Había una vez una niña, la cual vivía con su familia y no tenian grandes riquezas, sólo una pequeña casa.
Su madre y su hermano no aspiraban a más, pues ellos decían ser felices.
Pero ella quería ser una princesa, tener dinero y poder comprar todo lo que su madre quisiera.
Ella sentía que su madre le prestaba más atención a su hermano y ella como meta personal se puso ser mejor que el
Al mismo tiempo un pequeño príncipe de ese pueblo crecía en el gigantesco castillo, rodeado de riquezas comida y sirvientes. Pero sin la más mínima atención de sus padres.
Una trágica tarde los Reyes embarcaron hacia otro reino y nunca regresaron.
Dejando más roto al pequeño príncipe.
Y más sólo que nunca