Virg
Tengo 19 años.
Nunca imagine salir y reír tan caprichosamente.
Tuve mi primera sita hoy, no le digas a nadie, él no lo sabe.
Los primero minutos fueron intensos, encerrada en el baño.
15 minutos antes de una cita y estaba sumergida en miedo.
Salí fuera, no solo fueron pocos metros, pero él estaba allí deslumbrantemente.
Tanto que no pensé que mis pantalones rasgados fueran suficiente para una primera cita.
En segundos el ya estaba enfrente mío.
11 años han pasado y su sonrisa no ha cambiado en nada.
Su mano es cálida y reconfortante.
Pero no lo suficiente para mirarlo a los ojos.
Caminamos y caminamos, que no sentí como mis piernas flaqueaban.
Aun cuando me sentía pequeña, él no dejaba de mirarme.
Como quisiera confiar en ti Nil, desearía poder hacerlo y liberar todo lo que tengo, pero aun espero tu golpe final que me haga pedazos.
Soy un dragón cuidando el oro, y tu el caballero que tiene que elegir.
¿Me mataras o serás mi aliado?
¿Dejare que me mates o te enterrare vivo antes de ello?
Al final del día, correría al vehículo de mis padres.
Pero antes, tomo mi cara entre sus manos, me quede paralizada cerrando mis ojos del miedo, y él implanto un beso en mi frente.
Sus ojos esmeralda fueron lo mejor del final, mas con esa sonrisa apasionada pegada al rostro.
Y tú seguías conmigo, eso fue premiante.
Los carros transitando hizo que mis padres no pudieran ver su pequeño gesto.
Estaria en problemas si me vieran.
Al llegar a la puerta gire encontrándome aun con su mirada dulce.
Saludó a mis padres a la lejanía y disimule la alegría de mi inquieto corazón.