?» Me pregunté «¿La crisis de los veinte, tan pronto?» pensé.
—¡Feliz cumpleaños hija! — Mi madre entró a mi habitación sin avisar, sobresaltándome sonreí sin ganas, tenía con ella una caja verde decorada con un gran listón rojo, evidentemente un regalo para mi— Hoy que cumples tus veinte años quiero darte esto.
—¿Qué es? — Pregunté sin emoción.
—Es un libro— Dijo con una gran sonrisa— Yo sé que has estado buscándolo por meses y...
—¡¿Como lo conseguiste?!— Grité saltando de mi cama.
—Internet— Susurró guiñando un ojo.
Destrocé la envoltura con rapidez —¡Por fin te tengo! — Exclamé alzando el libro.
—Léelo con calma — Me dijo sonriendo cálidamente— Tiendes a terminar tus lecturas el mismo día que comienzas, lee este con calma, disfrútalo.
—Lo haré— Dije viendo como mi hermana menor entraba a la habitación con más regalos para mí.
—Mira lo que ha llegado para ti, Yuriko— Dejó caer sobre la cama varias cajas de colores.
—¿Quién los envía? — Pregunté con una gran sonrisa.
—Amigos y familia— Dijo sentándose en mi cama — Este es del abuelo, abre este primero.
Me entregó una carta y una pequeña caja alargada.
—¿Qué es? — Preguntó mi pequeña hermana impaciente.
—Espera, leeré primero la carta.
—No digas tontearías— Dijo arrebatándome la caja — Las cartas se leen en soledad, no es algo que debas leerle a los demás — Abrió la caja con emoción, sin embargo, su expresión cambió a una de confusión — ¿Qué es esto?
—Déjame ver— Mi madre tomó la caja —¿Yuriko, es algo que solo tu abuelo y tu entienden?
—¿Qué es? — Pregunté intrigada.
—Una pluma negra— Sacó la pluma y me la entregó.
—No tengo idea de porqué me dio una pluma— Inspeccioné la pluma con detenimiento, revisé la caja para cerciorarme de que no había nada más en ella — Es todo — Dije confundida.
—La carta— Hanako, mi hermana menor tomó la carta en sus manos — La leeré yo ya que tú no quieres hacerlo.
—No, la leeré yo— Dije rápidamente arrebatando la carta de sus manos.
Ambas me miraron expectantes.
—A Yuriko, la mayor de mis nietos.
Hija mía, no todos los días se cumplen veinte años, eres joven, tu corazón y tu mente aun no sabrán ponerse de acuerdo, sin embargo, cuento con que tus vidas pasadas te presten un poco de sabiduría para guiarte en tu camino.
Mis mejores deseos son para ti y tus sueños, te estarás preguntando ¿por qué una pluma? esta pluma ha estado en nuestra familia por generaciones, su valor no puede ser puesto en números, como llegó a nuestra familia aun es un misterio, mi bisabuela me contaba la historia de como un dios se la entregó en sus manos con una misión ¿qué misión es esta? no lo sé, espero que seas tu quien finalmente lo resuelva.
Estuvo conmigo gran parte de mi vida, me acompañó en los momentos más importantes, el día de mi boda, el nacimiento de tu madre, el nacimiento de tus hermanos y estuvo conmigo hace veinte años el día en que tu llegaste a este mundo, ahora te acompañará a ti, cuídala por favor como tu posesión más preciada.
Con eterno amor, tu abuelo Taeyang.
—¿Eso es todo? — Preguntó Hanako con decepción— Ni siquiera un cupón de regalo, solamente una simple pluma negra?
—No es solo una simple pluma negra, mi padre la ha cuidado durante años como si fuera oro, es algo muy preciado para él, en tu lugar estaría muy honrada de que mi padre me confiara algo así, cuídala mucho, hija, es importante.
—¿Importante? — Hanako se puso de pie— ¿importante por qué? no creo que en realidad se crea la historia del dios, los dioses no existen y esa vieja pluma debe ser de una gallina sucia, nuestro abuelo es un tacaño— Dijo marchándose de la habitación.
—¡Hanako no seas grosera! no la escuches, el valor de un regalo no está en su precio — Dijo mi madre para irse gritando tras de ella — ¡No quiero escucharte hablar así de los dioses, te meterás en problemas y nos meterás en problemas a nosotros! ¡eso va para ti también Haruki, en esta casa no se reniega de los dioses, quienes nos han favorecido bastante!
—Su valor no está en el precio — Dije sin quitarle los ojos de encima a la pluma, intentando descifrar su verdadero valor.
«Esta pluma no le pertenecía a una gallina» Pensé «Es muy grande para ser de un ave tan pequeña»
—Buscaré en internet — Dije encendiendo mi computadora; Cansada de buscar durante horas abandoné mi investigación, sin obtener nada valioo—Ni el tamaño, ni el color encajan con cualquier ave que conozca, tal vez es una pluma falsa — Dije decepcionada.
—Feliz cumpleaños, Yuriko— Mi hermano menor entró como remolino a mi habitación— ¿No has abierto todos los regalos? ¡déjame hacerlo!
—No Haruki, lo haré yo, puedes dañar algo ya que nunca tienes cuidado— Haruki se entristeció — No te pongas así, cuando tú y Hanako cumplan años podrás abrir todos los regalos.