—¿Eh? —Estúpidamente mi boca se abría y cerraba como la de un pez.
—Yo también estoy sorprendido, encontraron unos pasadizos subterráneos con diversas puertas de teletransporte. Confirmaron que una de esas lleva a Luria, la capital de Asvan. —Lucius parecía feliz cuando me transmitió la noticia.
—¿Esta hablando enserio? —Pregunte incrédulo.
—¿Por qué te mentiría?
—Esto es asombroso. —Sonreí desde el fondo de mi corazón y me recosté en el sofá. —Esta es una excelente noticia. Por fin volveré con mi familia, espero me recuerden. Espera. ¿y si no me recuerdan? Creo que mi corazón no soportara eso. —Mientras dejaba salir mis pensamientos en voz alta con los ojos cerrados, ambos se levantaron de sus asientos.
—¿A dónde van? —Cuestione.
—Hare los preparativos necesarios para llevarte a las puertas de teletransporte. En todo caso debes prepararte para partir en 3 días. —Con una sonrisa agradable, Lucius salió de la habitación. Trea tenía un rostro algo preocupado, así que antes de que pudiera irse la detuve.
—¿Ocurrió algo?
—¿Eh? N-no, nada. Buenas noches. —Como si estuviera saliendo de un trance, me dio la espalda y me despidió sin verme a la cara.
—¿Quizás está cansada? —Murmure viendo la puerta por donde se habían ido. —Así que… ¿por fin volveré? —Con una leve sonrisa mire el techo de la habitación y cerre los ojos. Estaba feliz, pero, aun así, un sentimiento de tristeza flotaba levemente en mi corazón.
—Debería dormir, mañana les avisare a todos. —Hable conmigo mismo.
—¿Esta bien si programo un desayuno con la familia Dragonslav para dentro de dos días? —Sugirió Novem, que estaba en una esquina de la habitación esperando órdenes.
—Está bien, les diré a esos dos aprovechando la situación. —Me levante de mi asiento y camine hacia mi cuarto. —iré a dormir, despiértame mañana para el desayuno.
—Como ordene. —Con la confirmación de Novem, cerré la puerta de mi habitación y me senté en la cama. Estaba feliz, pero no como pensé que estaría por la noticia. —Debo estar confundido, mejor me duermo ya. —Dejando que esas palabras que no tenían certeza, me acosté y me dormí profundamente en la cómoda cama.
(***)
Mi consciencia despertó de una lobreguez absoluta. Una luz cegadora como el brillo del sol, incomodo mi visión y me obligo a abrir los ojos mientras me cubría con los brazos. Me frotaba los ojos somnolientos mientras me sentía un tanto enojado por no habar dormido lo suficiente, pero algo extraño y familiar me dejo confundido. La mano con la que me estaba frotando los ojos era blanca, no tenía ningún relieve, era como si un guante blanco hubiera sido puesto por encima. Una sensación inquietante se apoderaba de mí, revise mi cuerpo y todo era color blanco, era como un maniquí que podía moverse. Estaba asustado, pero no era un pánico alarmante como la primera vez que esto ocurrió. Temiendo esta sensación extraña de familiaridad. El paisaje circundante era blanco, una habitación infinitamente larga y ancha. Tenía la impresión de no tener fin, pero al mismo tiempo daba una sensación claustrofóbica.
—¿Cuánto tiempo ¿no? Nathaniel Edevane. —Una voz distorsionada y frívola me puso en guardia. Algo en el aura circundante se estremecía cuando la voz que no tenía genero resonaba. Me quede en silencio.
—¿Otra vez? No seas tímido, habla con tu amigo. —Se rio y una sombra de color negro levito en el aire. Tenía la forma de una persona, pero estaba levemente desenfocada. A diferencia de la última vez parecía un poco más nítida y partículas de luz negra orbitaban a su alrededor, su aura era inquietante, aunque me había ayudado con los secuestradores, esa misma aura malévola me impedía verlo como un aliado.
—No somos amigos. —Negue mientras observaba a la sombra, algo parecido a una boca empezaba a verse, pero no tenia ojos ni rasgos fáciles, solo una boca en forma de medialuna con una hilera de dientes blancos que contrastaban su silueta negra.
—Que cruel~ Te ayude con tu problemita la ultima vez ¿recuerdas? — Su voz fingió tristeza, pero inmediatamente saco a relucir que me había ayudado con una sonrisa en su rostro que solo tenía boca.
—Lo sabía. ¿Ahora me cobraras el favor? Déjame decirte que el consejo que me diste fue bastante irrelevante, no planeo darte mi alma ni nada.
—¿Tu alma? ¿para que la querría? Tampoco quiero nada material de ti, solo tu confianza. —Declaro acercándose a mí, su sonrisa de medialuna aun pegada a su cara sin rostro.
—Lo lamento, pero ese producto no esta a la venta. Además ¿para que mi confianza? —Con ganas de irme de este lugar lo más rápido posible, cuestione sus intenciones.
—Los amigos tienen su relación construida en base a confianza, quiero ser tu amigo. —Proclamo sonando algo solitario. Pero yo sabía que estaba fingiendo, así que me quede callado. —Ha~ Eres difícil, pero no importa, vengo a darte otro consejo porque soy tu amigo.
—No lo necesito, no tengo ningún problema en este momento. —Cuando pronuncie esas palabras, su sonrisa se hizo aún más grande.
—Oh~ Por ahora~ pero más adelante no estaría tan seguro~ —Fruncí el ceño ante su tarareo de palabras peligrosas.
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Editado: 27.10.2021