Amiga mia
Las olas del mar tacaban los dedos de mis pies.
El fresco de la mañana y las olas me hacían temblar de frío.
El sol estaba a punto de salir.
Y allí estaba yo.
Sentada en la arena frente al mar.
Controlando mis deseos de correr directo al cuarto de hotel.
Una pequeña prueba.
Nil me trajo.
Prometimos que vendríamos, pero esto fue espontáneo.
Tengo cinco días arreglar este asunto.
La ira crece en mi sistema.
Mi atacante esta retenido en la carcel.
Pero quiero destrozarlo.
Volverlo cenizas por su intento de convertirme en polvo.
La mujer debe sufrir…
Me enojaba pensar que tenia que resignarme a las miradas en la calle.
Las acusaciones morbosas.
Y al hecho de que no podía ser libre.
Me resigne a no caminar por la vía sola.
A cuidar mi bebida en cualquier evento.
Mirar para todos lados mientras caminaba.
En no confiar en nadie.
Pero no puedo imaginar a las chicas, a las cuales lograron hacer polvo.
No puedo reconocer su sufrimiento y desespero.
Alegremente no puedo entenderlas.
Pienso pudrir a ese cerdo en la carcel.
No lo dejare intentar hacer otra cosa mas.
Pido disculpas a toda chica que vivió eso.
Lamento tanto tu sufrimiento.
Algo está mal con el ser humano...
Las pisadas ajenas en la arena me robaron los pensamiento.
Nil se sentó a lado mío.
Miro lo mismo que yo, el mar.
Disfrutare esto, junto a él.
Quiero venganza.