No estaba seguro de cuando me trasladarían a otro lugar, pero sabia que mi mejor oportunidad de escapar seria en la mañana, tendría que atacar a la persona que me entregaría la comida, no tiene que ser una herida fatal, solo tengo que crear una abertura para poder salir mientras el individuo esta distraído y noquearlo con magia.
Mi plan esta lleno de agujeros y gran parte de el depende de la suerte, lo único que se de este lugar es que detrás de esa puerta se encuentra una habitación, si pudiera encontrar un mapa seria mucho más fácil salir de aquí, pero no tengo esperanza, solo puedo confiar en mi pequeño poder de ataque y rezar para no encontrarme con alguien que sea más fuerte que yo, es decir, no tengo que encontrarme con nadie.
—¿Qué haría Aldous? — Murmuro mientras estoy viendo hacia el techo de la habitación.
Ahora tomo como ejemplo a un niño Pensé mientras me reía de mí mismo.
Aún estaba indeciso, si por casualidad fallaba en estorbar la movilidad de la persona que me dará de comer, realmente existe la posibilidad de que me asesinen. Pensando en esa posibilidad me descuelgo el collar y lo examino detenidamente, después de unos momentos presiono la ranura que se encuentra en unas de las caras laterales, con mucha facilidad el colgante cambia de forma rápidamente. En el transcurso de las pocas horas que pasaron desde que Emma casi me descubre, aprendí como activar el mecanismo, tenía que hacer presión en una de las caras del collar y el colgante prácticamente cambiaba de forma solo, me di cuenta que el golpe debió haber activado el mecanismo de una u otra manera, también ayudo a que fuera más fácil de utilizar, quizá estaba atorado o algo por el etilo, pensar demasiado en cosas pequeñas no tiene sentido, en los años que he estado aquí aprendí que este mundo no funciona con el sentido común que conozco. Poniéndome de pie sujeto con fuerza mi arma y me imagino la situación que debo afrontar al amanecer.
—Yo puedo…
Después de arremeter un par de veces al enemigo imaginario delante de mí asiento con satisfacción, pero sigo estando nervioso. Bajando mi vista hacia mis manos me percato de que están temblando visiblemente, cierro los ojos tratando de calmarme, pero solo consigo abrumarme con la idea de que todo este plan podría ser un estrepitoso fracaso.
Con el colgante aun en mi mano derecha, lo acuno en mis manos y lo veo fijamente mientras aún estoy parado en medio de la habitación. Viendo mi reflejo en el reluciente collar me doy cuenta de que estoy en un estado deplorable, mis ojos verdes lucen cansados, mi cabello castaño oscuro esta enredado y sucio, lo tengo un poco largo y empieza a taparme la visión, nunca me había encontrado en una fase tan lamentable, ni siquiera cuando pase un par de días en la calle en mi anterior mundo. Mientras recuerdos de mi vida pasada iban y venían de mi mente, me senté en el suelo, decidí repasar todo lo que debía hacer en mi cabeza, una y otra vez, las veces que fueran necesarias para asegurar mi escape.
(***)
Desperté en el frio suelo de mi habitación acurrucado en posición fetal, no recuerdo haberme quedado dormido, siempre me creí una persona con buena fortaleza mental, pero definitivamente estoy llegando a mi limite, tanto estrés no es bueno para nadie, si no estuviera acostumbrado a lidiar con este tipo de agotamiento mental por mi anterior trabajo en el pasado, seguramente me hubiera rendido por la falta de opciones, es la primera vez que me alegro por haber sido victima de una ambiente laboral tan agotador.
—Lo lograre pase lo que pase. — Repito estas palabras como un mantra mientras doy vueltas por la habitación impaciente.
Sostengo el collar en su forma de lanza en mi mano derecha atrás de mi espalda, veo por la pequeña ventana con barrotes que solo deja ver el cielo y veo que está amaneciendo, la hora del desayuno debería ser pronto.
Me mentalizo para lo que pasara a continuación, no puedo permitirme fallar, es una oportunidad, probablemente la primera y la última.
—No importa quien venga a dejarme el desayuno, solo sufrirá un poco de dolor y una contusión, no debo sentirme mal por algo como eso, ya he dejado a personas inconscientes en el pasado. — Tratando de convertirme a mi mismo mientras continúo caminando nerviosamente por la celda, escucho una puerta abriéndose y mi corazón se acelera.
Pasos reverberan a través del corredor, me pongo rígido y me escabullo hacia mi cama, fingiendo estar dormido, escucho una reja abrirse en la celda adyacente, presto atención para escuchar la voz de la persona que esta entregando la comida este día, aunque es un poco difícil debido a la pared de lo que parece ser concreto de alto grosor. Cuando parecía que no podría escuchar nada una voz me llega a los oídos.
—Sabes, realmente es una lastima que no me dejen jugar contigo. — Dice el hombre con un suspiro. —Pero… ahora no hay nadie. — Como si estuviera pensando en voz alta, el hombre continua. — Quizá solo un poco este bien.
Pasos un poco apresurados y un chillido llega a mis oídos. —N-no, ¡aléjate de mí!
—Quédate quieta. — Amenazo el hombre. Un forcejeo audible se escucha del otro lado, roces de ropa contra la piel y un llanto ahogado mezclados con las palabras.
Me apresuro para llegar a la reja que impide que salga de la habitación para tratar de ayudar un poco, en voz alta y con fingido desinterés digo. —Sabes… realmente no creo que sea buena idea violar a una persona con testigos cerca, además, ¿me pregunto qué diría tu jefe sobre dañar mercancía valiosa? No se ve como una persona que perdona dos veces.
El lucha se detiene se detiene abruptamente, y la misma voz me advirtió. —Niño, no deberías meterte en donde no te llaman.
—Realmente no me interesan tus asuntos, solo tráeme mi puta comida. — Replico con un gruñido, trate sonar lo más molesto posible para que el hombre se sintiera incomodo y no pudiera continuar con lo que estaba haciendo. Pude escuchar como la persona se sube los pantalones y abre la reja de la celda adyacente mientras me dirige unas palabras.
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Editado: 27.10.2021