Virg
Soy un adulto ahora y no quiero serlo.
La libertad en papel no me era tan importante.
Mas me acerco a la edad de perderlo todo.
Mentí, quiero casarme y tener una pareja de libro.
Lo niego todo el tiempo, estoy enamorada.
Quiero un romance real.
Conocí a mi crush tiempo atrás, nunca olvido mi existencia.
Corría detrás de mi para celebrar.
Siempre supo lograr que el tiempo fuera duradero, pero no lo suficiente.
Cuando no lo veía, profesaba nunca caer ante cualquier amorío.
Objetando que era demasiado exigente y exhibiendo mis desinterés ante cualquier posible romance.
Olvidaba que existía, para no pensar en cuando lo vería.
No sabia que yo estaba enamorada de él.
“Ella es como mi hermana menor”
Siempre tuvimos otra compañera de juego, Emma, menor por un año, me rompía el corazón pensar que tenían algo.
Nuestras madres hablaron como siempre y allí lo escuche:
“Mi hijo siempre estuvo interesado en Emma, seria genial que salieran”
En ese momento algo se rompió, mi corazón se endureció por la tristeza, ni una pizca de celos.
No podía odiar a Emma, no había razón.
Era momento de alejarse.
Mi silenciosa plegaria fue escuchada y nuestras familias no se vieron regularmente.
Desde ese día donde las escuche, saliendo del baño a escondidas.
Algo paso, pero en ese momento no importaba.
Nuestras reuniones se redujeron a 2 veces por año, aun así logre abstenerme de hacer tercera rueda, de la forma mas elegante que pude.
Pero me equivoque, ella no era su enamorada.
Sino yo, me buscaba a mi.
“Me gustas”