La tarta se aproxima hacia la mesa.
Las velas están encendidas soltando su característico olor a cera quemada.
La cámara está cerca mío y me enfoca directamente mientras sonrío de oreja a oreja, sin importar lo cansada que me encuentre.
Hoy me da igual todo.
Aplaudo junto a la gente a mi alrededor cuando me cantan cumpleaños feliz.
Nunca me sentí tan feliz, tan llena de vida. Hacía tiempo que no sonreía tanto.
Soplo las velas y pido un deseo, cruzando los dedos y tal vez soltando alguna que otra lágrima.
"Ver de nuevo las estrellas en sus ojos"
Gritos me rodean pero yo consigo hacerme escuchar.
-¡He llegado a los 19, inútiles!