A pesar de que Robín ya no tenía compañía, continuó ayudando a quien sea que lo necesitara, cada vez su cabeza tenía un precio más y más alto, y más soldados se unían a la misión de capturarla, pero ella los podía burlar a todos utilizando su magia y habilidades de combate, sin mencionar que se había hecho bastante buena ocultándose, además de que se había ganado la lealtad de todos los ciudadanos de los reinos, lo cuales le ayudaban cuando lo necesitaba, a veces con comida y agua, otras veces con un refugio o escondite.
Los años pasaron, y Robín se convertía en una amenaza cada vez mayor, no sólo para aquellos con dinero, sino también para los dueños de cultivos, o de tiendas de comida, pues también les robaba cada vez que podía; la noticia de una despiadada niña bandolera llegó a los oídos de Elsa y al resto de la corte real, quienes hicieron una reunión de emergencia para discutir ese asunto y cómo lo solucionarían, para entonces Alison ya tenía 15 años, Johanna 12 y Daniel 11.
– Alison, ya es hora de que dejemos de entrenar. –Dijo Mérida, ella había estado entrenando con Alison desde que volvió de la guerra.
– Aún no, todavía puedo seguir. –Dijo Alison.
– Soy yo la que no puede seguir, tu madre convocó una junta de emergencia, todos los miembros de la corte real tienen que asistir, eso me incluye. –Dijo Mérida.
– ¿Se trata de esa ladrona? –Preguntó Alison.
– Así es. –Dijo Mérida.
– No entiendo por qué el alboroto, es sólo una niña, no debe ser tan difícil detenerla. –Dijo Alison.
– Verás, los rumores dicen que usa magia, además, ya ha logrado evadir a los soldados por años, es hora de hacer algo mayor. –Dijo Mérida.
– Mérida, ya es hora. –Dijo Elsa.
– Madre, ¿Puedo ir? –Preguntó Alison.
– Aún no Alison, todavía eres muy joven. –Dijo Elsa.
– ¿Pero dejarás ir a Johanna? –Preguntó Alison.
– ¿Lo dices porque ella será la reina? Sabes que no me gusta que pienses así, y no, Johanna tampoco asistirá, también es muy joven aún. –Dijo Elsa.
– ¿Cuándo dejaras de tratarme como una niña? –Preguntó Alison.
– No tengo tiempo para esto, la junta tiene que empezar. –Dijo Elsa.
– Mi mamá si tendría tiempo para mí, siempre lo tenía. –Dijo Alison disgustada.
– ¿Hablas de Clarice? –Preguntó Elsa.
– ¿De quién más? –Preguntó Alison.
– Tal vez es cierto, pero ella ya murió, acéptalo. –Dijo Elsa.
– No, no ha muerto, tú la diste por muerta hace 2 años cuando tus soldados volvieron sin nada, pero eso no significa que mi mamá esté muerta, tienes que dejarme ir a buscarla. –Dijo Alison.
– ¿Ya vas a empezar otra vez? –Preguntó Elsa.
– Mis habilidades de pelea son las mismas que tenía ella, yo sola la podría encontrar. –Dijo Alison.
– Elsa ¿Qué pasa? –Preguntó Mulán, como una forma sutil de decir que ya era tarde.
– Hablaremos después. –Dijo Elsa y se fue junto con Mérida.
– Siempre dices lo mismo. –Dijo Alison.
– Discúlpala, sabes que no ha sido la misma desde que se resignó a la muerte de mamá. –Dijo Johanna.
– Ella no está muerta. –Dijo Alison.
– Yo tampoco puedo creerlo, la extraño. –Dijo Johanna.
– Oh, hermanita, yo también, pero te prometo que algún día la encontraré, ya sea que nuestra madre me dé permiso de ir a buscarla o no. –Dijo Alison abrazando a Johanna.
– Y también creo que mi madre está con vida. –Dijo Daniel.
– Hermano, si ella estuviera aquí estaría orgullosa de lo mucho que has progresado en el estudio y en la pelea. –Dijo Johanna.
– Tú también lo has hecho, y seamos honestos, estaría más orgullosa de ti que de mí. –Dijo Daniel sonriendo.
– No, lo estaría de Alison. –Dijo Johanna.
– Muy bien, muy bien, ya basta, vengan aquí ustedes dos. –Dijo Alison y abrazó a sus dos hermanos, ellos pasaron el día juntos mientras la junta terminaba.
Mientras tanto en la junta:
– Bien, creo que todos aquí saben el motivo de esta reunión. –Dijo Elsa.
– Es por esa ladrona imitadora de Robín Hood ¿No es cierto? –Preguntó Mulán.
– Así es, ha causado muchos problemas en los reinos vecinos, es sólo cuestión de tiempo para que llegue a los nuestros, tenemos que hacer algo antes de que eso ocurra. –Dijo Elsa.
– Sí, ¿Pero qué? –Dijo Mérida.
– Por lo que sabemos, ella muy peligrosa, tal vez es sólo una niña, pero ya ha hecho demasiado, ¿Cuántos soldados y caza recompensas están tras ella? Y nadie la ha podido capturar. –Dijo Bella.
– La verdad no creo que sea tan mala, ella nada más quiere ayudar. –Dijo Blancanieves.
– Yo creo que es su magia lo que la hace tan peligrosa. –Dijo Jafar.
– No, son sus habilidades para el combate, he oído que es muy buena para eso, vence a quien sea que enfrente, y a tan corta edad. –Dijo Mérida.