La muerte para empezar: Luz, Libro 1 (editado)

Capitulo 09: Una oportunidad

—Tuve un sueño extraño… —Al despertarme, las primeras palabras que salieron de mi boca fueron de confusión.

Aunque sabía que ese extraño acontecimiento había sido un sueño, por alguna razón, mis manos no dejaban de temblar, el creciente malestar que surgía en el fondo de mi pecho me dejaba una mala sensación.

Ese extraño ser… no es alguien en quien debería confiar. Cuando llegué a esa conclusión, me di cuenta de que inconscientemente había decidió elegir desconfiar de algo que definitivamente es falso, una pesadilla. No pude evitar sentirme un poco estúpido por estar tan preocupado, baje la vista hacia mi pecho donde estaba el collar y lo observe por un rato, pensando seriamente si este pequeño colgante de metal seria mi herramienta de escape, solté una risa incrédula y desvíe mis pensamientos a otra cosa. No tenia tiempo para desperdiciar en cosas innecesarias.

Pero, conforme pasaban los días, la oportunidad de escapar parecía cada vez mas lejana, aunque el patrón con los que me visitan sigue siendo el mismo, no puedo fugarme sin un arma o magia para atacar y distraer a mi oponente, las celdas están perfectamente cuidadas hasta el punto de que parecían hechas recientemente, los barrotes parece que cada día aumentan su grosor, aunque cabe la posibilidad que sea solo mi impresión por estar bajando de peso debido a la falta de alimento. Mientras pasa el tiempo, dibujo con mi collar en las paredes, ya he revisado el colgante por las dudas pero parece ser que no existe algo así como la revelación divina, ya que parece ser un collar normal y corriente hecho de metal, lo único que podría decirse que es extraño es un relieve sospechoso en una de sus puntas, pero he intentado repetidas veces, presionarlo, rotarlo, incluso morderlo y no a ocurrido absolutamente nada, parece ser que es un simple defecto de un accesorio barato, supongo que ese sueño solo fue un farol hecho por mi subconsciente que anhela salir de este lúgubre lugar.

Y así, los minutos, horas y días pasaron sin obtener ninguna oportunidad de escapar significativa. Una semana paso, siendo sincero, mis esperanzas cada vez están más bajas, simplemente es imposible, si pudiera utilizar magia quizá fuera viable, pero estoy empezando a creer que mi única salida es esperar a que me trasladen a donde sea que planean llevarme he intentar huir mientras estoy en el carruaje.

Actualmente es de noche, lo se por la luna menguante que se ve desde mi ventana con barrotes de acero, la leve luz plateada de la luna es reflejada en mi collar y proyecta una ligera luz que utilizo para jugar mientras estoy en mi cama de madera. El pasillo enfrente de mi celda esta ruidoso a pesar de ser ya altas horas de la noche, irritado, camino aun con mi collar en la mano hacia la reja he intento averiguar el motivo de la conmoción, aunque la oscuridad dificultaba observar con claridad, mi celda estaba lo suficientemente cerca de el bullicio para mi suerte, por mi vista periférica la silueta de tres hombres nuevos que no había visto hasta ahora me llama la atención, están hablando con Greg al final del pasillo enfrente de la puerta que es la única salida.

—¡jefe! ¿Qué opina de nuestro botín? La encontramos a las afueras del bosque de Theorion. — Informo emocionado la silueta de un hombre alto y delgado.

—Estaba luchando con un Rodent y no se dio cuenta de que se alejó de la protección del bosque ¡qué estúpida! —Se burlo la otra silueta de un hombre pequeño y rechoncho. El último hombre tiene aspecto relajado y esta despreocupadamente recostado en la pared.

Ante la mención de una palabra familiar no pude evitar rebuscar en lo profundo de mi mente, después de unos segundos recordé un libro de la casa de Aria, se titulaba “Monstruos del continente” no le preste mucha atención a las primeras paginas donde estaban ubicados los monstruos mas débiles, fui directo a la sección de nestias fuertes y grandes creyendo que no eran importantes, pero el Rodent estaba ubicado en la primera página y fue imposible no verlo, el Rodent es una de las bestias que habitan este continente, también es una de las especies más débiles que hay, su apariencia es algo así como un Capibara de color negro y con sus dientes frontales grandes y gruesos.

—¿luchando? ¿con un Rodent? — Cuestiono Greg incrédulo.

—¡Si! — el hombre más pequeño se rio fuertemente. — Nosotros tampoco lo podíamos creer, estaba luchando contra esa débil bestia y ¡estaba perdiendo! — Continuo entre carcajadas.

La voz de ese hombre me molestaba, pero no era el momento de pensar en eso, estaba tan preocupado en la palabra familiar que no me percate de la otra palabra conocida que escuche, el bosque de Theorin, ¿dónde había escuchado algo así? Es mi primera pista desde que estoy aquí encerrado y no recuerdo lo mas importante, no pude evitar maldecir en mi cabeza y apretar mi colgante en el puño ante mis absurdas prioridades.

Volví a prestar atención a la conversación justo cuando Greg hablo de nuevo. —¿Están seguros de que es un hombre-bestia?

—Definitivamente lo es. — Escuchando las palabras de aquel hombre, palidecí visiblemente, recordé la familiar palabra, no quería creer lo que había escuchado, era imposible, simplemente imposible.

—Hmmm, entonces no será de mucha utilidad en el combate, quizá podamos venderla como esclava sexual, si el jefe no la quiere para él. — Anuncio Greg mientras abría la puerta que estaba detrás de él.

Antes de poder hacerme más preguntas la luz empezó a filtrarse y con eso mi visón mejoro, del otro lado de la puerta una mujer de unos 20 años con cabello negro amordazada se pudo observar, estaba siendo retenida por jazmín y Emma, aunque su apariencia de notaba belleza, estaba totalmente sucia y vestida con harapos, no pude verla bien debido a mi escaso alcance de visión por los barrotes, llamándome la atención, mi mirada de repente fue atraída por la escena detrás de ella, logré ver una habitación con una mesa al otro lado de la puerta, era una mesa con una lampara de aceite y con varias rollos de papel encima, lo único que se me vino a la mente fue que era algo así como un cuarto para reuniones estratégicas. Ese lugar era mi meta.




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