La muerte para empezar: Luz, Libro 1 (editado)

Capitulo 19: Joven prodigio

—Punto de vista de Drake Caeleste—

—¿Puedes siquiera usar magia? —Pregunte al niño humano que se posicionaba al otro lado de la arena de entrenamiento. No podía entender porque el anciano Lucius me había puesto a luchar contra este mequetrefe, alguien de su calaña no podría siquiera servirme de calentamiento.

—Ya lo veras. —Me respondió mientras formaba una sonrisa en su cara infantil.

¿Que? Mi enojo iba creciendo mientras observaba su pequeño cuerpo relajado incluso cuando estaba a punto de batirse en un duelo contra mí, el mejor de la clase.

—¿Quién te crees que eres? Estaba pensando en tener piedad porque eres un niño, pero ahora pagaras por tu insolencia. —Dije tratando de intimidarlo.

—Si, sí. —Respondió casualmente sin signos de agitación.

¿Qué le pasa a este niño? ¿siquiera entiende lo que es un duelo? Me preguntaba mientras fruncia el ceño ante su actitud. Las personas siempre me habían tratado con respeto por ser el hijo mayor del actual rey de Theoirin, algunos incluso decían que yo sería el próximo portador de la corona, símbolo de fuerza y nobleza. Entonces, ¿Por qué este niño no me temía?

—Te hare pedazos. —Escupí furioso mientras tomaba mi posición de ataque que aprendí del anciano Lucius.

—Que miedo —tembló falsamente y sonrió.

Este humano… Lo miraba ferozmente y no parecía importarle en absoluto, pensé que sería como Trea, una persona sumisa e indefensa, esto me había tomado por sorpresa. Tal vez esta era la razón por la que Trea no lucia tan decaída como antes, incluso parecía feliz. Por alguna razón, me enfurecí un poco al pensar en eso.

Como para corresponder mi irritación, mi poder mágico se liberó de mi corazón mágico y esperaba ansioso la oportunidad de atacar, las personas que nos miraban tragaron saliva por la abrumadora sensación de mi magia, incluso el desinteresado niño me observo un poco sorprendido, una sonrisa tiro de mis labios. Aunque portábamos un traje de practica que nos protegería con una barrera mágica a cualquier golpe fatal, eso solo se reducía a los golpes fatales, mientras lo golpeara con la fuerza correcta, podría hacerlo sufrir eternamente. Eso provoco una sensación de expectación ante la vista de Trea rogándome que me detenga mientras torturo a su amiguito humano.

—¡Empiecen! —Con su permiso, espere a que el niño atacara primero. Decidí que jugaría con el dándole una falsa esperanza de victoria.

Vi en dirección al publico nuevamente para observar cómo Ameria me apoyaba desde lejos, debía estar segura de mi victoria, era natural, no existía ninguna posibilidad de que yo perdiera este encuentro, la salude casualmente con agitando mi mano antes de que mi piel se erizara de repente, Ameria y el resto también parecieron sobresaltarse por la explosión de poder descontrolado que se desbordaba del otro lado de la arena, donde se encontraba el niño.

¡¿Hablas enserio!? Grite para mis adentros cuando active mi visión elemental para observar la afinidad de mi oponente, este niño… tenía todos los elementos, el único débil es el viento con un gran margen, pero los demás, eran demasiado puros. Inconscientemente trague saliva. La ola de poder que emanaba del niño casi igualaba la mía, aunque su flujo de magia era pésimo lo compensaba con poder abrumador, eran como llamas que subían en un pilar de luz multicolor, era un poder hermoso. Su pelo castaño revoloteaba mientras el viento empezaba a arremolinarse a su alrededor, sus ojos verdes me observaban ferozmente y una sonrisa atrevida cruzo sus labios. Un escalofrió subió por mi espalda, pero inmediatamente aleje cualquier duda y espere su ataque.

—¿¡Que!? —Gritaron todos los espectadores sorprendidos al ver desaparecer al chico.

La realidad era que no había desaparecido, pero era normal pensar eso para quienes no estaban reforzando su cuerpo y sentidos con magia. Para mí, un ataque como esos era completamente visible, pero fue absurdamente rápido. Salto hacia el cielo en un salto impulsado a toda velocidad, dado su peso, no dejo un cráter en su lugar, pero fue suficiente para enviar una ráfaga de viento en mi dirección, en el aire, movió su espada en cuatro cortes rápido que enviaron cuchillas de viento casi invisibles directo a mis extremidades.

—¿Eso es todo lo que tienes? —Me reí mientras respondía a su ataque.

Envaine mi espada en una muestra de confianza y extendí ambos brazos hacia el frente, en cuanto levante mis brazos con las palmas hacia arriba, una enorme pared de tierra se elevó y recibió los impactos de sus ataques sin siquiera dañarse. Pude observar su cara de sorpresa desde mi lugar, y una sonrisa cruzo mi rostro. Hace solo dos años había empezado a usar mi primer elemento, el fuego, y ahora hace un par de meses adquirí mi segunda afinidad, la tierra. Incluso siendo inexperto en el elemento tierra era obvio que seria mejor que un humano que tiene que recitar hechizos para poder controlar su mediocre poder mágico.

—Solo estaba calentando. —Dijo el mocoso mientras aterrizaba con un estruendoso impacto que reverbero por todo el lugar.

Inmediatamente después de eso se precipito hacia mi y lanzo un corte dirigido a mis manos desarmadas. Utilizando mi mano desnuda use la fuerza de su ataque para desviarlo y hacerle perder el equilibrio. Al tropezar y observar mi puño dirigido a un lado de su rostro no tuvo mas remedio que clavar su espada en suelo para apoyarse y rodar a un lado para evitar mi golpe. Mi puño impacto contra el suelo y sacudió la tierra debido a la fuerza detrás de este. Asegurándome que no tuviera su espada devuelta utilice magia de tierra para abrir un agujero donde su espada desapareció. Él sonrió resignado y levanto los puños en una posición estándar de lucha. Segundos después, utilizo su mano derecha para provocarme con un gesto que decía “acércate”.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.