Me presenté en la sala junto a Bruno, que me había ido a buscar, los detectives estaban discutiendo sobre algo, pero pararon en cuanto entramos. La chica tenía una mirada seria y distante y al otro se le notaba muy confiado. Bruno se sentó junto a ellos, él estaba como siempre, con una cara que cambiaba de expresión cada cierto tiempo sin necesidad de que le dijeras nada, si le conoces cómo hacemos nosotros, sabes que eso es normal.
- Bueno, ¿Cómo estás? - La detective me sacó de mis pensamientos.
- Bien, ¿empezamos con las preguntas? Necesito volver a mis cosas.
- Anda Diana, otro al que no le gusta perder el tiempo. - El detective tomó la palabra. - De todos los de la familia ¿tú quién eres?
- Christian, primo de Lia.
- ¿Hermano de las otras dos?
- No, ellas también son mis primas. ¿soy el último con el que os falta hablar?
- No, nos falta el otro chaval, aunque yo votaba por dejarte a ti el último, pero Diana no me ha dejado, oye pedazo casoplón que tenéis, ¿Cuánto os costó?
- Niko, ya. - La detective cortó la cháchara. - Vale, primero vamos al meollo, ¿Qué pasó en la fiesta?
- Pues nada en realidad, comimos, jugamos e hicimos negocios.
- Desarrolla.
- Está bien.
Los invitados empezaron a llegar a eso de las siete y media, yo me ocupaba principalmente de ver que no se quemaba nada, aunque eran Agatha y Lia las que dirigían la parte de la comida. Durante la comida yo estaba más ocupado en hablar sobre las nuevas rutas con mis socios que en lo que estaba ocurriendo en el resto de la mesa. Cuando terminamos fui con uno de los invitados a por copas y un vino, estuve jugando al póker al igual que Lia, aunque no estábamos en la misma mesa.
Durante la partida me llamó la atención la conversación que estaba teniendo Lia con una de sus distribuidoras, hablaban sobre los problemas de expansión del territorio y que la policía tenía en el punto de mira a Lia desde hacía ya varios años. Lo último que escuché fue que la distribuidora le decía que recordara el incidente de hace unos años, eso fue lo que debió detonar la ira de Lia porque fue cuando subió el tono de voz.
- ¿Sabes qué pasó o de qué se trata el incidente?
- No, ¿Bruno tú sabes algo?
- No, eso fue antes de que me contratara y nunca hablaba de ningún incidente.
- Si ni su mejor amigo lo sabe, lo siento mucho detective pero no hay datos, al menos por mi parte.
- ¿Algo más sobre la fiesta?
- No, Lia se fue a repasar unas cuentas y los invitados se largaron a media noche.
- Gracias Christian, me parece impresionante que de todos los invitados tú fueras el único que escuchara la conversación. - No sabía si la detective intentaba provocarme.
- No creas, yo estaba detrás de su distribuidora, seguro que Luka también escuchó la conversación, y en cuanto a Suleika, no se lo digáis, pero está perdiendo audición.
- ¿Y Agatha?
- Nadie es capaz de escuchar nada cuando abre la nevera, el motor es horrible.
- Parece que tenías a todo el mundo muy controlado.
- No me gusta perder de vista a la gente, soy muy precavido.
- Ya veo, pues muchas gracias, ahora si no te importa respóndenos a unas últimas preguntas.
Me hicieron las típicas preguntas que se hacen en todos los interrogatorios, cuando terminaron salí de la sala y recibí una llamada de uno de mis trabajadores.
- Que oportuno, dime ¿Cómo van los pasaportes falsos?
- Ya los tenemos y está todo listo, esperamos tus ordenes.
- Genial, adoro cuando los planes salen bien. Pues pasad a la siguiente fase, os doy luz verde.
Colgué la llamada y me dirigí a mi estudio, no quería perder más tiempo y tenía que investigar sobre aquel incidente para poder llegar al fondo del asunto. Además tenía que seguir examinando a la familia Jazmín, porque aunque Lia quisiera tenerlos cómo aliados y hacer tratos con ellos yo sé que no son de fiar, todavía me reconcome la idea de haberles invitado a la barbacoa, no me caen bien, nos terminarán apuñalando por la espalda, si no es lo que ya le ha pasado a Lia.