La Mujer DetrÁs De La Copa

Capitulo 8

Así transcurrió el tiempo, era increíble que ya había pasado más de dos años desde que papá falleció, Raúl estaba aún más grande y fuerte por el trabajo en el campo, además se había vuelto indispensable en aquella finca lo que incluía más dinero, mis hermanas también estaban más grandes pero aun seguían siendo unas niñas y yo continuaba vendiendo las empanadas en el pueblo, en realidad todo iba muy bien por aquellos días, sin embargo, me encontraba envuelta en lo que parecía ser un circulo vicioso, hacia lo que debía cada día sin cambiar nada, veía las mismas personas y los mismos lugares, mi vida carecía de cualquier sorpresa o diversión.

Aquella mañana me levanté temprano como siempre y fui al pueblo con mi canasta, aunque para variar ese día había algo diferente en el pueblo las personas estaban más enérgicas, se escuchaban más voces por las calles, después de ver tantas veces las mismas cosas podía notar hasta la caída de una hoja y para encajar con el cambio de la gente yo también decidí cambiar algo de mi rutina por lo que fui a ofrecer mis empanadas en las afueras del pueblo, donde por lo general nunca pasaba, para mi sorpresa había aun más gente reunida allí frente a la vieja casona de la señora Transito de Balbuena, lo que me extrañó teniendo en cuenta que había fallecido ya hacia algunos meses atrás, al acercarme note que algo mas había cambiado, la casa estaba diferente, más bonita y renovada, hasta colorida, entonces pregunté a una de las señoras que se encontraban allí:

-disculpe señora, disculpe… usted sabe que…   -pero no terminé de preguntar al ver un cartel grande que me llamó la atención, el cual decía:

 

Alma de tango invita a todas las personas de Pueblo Quieto a disfrutar con nuestros hermosos shows de tangos.

Recuerden que abran presentaciones todas las noches.

Vengan y deléitense con nuestra música.

 

Esas  palabras quedaron marcadas en mi cabeza como tatuadas, para ser sincera no tenía idea de que eran los tangos pero obviamente era música y seguramente era hermosa, era como si la sola palabra bailará, danzará en cada silaba. Me escabullí entre las personas que estaban amontonadas alrededor de la casa, tenía que ver con mis propios ojos eso tan maravilloso que describía el cartel, pero no hubo manera, ya que las puertas de la casa estaban cerradas y fuera de ella había un hombre joven, alto y además muy guapo, su postura  era imponente, vestía un traje negro de paño, que además el hombre lucia convencido de sí mismo, verlo era todo un placer, tanto así, que no me percate de la presencia de la mujer que lo  tomaba por el brazo, por supuesto era bellísima, su atuendo combinaba perfecto con el de su compañero, ella usaba un vestido corto de lentejuelas que resplandecía bajo el sol,  sus piernas eran largas y torneadas, nunca había visto personas así en el pueblo, es más, creo ni siquiera sabía que existían personas así, pensaba mientras los detallaba, como si nunca más fuese a ver algo igual, hasta que mis pensamientos fueron interrumpidos por una armoniosa voz, entonces fije la mirada en la mujer que se encontraba repartiendo lo que parecían ser unos volantes para promocionar los shows que se describían en el cartel, aquella mujer también era muy bella, a pesar de que tenía alrededor de 50 años tal vez estaba muy bien conservada, la curiosidad me invadió y quería saber todo acerca del Tango, pero me di cuenta de que la tarde estaba cayendo, tenía que regresar lo más pronto posible, era peligroso cruzar la quebrada en la noche, así que mi sentido de supervivencia pudo más y me fui, por supuesto segura de que debía volver para aclarar mis dudas y calmar la ansiedad que este nuevo suceso me producía, tal vez porque en mi Pueblo nunca sucedía nada emocionante e innovador, aunque por alguna razón quería que fuera más que eso, más que ansiedad, más que curiosidad, sentía que era una señal del destino enviada exclusivamente para mí.

Ese día o mejor dicho esa noche llegué a casa bastante tarde, entre a la casa con la canasta casi a la mitad ya que no había logrado vender todas las empanadas por obvias razones, que por supuesto mamá no debía conocer o de lo contrario le daría la oportunidad de recordar viejas costumbres, donde me regañaba y repetía una y otra vez lo que había hecho mal, así que me acerqué a mamá que estaba en la cocina sentada con aquella expresión de desagrado que ya conocía muy bien.

-hola mamá, lamento haber llegado tan tarde pero es que… -dije sin saber que excusa le daría.

-pero es que… ¿qué? ¡Marlyn estoy esperando una respuesta!  -Gritó ella bastante enojada.

-lo que pasa es que no logre vender todas las empanadas temprano, entonces me quede más tiempo, aun así me quedaron empanadas. –quise poner los ojos en blanco pero en tal situación no era una buena idea.

La expresión de mi mamá cambio inmediatamente de enojada a estar angustiada.



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En el texto hay: pasion, baile, amor

Editado: 19.10.2018

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