– Su alteza, usted no debería estar aquí, si los villanos realmente escaparon sería peligroso para usted. –Dijo el capitán de la guardia de Arendelle.
– Sería peligroso para todos, soy la reina, no puedo esconderme, les demostraré que no les tengo miedo. –Dijo Elsa, cabalgando a lado del capitán, los acompañaban 100 soldados aproximadamente. Elsa parecía muy segura hasta que se topó con los villanos.
– Pues deberías. –Dijo Maléfica, quien la había escuchado, al verla, todos los soldados le apuntaron con sus armas.
– Entonces era verdad, escaparon, pero no puedo entender cómo. –Dijo el capitán.
– Elsa, si sabes lo que te conviene les dirás a tus hombres que bajen sus armas ahora mismo. –Dijo Maléfica.
– No, si tú sabes lo que te conviene, te rendirás ahora mismo. –Dijo Elsa.
– ¿Eso crees? ¡Tráiganla! -en ese momento Gastón y Clayton aparecieron con Clarice atada, Clayton le apuntaba al cuello con su cuchillo-, tengo entendido que ella es una amiga tuya. –Dijo Maléfica sonriendo, al ver a Clarice en manos de los villanos, Elsa se puso pálida.
– Clarice ¡Clarice! –Dijo Elsa tratando de avanzar con su caballo.
– ¡Quieta! –Dijo Maléfica, le quitó a Clayton su cuquillo, tomó a Clarice y así amenazó a Elsa, ella no tuvo más opción que detenerse.
– ¡Déjala ir! –Dijo Elsa.
– ¡Dile a tus hombres que suelten sus armas! ¡Ahora! –Dijo Maléfica acercando más el cuchillo a Clarice.
– ¡Suelten sus armas! –Dijo Elsa sin pensar, sus soldados obedecieron.
– Muy bien. –Dijo Maléfica.
– Suéltala. –Dijo Elsa.
– No estás en posición de dar órdenes y nosotros no hemos terminado. –Dijo Maléfica, en ese momento salieron todos los villanos.
– ¡Vete! ¡Vete Elsa! –Dijo Clarice y Maléfica la golpeó (era parte del plan).
– ¡No vuelvas a tocarla! –Dijo Elsa enfurecida, pero Maléfica volvió a golpearla.
– Y tú no vuelvas a gritarme. –Dijo Maléfica.
– Vete... Elsa. –Dijo Clarice, no podía hablar bien porque la habían golpeado en el estómago.
– ¿Qué es lo que quieren? –Preguntó Elsa.
– Creo que ya lo sabes. –Dijo la Reina Malvada.
– Queremos el mundo, pero tú y tu magia se interponen y eso es algo que no estamos dispuestos a tolerar. –Dijo Maléfica.
– ¿Qué quieren que haga? –Preguntó Elsa.
– No preguntes. –Dijo Clarice y Maléfica restregó más el cuchillo en su cuello.
– Debes renunciar a tu magia. –Dijo Maléfica y Úrsula sacó la esfera de cristal que Clarice le había dado.
– ¿Qué es eso? –Preguntó Elsa.
– Digamos que es un contenedor, uno que contendrá tu magia. –Dijo Maléfica.
– Sólo tienes que tocarla y toda tu magia se quedará atrapada ahí en tan solo un instante. –Dijo la reina.
– ¡¡NO LO HAGAS!! –Dijo Clarice.
– Si hago esto... ¿No lastimarán a Clarice? –Preguntó Elsa.
– No, no lo haremos. –Dijo Maléfica.
– Su alteza. –Dijo el capitán.
– Lo haré. –Dijo Elsa.
– No esperaba menos. –Dijo Maléfica y la Reina Malvada le acercó la esfera a Elsa.
– Elsa. –Dijo Clarice.
– No puedo permitir que te lastimen. –Dijo Elsa y tocó la esfera; tan pronto como la tocó, la esfera comenzó a absorber su magia.
– Excelente ¿No estás feliz Elsa? Siempre deseaste ser normal y ahora lo eres. –Dijo Maléfica, la Reina le entregó la esfera con la magia de Elsa.
– Hice lo que querías, ahora suelta a Clarice. –Dijo Elsa.
– No, creo que no. –Dijo Maléfica.
– ¡Hiciste un trato! –Dijo Elsa.
– Así es, yo prometí que no la lastimaría y no lo haré, nunca hablamos de liberarla. –Dijo Maléfica.
– ¡Eres una...! –Elsa no pudo terminar de hablar, ya que los villanos la capturaron.
– ¡Andando villanos! ¡El mundo espera! –Dijo Maléfica, ella y los villanos marcharon hasta Arendelle. Los soldados, al darse cuenta de que no podían contra ellos, decidieron correr a Arendelle para advertirles a los demás.
– Recuerden señores, con Clarice y Elsa como prisioneras nadie se atreverá a poner resistencia. –Dijo Maléfica.
– Aun así podemos usar la fuerza bruta ¿No es cierto? –Dijo Gastón.
– Por supuesto. –Dijo Maléfica.
– Dije que no quería heridos ni muertos. –Susurró Clarice, pero Maléfica no la escuchó.
Cuando los villanos llegaron a Arendelle, todos los héroes se prepararon para defenderse, pero entonces la Reina mostró la esfera que contenía los poderes de Elsa; dicha esfera resplandecía con una luz azul. Al ver la esfera, Anna se asustó y enfureció, pero antes de que pudiera hacer algo, Maléfica les mostró a Clarice y a Elsa -claro que las tenían separadas-, cuando las vieron, los héroes no tuvieron otra opción más que rendirse, pues no querían que las lastimaran.