La muerte para empezar: Luz, Libro 1 (editado)

Capitulo 24: Despedida momentanea

—Así que este es el adiós. — Con una voz triste, el rey Arturo hablo mientras comíamos.

Actualmente estábamos en un salón para fiestas dentro del castillo. Toda la familia real que conocía estaba aquí. La reina, Leonor, como siempre tenía una sonrisa adulta perfecta. Drake, el primogénito, comía refunfuñando. Sus hermanas Sophia e Isabella eran tan cercanas como siempre. Había más personas, pero la mayoría me ignoraba o simplemente me lanzaba miradas desagradables cuando el rey no estaba viendo. Los candelabros lujosos, las sillas, cubiertos, todo era de la mas alta calidad, incluso la carne que era similar a la de cerdo estaba tan suave que parecía derretirse en la boca.

—Papá, no lo digas como si nunca más lo fuéramos a volver a ver. —Reprocho la hija más pequeña, Isabella. Sus ojos dorados estaban viendo como su padre estaba un tanto solitario.

—Es cierto, eres bienvenido aquí cuando quieras. Las puertas de teletransporte también estarán activas. Hay guardias de elite custodiándolas así que no hay nada que temer. —Su rostro apagado se ilumino y su boca se rompió en una sonrisa agradable.

—Estoy agradecido con su amabilidad, errr… Arturo. —Dije torpemente mientras las miradas de las personas me atravesaban. Podía sentir como me cortaban como dagas por hablar demasiado familiar con el rey.

No pude evitar suspirar por su actitud hacia mí, últimamente todo estaba saliendo mal. Después del desastroso desayuno con Trea, ella no me había hablado durante dos días, sentía que me estaba evitando, pero no hay nada que yo pudiera hacer. Hoy es el último día de mi estadía en este reino, mañana por la mañana partiré hacia el reino de Asvan. Estaba pensando que si esta noche en la cena que había organizado la familia de los Dragonslav Trea y Charlotte seguían con sus berrinches me despediría con una nota o algo por el estilo, pero sinceramente quería que esa fuera mi ultimo recurso, despedidas a medias no eran mas que una ruptura de las relaciones. Cuando estaba sumido en mis pensamientos negativos el rey hizo un comentario escandaloso.

—Ha~ Si tan solo estuvieras en “esa” edad, haría que Sophia te sedujera para que no dejes este reino. —Se burlo con un suspiro. Isabella se avergonzó, su habitual expresión seria se rompió en vergüenza por las palabras del rey.

—¡Padre! ¡Nathaniel es un niño! —Con la cara roja de la vergüenza por el tema del matrimonio le grito a Arturo mientras se inclinaba levemente sobre la mesa.

—No estoy hablado de ahora, debes tener una vista más amplia. En unos años Nathaniel será un gran partido, velo como una inversión a futuro. —Se rio divertido mientras su hija lo fulminaba con la mirada.

—Hoho~ —La reina se rio divertida mientras se cubría la boca en un gesto refinada al ver una parte de su hija que desconocían.

—Ja, ja. —Me reí incómodamente ante la mirada cada vez mas fuerte de todos los que no eran mis conocidos.

—Bueno dejando las bromas, la otra razón por la que organice este almuerzo fue para entregarte un regalo. —Ignorando a Sophia que seguía reprochándolo Arturo se volvió hacia mí.

—¿Un regalo? No tenia porque molestarse, estar en su presciencia es un regalo en sí mismo. —Lo elogie y él se rio dándome una mirada divertida. Después saco una especie de broche con la forma de un dragón rugiendo, era el emblema del clan Dragonslav. Estaba hecho de oro y tenia el tamaño de una moneda. La sala se volvió bastante ruidosa cuando se mostró este broche.

—Es para ti, si vuelves a este reino algún día, necesitaras una forma de que los guardias reconozcan tu identidad. Es el emblema real, si les enseñas eso deberían dejarte entrar a la ciudad sin ningún problema.

—Esto… estoy muy agradecido, lo atesorare. —Sin tiempo para negarme, el rey se lo entrego a una sirvienta y ella lo llevo con ambas manos casi como si fuera de cristal hasta el lugar a donde yo estaba sentado. Lo guarde en mi anillo dimensional para que no lo perdiera.

El almuerzo transcurrió con normalidad y termino con estado de ánimo agradable, me despedí del amigable y despreocupado rey y su familia. Después me dirigí al consejo de ancianos para dar mis gracias y despedirme también, fue agradable ver como algunos me despedían con sonrisas sinceras y un apretón de manos. Algunos seguían enviándome miradas punzantes pero las soporte, el anciano del clan Phoenix ni siquiera estuvo presente en la reunión de despedida. Ya era la tarde y no encontraba a Trea por ningún lugar. Charlotte no quería verme y Sebastián se disculpó en su lugar, decidí que compraría un regalo para esos tres como agradecimiento y me dirigí a la ciudad junto a Novem, también pensé en comprarle uno a ella, pero no tenia idea de que le pudiera gustar. No usaba joyería y siempre la veía con el uniforme de Maid. Tenia que pensar en que podría gustarle sin que afectara su trabajo como guardaespaldas y sirvienta.

—Detengámonos aquí un momento. —Encontrando una tienda de joyería entre en ella. Novem me siguió de cerca y revisamos las estanterías con collares llamativos, pulseras y aretes.

En un mostrador de cristal diversos collares estaban colocados con sus etiquetas de precio. Algunos iban desde 10 monedas de plata hasta varias monedas de oro. Todos eran llamativos y hermosos, cualquier mujer se emocionaría por la cantidad y diversidad de estos accesorios. Un brillo me llamo la atención por el rabillo del ojo, En una sección de anillos había uno en forma de serpiente que se enrollaba sobre sí misma, con una gema roja de decoración en su cabeza como si fuera una cobra real. El tono plateado era elegante y sus decoraciones eran refinadas además de detalladas.  Tenia un precio algo alto con 1 una moneda de oro, pero decía que su material era plata de alta calidad. También la gema que yo creía que era simple decoración podía almacenar un hechizo de cualquier afinidad elevando su precio. Inmediatamente pensé en que seria perfecto para Trea, su piel pálida combinaba con el color plata del anillo, sus ojos rojos combinaban con la gema y su falta de poder mágico podría ser contrarrestada con la gema que podía almacenar un hechizo de cualquier afinidad. Sin pensarlo demasiado lo compre.




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