Querida Virg
Luke no deja de molestarme.
Trata de buscarme en sus tiempos libres y trata de coincidir en el pasillo.
Las habladurías ya empezaron por parte de mi carrera y la suya.
Ya sabes como detesto que hablen sobre mi.
Me preguntaba sino llegarían a los oídos de Nil.
No quería empeorar la relación que ya tenían.
“Lea Dumont, que alegría encontrarte”
Me encontré en desventaja, sin amigos o compañía.
La universidad toma mi tiempo hasta para disfrutar de un buen libro.
Arruina todo lo planeado.
Mostré una sonrisa forzada, a punto de irme.
Se sentó a lado mío, impidiendo mi huida.
“No necesitas escapar de mi, prácticamente somos familia”
Tome un espacio prudencial.
Todo las quejas de él fueron de mujeres heridas.
¿Que tan malo es convivir con este hombre?
“No es como si me dieras una buena impresión”
Las personas pasaban, pero no les parecía extraño que hablara conmigo.
Mostraba una sonrisa expectante, todo parecía diversión.
“Cierto, hice enojar a tu novio en nuestro primer encuentro”
La cara descompuesta de Nil regresó a mi mente.
Supongo que allí comenzó todo, eso no lo hemos discutido.
Con tanto alborotó no pregunte qué pasó esa noche.
“Aunque ya nos conocíamos, no?”
Mi cara de sorpresa lo hizo carcajearse.
No pensé que supiera de mi existencia, suponía que era un chico que todo el tiempo estaba de cacería, como para notar mi existencia.
“Tenía que recordar de donde la novia de mi primo me era tan familiar”
Se justificó, creo que no quiere malos entendidos.
Aunque simplemente estaba confusa de sus verdaderas intenciones.
No parecía estar tan socarrón como aquella vez.
“¿Y no quieres ser mi amiga?”
La pregunta salió sin amortiguador.
Sus ojos esmeralda reflejaron algo extraño.
Estaba tan atentó a mis acciones que no sabía como salir de esta.
Recuerdo mi risa socarrona, ja.
La respuesta es no.