La Mujer Inter-Dimensional

Capítulo 21

Durante los tres días, todos estuvieron ocupados pensando cuanta ropa llevar, cuantas provisiones, qué más podrían necesitar, entre otras cosas, a Clarice no le preocupaba mucho en realidad, pues ella ya estaba acostumbrada a viajar sin muchas cosas, (sin nada en realidad), ella solo tomó lo que había empacado cuando recién llegó a Arendelle, más otras manzanas y nueces que tomó de la cocina, suficientes para dos viajes, el primero al lago con los demás y el otro a su árbol.

En la mañana del cuarto día, los héroes y villanos se pusieron en marcha con Úrsula guiándolos, Clarice solo pensaba en el momento en que toso terminara para poder decirles a todos adiós; Madeleine no le dijo nada a Elsa sobre el acuerdo que había hecho con Clarice, ya que no quería preocuparla más de lo que ya estaba, y rezaba porque todo saliera bien, aunque quería mucho a Robín, ella también quería volver a ver a la mujer que la liberó.

Tal y como Úrsula se lo esperaba, el viaje fue largo y lleno de obstáculos, tuvieron que trepar y bajar riscos, muchos estuvieron a punto de caer en algunos, pero Clarice los podía ayudar a tiempo, también tuvieron que atravesar un rio, cuya corriente era tan fuerte podría arrastrar una manada de elefantes sin problemas, para que pudieran llegar al otro lado, Clarice usó su magia y detuvo la corriente, pero debió mantener la concentración o el hechizo se rompería, una vez que todos cruzaron rompió su hechizo y la corriente volvió a fluir.

Cada vez que tenían algún problema Clarice hallaba a forma de ayudar, nadie se lo pedía, sólo lo hacía, algunos creían que se debía a que la Clarice que todos recordaban seguía ahí dentro, luchaba por salir y los ayudaba a todos, pero Madeleine sabía que ella ayudaba porque no quería perder el tiempo, en su mente mientras más pronto llegaran a donde querían, más pronto podría volver a casa (su árbol). Una vez que obscureció acamparon en el bosque, todos habían llevado sus tiendas, todos menos Clarice, pues ella disfrutaba durmiendo bajo las estrellas.

– Si no tienes una tienda puedes dormir en la de mis hijas, a ellas no les molestará. –Dijo Elsa.

– Estoy bien, desde que estoy en Arendelle no había podido dormir bajo las estrellas, casi olvido cuanto me gustaba. –Dijo Clarice.

– Entiendo ¿Podría quedarme contigo? –Preguntó Elsa.

– ¿Por qué? –Preguntó Clarice.

– No recuerdo la última vez que dormí a la intemperie. –Dijo Elsa.

– Como reina, dudo mucho que alguna vez lo haya hecho, seguramente no podrá soportarlo así que vuelva a su tienda. –Dijo Clarice.

– Te equivocas, si lo hice un par de veces en el pasado. –Dijo Elsa.

– ¿En serio? –Preguntó Clarice.

– Sí, la persona que perdí en la guerra, de la que te hablé ¿La recuerdas? –Dijo Elsa.

– Sí. –Dijo Clarice.

– Ella me animaba a hacer cosas que nunca habría hecho, una de ellas fue dormir bajo las estrellas, al principio sí me fue difícil pero ella me ayudó. –Dijo Elsa.

– Puede quedarse si quiere, pero manténgase lejos de mí. –Dijo Clarice.

– Está bien, gracias. –Dijo Elsa.

– Ni tampoco me hable. –Dijo Clarice, se recostó y giró su cuerpo de modo que le dio la espalda a Elsa.

– Antes de que me aleje y deje de hablar, respóndeme una pregunta ¿Por qué eres tan fría conmigo? Te he visto cuando estás con los otros, también eres distante, pero no eres tan cruel con ellos como lo eres conmigo ¿Por qué? ¿Es que acaso te hice algo? Si es así, lo siento. –Dijo Elsa, en ese momento Clarice volvió a voltear.

– No quiero matarla y cada vez que está cerca siento la necesidad. –Dijo Clarice.

– ¿Por qué? –Preguntó Elsa.

– En mis recuerdos como sirviente del mal tenía el único propósito de acabar con usted, toda mi vida me entrenaron para eso, es prácticamente mi instinto, pero... los recuerdos que tengo como Robín...... me confunden, pero no puedo estar cerca de usted. –Dijo Clarice.

– Ésta será mi última pregunta, lo prometo ¿Podrías decirme, en qué forma te confunden? –Preguntó Elsa.

– Recuerdo lo que ocurrió antes de que recuperará la memoria, recuerdo el beso y todo lo demás, honestamente no entiendo esto, no sé lo que siento en realidad, no me gusta sentirme así, el mantenerme lejos de usted me aleja de ese sentimiento, por eso.... –Dijo Clarice.

– Entiendo, me alejaré, aunque podría ayudarte a entender lo que sientes... si me dejas. –Dijo Elsa.

– No, no me siento lista. –Dijo Clarice.

– Muy bien, buenas noches Clarice. –Dijo Elsa y se fue.

– Lo que siento... está mal, esa mujer... fácilmente podría ser mi madre. –Dijo Clarice, permaneció despierta un poco más y después se quedó dormida.

A la mañana siguiente retomaron su camino, Úrsula continuó al frente para guiarlos y los demás la seguían ciegamente; después medio día de camino, finalmente llegaron al famoso lago encantado, era un lago de agua cristalina, el pasto que rodeaba el lugar parecía más verde que cualquiera que hayan visto, incluso las flores parecían tener un olor más hermoso y aunque era un paisaje maravilloso e imposible de olvidar, nadie pudo disfrutarlo completamente, pues sabía que había llegado la hora de hacer lo más difícil, decirle a Clarice la verdad.



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En el texto hay: elsa arendelle, fanfi, fanatacia

Editado: 07.03.2025

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