A la mañana siguiente Elsa y Clarice dejaron a Alison al cuidado de Anna y fueron a hablar con Maléfica, ambas estaban tan ansiosas como nerviosas, tal vez Clarice había accedido a tener un hijo de Elsa porque ella se lo pidió, pero en el fondo le emocionaba la idea, sin embargo a Maléfica le sorprendió la petición que le hicieron.
– ¿Quieren tener un hijo? –Preguntó Maléfica.
– Sí. –Dijo Elsa.
– Pero ya tiene a Alison ¿Por qué me piden eso? –Preguntó Maléfica.
– Queremos tener un hijo propio, pero no significa que ya no amemos a Alison, es sólo que... bueno. –Dijo Clarice.
– Tú dijiste que tenías una poción para eso. –Dijo Elsa.
– Sí, la tengo. –Dijo Maléfica.
– ¿Nos la podrías dar? –Preguntó Elsa.
– ¿Es tan seguras de esto? Una vez que ocurra, ya no habrá marcha atrás. –Dijo Maléfica.
– Estamos seguras. –Dijo Elsa y Clarice asintió con la cabeza.
– Está bien. –Dijo Maléfica, se levantó, se dirigió a una estantería que tenía varias pociones en ella, ahí buscó un pequeño frasco.
– No tenía idea de que tuvieras tantas pociones, creía que eso era cosa de Úrsula, ella fue la que me enseñó. –Dijo Clarice.
– A veces las preparo, esta botella es la ustedes buscan. –Dijo Maléfica dándole a Clarice un frasco azul.
– ¿Cómo funciona? –Preguntó Clarice.
– No voy a decirlo en voz alta, sólo les diré que no es muy complicado, sedarán cuenta en cuanto alguna la ingiera y quien la beba será capaz de embarazar a la otra, ustedes decidan quién. –Dijo Maléfica.
– Gracias. –Dijo Elsa.
– Sí, gracias. –Dijo Clarice.
– No es nada, en realidad te debo más Clarice. –Dijo Maléfica y Clarice sonrió.
– Ya debemos regresar, Alison aún no se acostumbra a la ausencia de Clarice y no quiero que se inquiete. –Dijo Elsa.
– Lo entiendo, vuelvan cuando quieran, pero Clarice, hay algo de lo que quisiera hablar contigo. –Dijo Maléfica.
– Adelántate, te alcanzo, -Elsa se fue-, ¿Sobre qué quieres hablar? –Preguntó Clarice.
– Es una duda que he tenido por mucho tiempo. –Dijo Maléfica.
– Te escucho. –Dijo Clarice.
– Una vez me dijiste que de todas las maestras que tuviste... yo era a la que veías como madre, ¿Lo decías en serio o... sólo fue para despistarme? En ese momento aún nos estabas engañando. –Dijo Maléfica.
– Era verdad, tal vez mentí en muchas cosas pero no con eso. –Dijo Clarice.
– ¿En serio? –Preguntó Maléfica.
– Creme, eres lo más cercano que he tenido a una madre, de hecho, deberías visitar más seguido a Alison, prácticamente es tu nieta. –Dijo Clarice.
– Gracias. –Dijo Maléfica.
– Tengo que irme ahora, no me gusta hacer esperar a Elsa. –Dijo Clarice.
– La complaces en todo, sé que fue su idea el que tuvieran otro hijo. –Dijo Maléfica.
– Es la mujer que amo, quiero hacerla feliz no me importa lo que cueste. –Dijo Clarice.
– Eres una buena esposa Clarice. –Dijo Maléfica.
– Gracias, adiós Maléfica. –Dijo Clarice y se fue.
– Adiós...... mi niña. –Dijo Maléfica.
– ¿Qué quería Maléfica? –Preguntó Elsa.
– Saber si algo que le dije hace algunos años era verdad, le dije que no tenía nada de qué preocuparse. –Dijo Clarice.
– Comprendo,... Clarice... yo.... –Dijo Elsa.
– Dime. –Dijo Clarice.
– Quiero intentarlo esta noche. –Dijo Elsa.
– Muy bien. –Dijo Clarice y ambas volvieron al castillo.
El resto de día fue normal para Elsa y Clarice, ellas pasaron la mayor parte del día para junto a Alison, primero Clarice le dio una de sus pequeñas lecciones con la espada, después Elsa le trató de enseñar un par de cosas sobre ser una princesa, pues como se sabe, ellas tienen que seguir ciertos estándares, sin embargo Alison no mostraba mucho interés en eso y no sólo porque nada más tenía 2 años de edad. Durante el día Clarice se mostraba algo pensativa, cosa que le preocupó a Mérida y le preguntó ¿Qué era lo que sucedía? Clarice le contó lo que ella y Elsa tenían planeado hacer, al saberlo Mérida se sorprendió, no sabía que realmente había una poción que le permitiría a una mujer embarazar a otra, y se preguntaba si en verdad tendrían éxito (una parte de ella deseaba que no); esa noche, mientras todos dormían, sucedió.
Clarice y Elsa entraron a su habitación después de dormir a Alison y se prepararon para usar la poción que Maléfica les dio, ambas estaba nerviosas pero no iban a detenerse.
– Después de esto... ya no habrá vuelta atrás. –Dijo Elsa.
– Lo sé. –Dijo Clarice.
– ¿Quién beberá la poción? –Preguntó Elsa.
– Tú me pediste que yo te diera un hijo, así que, supongo que lo mejor es que tú la bebas. –Dijo Clarice.