La Mujer DetrÁs De La Copa

Capitulo 17

Así se resumió mi vida durante casi seis meses, en ir y venir, en ocultar, bailar, disfrutar, aparentar, en fin, era bastante tediosa la rutina que tenía que seguir a diario para conseguir bailar en la casona, pero cada día antes de salir de casa con mi canasta, viendo esa expresión de tranquilidad de mamá mientras yo me sentía miserable por haber levantado un muro de mentiras frente a sus ojos, me recitaba mi frase favorita “todo vale la pena” y supongo que eso me daba la fuerza para continuar haciéndolo.

Las presentaciones cada vez eran mejores, la casona noche tras noche estaba a reventar de público, éramos un éxito sin duda pero debido a eso mas puertas se estaban abriendo frente a nosotros, Clarice mejor conocida como la “señora Miller” había decido que nuestro tiempo en el pueblo había terminado, por lo que reabriría alma de tango en la capital, me decía que todo el mundo me conocería y me aplaudirían miles, por supuesto yo estaba deslumbrada con el éxito que ella pintaba en sus palabras, pero yo no podía aceptar, ni siquiera había sido capaz de contarle a mi familia a que me dedicaba cada noche, era impensable no solo decirle eso, sino que además me iba a vivir a la capital, eso no tenía sentido, sin embargo Clarice aseguró que esperaría por mi respuesta un mes más, de lo contrario tendría que irse sin mí.

Las noches se hicieron cada vez más largas, sin bien no tenía el descanso suficiente ahora ni siquiera dormía, pasaba la mayoría de noches en vela viendo el tiempo para tomar la decisión de mi vida, ¿Qué voy hacer? Me preguntaba mordiendo mis cobijas sin poder desahogarme.

-¿papá? ¡Papá donde estas!... –gritaba mientras caminaba por la farmacia buscándolo, sabía que estaba allí pero no lo veía.

-aquí estoy mi niña. –respondió con su dulce voz. -¿Qué pasa amor? Pareces cansada hija.

-lo estoy papá, ¡te extraño!, te extraño todos los días de mi vida. –las lagrimas rodaron por mis mejillas cual rio caudaloso. –si tan solo estuvieras aquí. –exclamaba entre sollozos.

-mi amor, pero si aquí estoy. –su mano me tomó por la barbilla levantando mi cara para que lo viera. –jamás me he ido de aquí nena, el que no me puedas ver no significa que no este. –su otra mano secaba mis lagrimas que salían sin cesar.     

-entonces dime ¿qué debo hacer? ¡Ayúdame! –supliqué.

-hay mi querida niña. –sonreía tiernamente y las pequeñas arrugas de sus ojos se pronunciaban más. –jamás has necesitado que ni yo, ni nadie más te diga que hacer, siempre lo has sabido, busca dentro de ti Marlyn, estoy seguro que la respuesta que buscas esta allí. –terminó diciendo.

-papá no, no te vayas… por favor… -le supliqué mientras sentía el vacio que sus manos habían dejado en mi rostro.

Entonces salté bruscamente de mi cama, al abrir los ojos y mirar a mi alrededor me di cuenta que había sido un sueño, sentí mojada la cara y al rozarme los ojos confirmé que estaban húmedos, hasta podía sentir un nudo en la garganta que me impedía respirar, la camisa de la pijama estaba empapada en sudor y mi corazón retumbaba en mi interior como si fuese a salir por mi boca, me sujeté el pecho como queriendo silenciarlo, golpeaba tan fuerte que pensé que mi mamá lo escucharía, me giré para verla pero dormía plácidamente.

Apoyé la cabeza nuevamente en la almohada ya con la respiración mas apaciguada, me cubrí completamente con la cobija, rodeándome con los brazos, empecé a recordar las palabras de papá en el sueño, jamás había soñado con él antes, muchas veces llegué a pensar que había olvidado las facciones de su rostro o el timbre de su voz, pero no, eran tal y como las recordaba, sus palabras taladraban en mi mente sin parar “busca dentro de ti” “seguro que la respuesta que buscas esta allí”, mi corazón se empezó acelerar nuevamente ante la idea de no volver a bailar, sabía que si dejaba que se fueran sin mí, sería el fin de todo, “busca dentro de ti” recordé una vez más, ¡claro! Eso es lo que debo hacer, desde la partida de papá jamás me había sentido tan viva y real como cuando empecé a bailar y no estaba dispuesta a dejar que aquello escapara de mi.

El destino jugo a mi favor aquella noche, me levanté sigilosamente de mi cama, tomé una maleta vieja que solía servirme para empacar los cuadernos de la escuela cuando estudiaba y empaqué algunas prendas al azar, cada tanto miraba de reojo a mamá para asegurarme que continuaba dormida, solía tener un sueño muy liviano, pero afortunadamente estaba dormida, cerré la maleta y me dirigí a la puerta, pero un pensamiento me hizo frenar en seco, que iba a pensar mi familia cuando abrieran los ojos en la mañana y no me vieran, no, no podía ser tan cruel, así que me devolví, tomé un cuaderno y un bolígrafo de la maleta de Grecia y arranqué una hoja percatándome de no hacer sonar el papel.



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En el texto hay: pasion, baile, amor

Editado: 19.10.2018

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