La muerte de Lia

Diana

- ¿Qué motivos tendría Bruno para matar a Lia?

- Dinero, fama, grandeza.

- Vale Niko, me quedo con las dos primeras ideas, pero ¿por qué?

- Amor, ira, venganza

- Vale, ya lo he pillado, hay muchos posibles motivos.

- Pero de todas formas, Diana, ¿Cómo sabe Bruno sobre la ricina?

- Tengo una teoría de lo que podría haber pasado, pero no sé si es lo que en realidad pasó.

- ¿Y qué teoría es?

- De momento busquemos el motivo, luego cuando tengamos a Bruno ya confirmaré mi historia.

Niko y yo empezamos a indagar en el pasado de Bruno, pero no encontramos mucha cosa, le pedimos a Suleika todos los datos que tuvieran sobre Bruno, al principio le pareció raro, pero nos los dio sin discutir. De todas formas esta familia ya cree que Niko y yo estamos como una cabra.

Me imagino que a nadie le interesa el proceso de investigación, así que voy a pasar directamente al chisme. Pues resulta que Bruno no fue el único de su familia en trabajar con Lia, su hermano mayor estuvo trabajando antes que él. Resulta que esa historia no acabó muy bien, su hermano fue el protagonista del incidente de hace unos años el cual Lia quería olvidar.

Lia le había asignado un trabajo para otra mafia, pero se negaron a pagar, el hermano de Bruno no les dio la mercancía y tras darle una paliza la mafia le entregó a la policía. En lugar de soltar prenda, se suicidó.

- Venganza.

- Ves, era mi sexta opción, si es que soy genial. ¿Ahora que hacemos Diana?

- Buscar a Bruno

- ¿Y dónde puede estar?

- No lo sé.

- Oye, ¿Matar a su mejor amiga? ¿no crees que eso es pasarse?

- Si te das cuenta Bruno es muy impulsivo, si tenía una gran relación con su hermano y le echa la culpa a Lia, pues.

- A veces me perturban tus pensamientos.

Estuvimos buscando a Bruno por toda la mansión y no le encontramos, preguntamos a los presentes si le habían visto y nadie sabía nada de él desde que terminamos de hablar con los cuatro primos a la vez. Pensé a dónde podría haber ido, algún lugar cerca de aquí, pregunté a la abuela, y mientras me daba la respuesta Niko hizo que me saltaran las alarmas.

- ¿Y Luka y Christian?

- ¿No os lo han dicho? Se han ido a comprar la cena, ¿cenaréis con nosotros, mis niños?

- Lo siento señora, pero quiero volver a mi casa para mi sueño reparador.

- Mierda. - Ya sabía lo que había pasado.

- ¡Diana!, cuida tu lenguaje en frente de la señora.

- ¿Sabe a qué hora más o menos se han ido?

- Hará una hora o así.

- ¡Niko, al coche, ya!

- Oye más despacio.

Arrastré a Niko al coche y me puse en marcha.

- ¿Acaso sabes a dónde vas?

En los apuntes de Lia en el encargo del día del incidente había apuntado el nombre de uno de los compradores y había dibujado una flor de Jazmín y un barco al lado. El comprador era de la familia Jazmín y entre los territorios de las dos familias hay un puerto que queda a dos horas de la mansión.

Lia no quería hacer tratos con la familia Jazmín, quería que confiaran en ella para sacarle la mayor cantidad de información posible para así vengarse de cuando la dejaron en ridículo robándole la mercancía.

Aunque conduje lo más rápido que me permitían las señales de tráfico, Christian y Luka nos llevaban una hora de ventaja. Debí suponer que Christian me ganaría en lo que se refiere a averiguar sobre Bruno, él siempre examinaba a sus trabajadores, y al volver nosotros a investigar la muerte de su prima, todos empezaron a remover trapos sucios para investigar por su cuenta.

Llegamos al puerto pero ni rastro de los hermanos, nos pusimos a registrar la zona de arriba a abajo, y lo único que encontramos fue el cadáver de Bruno. Luka le había disparado. A decir verdad había sido un trabajo en equipo espectacular, pero ahora jamás podría corroborar mi historia, bueno, parte de ella, porque quedaba claro que el culpable sí que fue Bruno.

- Vale, creo que voy a vomitar. - Niko se pone malo cada vez que ve un muerto.

Nos metimos en el coche y llamé a la señora para contarle todo lo ocurrido, me dió las gracias por nuestra investigación y pudimos volver a casa. Mientras estaba conduciendo Niko que ya se había mejorado me empezó a hablar.

- ¿Me puedes contar ahora cual era tu teoría de lo que había pasado?

- De acuerdo.

Pues verás, Bruno era muy cercano a su hermano y al morir quiso tomarse la justicia por su cuenta. Consiguió que Lia le contratase y según iba ganando confianza con ella iba escalando puestos en el departamento. Luego solo faltaba la manera de matarla, en uno de sus trabajos en Gran Bretaña debió escuchar a alguien hablar sobre la ricina, y consiguió obtenerla gracias a la red de contactos que ya tenía allí.

Envenenó a Lia y solo tenía que esperar a que el veneno surtiera efecto, cuando le dijeron lo de la barbacoa consiguió la coartada perfecta. No acudió a la fiesta, pero cuando el veneno ya había hecho su efecto se coló en su despacho y la apuñaló con una de sus figuritas de hielo. Al ser verano y no estar en la estantería especial, la figurita se derritió ocultando así las huellas.

- Vale, todo esto me parece perfecto, ¿Pero dónde puso el veneno? ¿En el inhalador?

- No, Bruno jamás entró en la habitación de Lia, ni tuvo que tocar su comida o bebida, sino que puso el veneno en otro objeto que siempre tenía más a mano.

- ¿Dónde?

- En la solapa de los sobres de las instrucciones.

- ¿En la solapa?

- Claro, para cerrar el sobre hay que chupar la solapa.

- Hugh qué asquito. ¿Así que se envenenó ella sola?

- Sí.

- ¿Y cómo consigues sacar todo esto?

- Soy buena contando historias.



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En el texto hay: mafias, detectives, un misterio

Editado: 03.08.2024

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