La muerte de Lia

Suleika

No había planeado el encontrarme con mi hermana por las escaleras, pero me relajó saber que lo que me iban a preguntar no sería nada nuevo . Cuando llegué a la puerta llamé y me quedé fuera esperando a que me dieran permiso para entrar.

Bruno estaba sentado junto con los dos detectives en uno de los sofás. La chica tenía una expresión tranquila y agradable, el chico parecía centrado mientras escribía algo en un cuaderno.

- Hola, soy Suleika.

Decidí presentarme para romper un poco el hielo.

- Hola, yo soy Diana y este es Niko, ¿Eres la hermana de Agatha?

- Sí

Las preguntas fueron bien, no me preguntaron nada incómodo cómo quién de la familia tendría motivos para matar a Lia ni me hicieron preguntas personales, pero podrían haberlas dejado para el final.

- Bueno, ¿y cómo fue la fiesta?, ¿nos la puedes contar?

- Claro.

Los invitados empezaron a llegar sobre las siete y media de la tarde, íbamos a hacer una barbacoa, algunos ayudaron con la comida y otros con la mesa, todo el mundo parecía animado y los negocios que estuvimos haciendo durante la cena fueron sobre ruedas, al menos yo quedé muy contenta.

Cuando terminamos de cenar Christian, Lia y yo estuvimos jugando a las cartas, aunque cada uno a un juego distinto, yo estaba jugando al blackjack, había un buen ambiente pero sí que hubo un breve momento en el que Lia discutió un poco con una de los invitados, creo que era una de sus proveedores, pero no estoy segura.

- Espera, Agatha antes nos había dicho que nadie discutió durante la noche entera.

- En realidad no fue una discusión como tal, estarían hablando de algo en bajito y subieron bastante el tono en un momento dado, hasta que se dieron cuenta de que los demás las estábamos escuchando.

- ¿Agatha estaba por ahí? - Era la primera pregunta que me hizo el chico.

- Más o menos, las bebidas las teníamos en una neverita en la sala continua, el motor de la nevera hace un ruido algo desagradable, así que pudo cubrir algo de ruido y ella creería que estaban hablando tranquilamente en vez de gritándose.

- ¿En vuestra familia tenéis un oído tan bueno cómo para escuchar desde tan lejos?

- No te creas, Lia estaba sentada al lado de la puerta.

- ¿Algo más que ocurriera? - La chica me volvió a preguntar.

- Espera que recuerde, no, creo que eso es todo. Lia se fue antes que el resto, tenía que repasar unas cuentas.

- ¿Se fue sola al despacho?

- Sí, pero no creo que fuera directamente, porque al salir al patio interior para tomar algo de aire la vi yendo desde el ala de las habitaciones hasta la zona de los despachos.

- ¿Sabes que podría haber estado haciendo allí?

- Pues tomar su medicina, Lia estaba con un tratamiento de asma preventivo.

- ¿Todos lo sabíais?

- Claro, vivimos en la misma casa y nos vemos las caras si no es todos los días, pues la mayoría.

Después me hicieron algunas preguntas más sobre la última semana en la que Lia estaba viva, yo les contesté que todo fue normal, aunque la semana anterior fuimos a la playa y ella había pillado algo porque tenía diarrea, y últimamente se mareaba muchísimo.

Terminaron de hacerme las preguntas y me dejaron irme, pero antes les enseñé la neverita y coincidieron en que el ruido del motor era algo desagradable. Bruno me dirigió la palabra por primera vez cuando terminaron de ver la sala dónde estuvimos jugando.

- Con la cantidad de salas y espacio que tenéis en la casa, ¿por qué utilizáis la misma sala para jugar al billar y a las cartas?

- Así ahorramos en espacio y las podemos usar para otra cosa

- Pero si tenéis una sala solo para bebidas, vamos no fastidies.

- Bruno, ¿Qué más da?

Bruno siempre ha sido un chico con una personalidad algo particular, es impulsivo y tiene muchos cambios de humor, no es fácil hablar con él, con quién sí que se controlaba un poco más era con Lia supongo que porque eran mejores amigos.

Ya fuera de la vista de los detectives y Bruno, me fui a comer algo a la cocina, todavía había una pregunta que me rondaba la cabeza ¿acaso esos detectives saben cuál es nuestro trabajo?, en lo que agarraba algo para comer Luka entró.

- Vale, aquí tienes el libro de cuentas, que sepas que robarle a los abuelos va en contra de mis pocos principios.

- Tranquilo primito, jamás sabrán que lo hemos cogido, lo devolverás antes de que eso ocurra.

- ¿Por qué lo tengo que hacer yo?

- Porque así ese video tuyo que tanta vergüenza te da en el que estás vestido de tiburón bailando no saldrá en todas las redes sociales y se volverá viral.

- Te odio mucho ahora mismo.

- Oye, las extorsiones son mi trabajo, si no se me diera bien pues vaya palo, ¿no?

Luka se fue y me dejó sola. A mí tampoco me hacía mucha gracia cogerle cosas a nuestros abuelos sin su permiso, pero necesitaba saber qué es lo que Lia se traía entre manos, puede que allí hubiera alguna pista sobre su muerte o algo que me sirviera para hacerle chantaje a alguien.

Empecé a echarle un vistazo, los primeros años parecían estar en orden, cómo todavía no teníamos mucha influencia pues los gastos y las ganancias eran bajos comparados con los de ahora, seguí mirando y llegué a hace tres o cuatro años, donde algo me llamó la atención, a simple vista no parecía nada, pero con lo que dijo Agatha hace unos meses empecé a ir hilando cosas.



#539 en Detective
#2887 en Otros
#782 en Relatos cortos

En el texto hay: mafias, detectives, un misterio

Editado: 03.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.