La Mujer de Ruslan Bozkurt

Capítulo 8

— ¿Quién lo hizo? — Pregunto con rabia, eso era lo que desprendían sus ojos, el más puro sentimiento de rabia. 

Ver la enorme cicatriz en la blanca mejilla de Aysel había vuelto loco al pelinegro, era grande y profunda, tan solo pensar en lo dolorosa que había sido un escalofrió le había recorrido el cuerpo, no quería asustar a la rubia, pero, le estaba doliendo el pecho de tan solo ver la horrible marca. Después de una respiración profunda, hablo más calmado, esperando poder recibir una respuesta. 

— Fue él — Hacia mención al padre de la cica, del cual no recordaba ni siquiera el nombre — Fue él verdad — Al ver la reacción de Aysel inmediatamente supo que sí, definitivamente ese hombre se había atrevido a tocarla. 

— Maldito — Sentía rabia, estaba enojado y sumamente herido, no sabía cómo reaccionar o que decir, solo fue consciente de lo alarmado que se veía cuando la rubia comenzó a temblar, inmediatamente la abrazo y le susurro cálidamente, arrepintiéndose de su reacción. 

— Lo siento bonita, no quise asustarte — Dijo con pesar mientras la abrazaba fuerte contra él. 

Después de unos largos y tortuosos minutos de silencio la llevo hasta su cama, pues ella ya estaba dormida, todo había salido mal, su idea no había sido esa, pues lo que menos quería era que ella se sintiera culpable o le temiera, eso era lo que pensaba mientras se sentaba a su lado tocando con su dedo índice la larga marca en la mejilla. 

— Sigues siendo hermosa cariño — Estaba tan profundamente dormida que no se dio cuenta que el hombre había depositado un suave beso en toda la marca, un beso cálido, lleno de cariño, deseando borrar cualquier recuerdo doloroso. 

…............ 

Al día siguiente Aysel estaba preocupada de como Ruslan se comportaría de ahora en adelante ante lo visto la noche anterior, pero, se había encontrado con que el pelinegro ya no estaba, algo que le había provocado un mal sabor de boca. 

— Él no está — Dijo Dafne al ver a la rubia en el comedor con la mirada triste — ¿Que ocurrió? — Pregunto mientras se servía jugo de naranja. 

— Lo descubrió — Dijo sin más provocando que la chica casi escupiera todo el líquido que había tomado. 

— ¿Qué? — Eso era malo, Dafne sabia como era que ella se había hecho esa marca, así como sabia como iba a reaccionar Ruslan, quien cada vez estaba mostrando más cariño o más que eso por la rubia. 

…................. 

Como lo había dicho, Cherry, era uno de los lugares más famosos y ahí oscuros secretos eran guardados, no solo era un club y casino, no en la oscuridad donde nadie podía entrar se encontraba una de las tantas habitaciones donde seguro nadie deseaba entrar.  

— Ruslan, ya está aquí — Dijo Ekrem entrando a la oficina de Ruslan mientras rápidamente el pelinegro al escuchar eso se levantaba de la silla. 

El pasillo era corto, pero, también había sido especialmente largo, estaba ansioso y deseoso de venganza, deseaba escuchar de la boca del hombre lo que había hecho, aquello no quedaría impune, de eso se encargaría él, además había más de una razón para hablar con él, una que llevaba guardando bastante tiempo. 

Por otro lado, la incertidumbre estaba matando a Aysel quien se hacía la misma pregunta que Ruslan ¿Dónde había salido todo mal? Era inevitable para ella no pensar que el hombre no había regresado por su culpa, le había mentido, además que había visto en todo su esplendor la profunda cicatriz, tal vez eso o había perturbado, al menos eso era lo que pensaba mientras caminaba por el bosque, su cabecita llena de esos malos pensamientos que la estaban carcomiendo.  

— Veo que al fin el Alfa te dejo sola — Dijo una voz detrás de ella haciendo que aceleradamente ella se diera la vuelta. 

— ¿Quién eres? — Pregunto ella mientras él le regalaba una sonrisa de esas que casi podría decir que inspiraba confianza. 

— ¿Quieres saber dónde está? — Él chico no parecía del todo desagradable y la desesperación de Aysel solo la orillaba a decir que si, que deseaba con todas sus fuerzas saber dónde estaba él. 

— ¿Podrías llevarme con él? — Era divertido, el chico se estaba divirtiendo a lo grande, a los ojos de muchos podría ser solo una humana que vive en la casa del alfa, pero, él podía sentir algo más, algo ocultaba ese Alfa que él tanto odiaba, una bonita de forma de cobrarse por todo lo que le había hecho la beta por órdenes de él estaba ahí, esos ojitos no volverían a ver a Ruslan de la misma manera. 

— Claro... — Respondió alegre — Por cierto, me llamo Faruk — Dijo extendiendo su mano para que ella la tomara, Aysel dudosa lo hizo impulsada por aquel deseo irracional que la dominaba. 

Era claro que a la rubia jamás le habían dicho que no hablara con extraños y no conocía aquel dicho “El que busca encuentra”, porque de ser así no hubiera aceptado la ayuda de aquel chico castaño de nombre Faruk.. 

…............ 

— Ella mintió... — Grito él hombre que estaba amarrado a una silla mientras era golpeado por Ruslan una y otra vez. 

— Ella no puede hacerlo — El pelinegro podía dudar hasta de su sombra, pero jamás de Aysel , él estaba seguro de que aquel hombre a quien ni siquiera se le podría llamar padre lo había hecho. 

— Y qué más da, no me vas a venir con el cuento de que ella te importa ¿o sí? — Pregunto divertido el hombre cosa que irrito de sobremanera al Alfa. 

— Eso no te incumbe — Respondió el enojado, al punto de que su cordura estaba casi nublada por la rabia. 

— Dijiste que no era importante y te desharías de ella pronto — Volvió a decir el con diversión. 

— ¡¡CALLATE!! Tu eres el culpable de todo, no hay momento en el que no causes problemas — El hombre no entendía lo que decía, había hecho tantas cosas que hasta había olvidado si le debía algo aquel chico. 

— ¿Te debo algo? — Pregunto él. 

— Si, y pronto lo recordaras — Respondió Ruslan con rabia. 




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