La Mujer Inter-Dimensional

Capítulo 11

Elsa estuvo buscando a Clarice por todo Arendelle, pero no logró encontrarla, entonces se le ocurrió dejar de buscar entre las casas y otros edificios e ir al bosque, recordó que a Clarice le gustaba estar cerca de la naturaleza para relajarse y despejar su mente; Elsa se adentró en el bosque, fue al lugar donde suele entrenar, pero no la encontró, continuó caminando y buscando, después de algunos minutos finalmente encontró a Clarice, ella estaba sentada en la orilla de un risco, temerosa de que quizá llegará a saltar, Elsa corrió hacía ella.

– ¡Clarice! –Dijo Elsa, al escucharla Clarice volteó.

– Elsa... ¿Qué haces aquí? –Preguntó Clarice.

– Tenía que buscarte, me preocupó la forma en que te fuiste. –Dijo Elsa.

– Te hice... mucho daño. –Dijo Clarice.

– No fuiste tú, fue esa poción. –Dijo Elsa.

– Te traicioné, te lastime tanto física como emocionalmente, volvía a hacerte llorar, eso... eso es algo que jamás podré olvidar. –Dijo Clarice.

– Clarice. –Dijo Elsa.

– Lo lamento tanto, no me merezco tu perdón. –Dijo Clarice mirando el suelo.

– No fue tu culpa. –Dijo Elsa.

– Mérida me hechizó para despertar mi maldad, eso significa que todo lo que hice era parte de mí, en el fondo soy así. –Dijo Clarice.

– No, no lo eres, si lo fueras no habrías necesitado de esa poción, simplemente habrías corrido a los brazos de Mérida en la primera oportunidad. –Dijo Elsa.

– Yo sólo he logrado lastimarte, te mereces alguien mejor, tal vez lo correcto sería que volviera a mi mundo, así no volveré a lastimarte a ti ni a nadie más, Mérida jamás habría hecho esto, también es mi culpa. –Dijo Clarice.

– Por favor, no hables así, yo no podría vivir sin ti. –Dijo Elsa abrazando a Clarice.

– Ni yo sin ti, pero soy peligrosa, no quiero volver a lastimarte. –Dijo Clarice.

– No lo harás, estabas bajo la influencia de una poción, sé que no me levantarías la mano nunca, yo confío en ti y te amo. –Dijo Elsa.

– Lo siento, lo siento. –Dijo Clarice llorando.

– No te culpo de nada, pero si lo necesitas, lo diré... ¡Yo te perdono! –Dijo Elsa.

– Te amo Elsa. –Dijo Clarice.

– Y yo a ti Clarice. –Dijo Elsa y ambas se besaron y se abrazaron.

– Sé que lo que hice fue por la influencia de la poción, pero creo... que no me lo podré perdonar. –Dijo Clarice.

– Desearía que lo hicieras, no fue culpa tuya, Mérida es quien debería avergonzarse. –Dijo Elsa.

– Creo que debería hablar con ella, también la golpeé. –Dijo Clarice.

– Preferiría que no lo hicieras, pero haz lo que mejor te parezca, pero por ahora... ¿Podemos volver a casa? –Preguntó Elsa.

– Claro. –Dijo Clarice.

Elsa y Clarice volvieron al castillo, ahí se toparon con Maléfica y Anna, pero ninguna de ellas dijo nada, entendían que Clarice no querría hablar de eso, o al menos no aún ya que las heridas seguían frescas así que optaron por darle su espació; lo primero que hizo Clarice al volver, fue ir a ver a sus hijas, pues se había distanciado de ellas mientras estuvo bajo el efecto de la poción, se alegró mucho al saber que ellas estaban bien y felices de poder estar cerca de sus dos madres de nuevo, aunque Johanna seguía siendo una bebé de unos cuantos meses se podía ver que estaba feliz con el regreso de su mamá.

Todo fue tranquilo por el resto del día, Johanna volvió a beber del pecho de su madre y Alison regresó a su entrenamiento con la espada con una de las mejores guerreras del reino (su madre); esa noche Elsa y Clarice volvieron a estar juntas, había pasado un largo tiempo desde la última vez que realmente lo hicieron con amor, y en ese momento, todo volvió a ser perfecto, aunque Clarice sabía bien que aún tenía cosas que discutir con Mérida, pero no dejó que eso la afectara esa noche.

A la mañana siguiente, Clarice despertó temprano, pero no se movió de la cama hasta que Elsa despertara también, una vez que lo hizo, se besaron y se vistieron, tras seguir la rutina de todas las mañanas, Clarice se preparó para salir a encontrarse con Mérida, pero para su sorpresa ella fue al castillo, al parecer también le urgía hablar, junto a ella también estaba Maléfica; a Elsa no le molestaba tanto que Mérida llegará a su castillo, pues así podría mantenerla vigilada y sabría exactamente de lo que trataría esa conversación, incluso Anna estaba ahí, todas fueron a una habitación privada y dieron inicio a la charla.

– En... primer lugar, quisiera disculparme contigo Clarice, lo que te hice estuvo mal, no pude dormir bien desde que te hechice y viviré con la vergüenza por siempre, en verdad lo siento. –Dijo Mérida.

– ¿Algo más? –Dijo Clarice.

– Yo tengo una pregunta para Maléfica. –Dijo Anna.

– Hazla. –Dijo Maléfica.

– Si Mérida sólo le dio una gota de esa poción a Clarice ¿Por qué empeoraba todos los días? –Preguntó Anna.

– La poción despierta la maldad de la persona, la intensidad de está varía dependiendo de cuanta sustancia de use, sin embargo, una vez que despierta... no se detiene, la maldad crece y crece, cuando la maldad despierta por voluntad de una persona normal, esta tiene la opción de detener su crecimiento con su voluntad, pero con mi poción no es así, esa voluntad se pierde y la maldad crece sin control. –Dijo Maléfica.



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En el texto hay: elsa arendelle, fanfi, fanatacia

Editado: 07.03.2025

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